La consejera regional para América Latina de Transparencia Internacional, Luciana Torchiario, afirmó que en México «las redes de la corrupción están muy enraizadas en el Estado», pese a que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido a acabar con este problema.
Por Juan Palop
Berlín, 28 ene (EFE).– El coronavirus ha socavado la ya compleja lucha de América Latina contra la corrupción, afirma en su tradicional clasificación anual la ONG Transparencia Internacional (TI), que califica de «frustrante» la situación regional.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) 2020, los países latinoamericanos que sus ciudadanos perciben como más limpios son Uruguay, Chile y Costa Rica, con 71, 67 y 57 puntos, respectivamente, sobre un máximo de 100. Mientras Venezuela (15), Nicaragua (22) y Honduras (24) perseveran como los más corruptos.
Entre unos y otros se sitúan Cuba (47), Argentina (42), Colombia y Ecuador (39), Brasil y Perú (38), El Salvador (36), Panamá (35), Bolivia y México (31), República Dominicana y Paraguay (28).
— Transparencia Mexicana (@IntegridadMx) January 28, 2021
Así, sólo aprueban tres de los 19 países latinoamericanos analizados (16 por ciento) y la puntuación media es 43. La sensación es de estancamiento en el mejor de los casos y, en ocasiones, de retroceso en áreas sensibles.
Éste es el análisis general de la consejera regional para América Latina de TI, Luciana Torchiario, que aseguró en una entrevista a EFE que la región «vuelve a fracasar en la lucha contra la corrupción» y que es especialmente «frustrante en el contexto de la pandemia que no se haga un buen uso de los recursos».
«En muchos países se ha registrado una regresión en los pesos y contrapesos, una gestión opaca de la pandemia, y recortes del derecho a la información y de la libertad de expresión», resumió.
A su juicio, es importante que la pandemia «no sea una oportunidad para la corrupción», sino un «imperativo para mejorar la lucha» contra las prácticas ilegales, para reforzar la eficiencia y la transparencia en la gestión de los recursos públicos.
Preocupan especialmente los dos últimos clasificados, países con una «institucionalidad muy precaria». Según Torchiario, la democracia es «prácticamente inexistente» en Venezuela, donde la oficina regional de TI estima que la corrupción ha hurtado cinco mil millones de dólares a la sanidad. «Nos preocupa», aseguró.
El apartado regional del informe de TI destaca además dos países, Honduras y Perú, por estar en este momento en una encrucijada en el ámbito de la transparencia.
#Comunicado #IPC2020 | Mejora percepción sobre corrupción en México y avanza seis lugares. Ahora ocupa la posición 124 de 180 países evaluados. El riesgo de impunidad ante los grandes casos de corrupción, sin embargo, sigue latente.
Conoce los resultados https://t.co/p2AW93RSW7 pic.twitter.com/LSYvoDZQd4
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Honduras es un caso «difícil» porque a la COVID se sumaron el año pasado dos grandes huracanes. El país, con déficit de transparencia, ha experimentado además «bastantes regresiones democráticas», como el fin de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACIH).
Perú tiene ante sí «desafíos importantes» y ha registrado algunos avances legales (financiación de partidos, eliminación del sufragio pasivo para corruptos) y judiciales (caso Odebrecht), pese a que sigue «subsumido en la corrupción».
«En las elecciones de abril la lucha contra la corrupción va a ser importante antes y después de los comicios», aseguró.
El informe aporta escasas buenas noticias sobre los pesos pesados de la región. Brasil sufre un «deterioro democrático severo» con «injerencias» y «ataques» a la Justicia y los medios por parte de su Presidente, Jair Bolsonario.
México permanece atascado, pese al compromiso en este ámbito de su Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y de los avances en ciertas investigaciones, como la de Pemex. «Las redes de la corrupción están muy enraizadas en el Estado», señaló Torchiario.
En Argentina se están ralentizando los procesos judiciales vinculados con casos de corrupción y crece «la sensación de que la justicia no es independiente».
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La principal luz en la región es Ecuador, de quien TI resalta que ha mejorado siete puntos en los últimos ocho años, pese afrontar «desafíos muy serios». La condena al expresidente Rafael Correa ha hecho mejorar la percepción del país, que ha sido sin embargo el «epicentro» de la corrupción ligada a la COVID, matizó Torchiario.
ESCASOS AVANCES A NIVEL GLOBAL
A nivel global, el informe resalta el vínculo entre corrupción y pandemia, y lamenta los escasos avances en los 180 países que analiza, de los que dos tercios suspenden la prueba. TI habla de una «imagen nefasta».
Dinamarca y Nueva Zelanda se mantienen en la cabeza de la lista, con 88 puntos cada uno, mientras que Sudán del Sur y Somalia, con 12 puntos, reinciden en la parte inferior de la clasificación.
Estados Unidos ahonda su caída -por cuarto año consecutivo- y con 67 puntos marca su peor registro desde 2012. China suma un punto (42) y dos posiciones (78); y Rusia, bastante más atrás, gana dos puntos y dos puestos (30 y 129).
El informe recomienda el refuerzo de los supervisores, la contratación pública abierta y transparente, la defensa de la sociedad civil y la democracia y el derecho a la información, especialmente en materia presupuestaria: «La transparencia es esencial para asegurar que los recursos públicos se emplean adecuadamente y alcanzan a los beneficiarios objetivo».
? OUT NOW! We analysed 180 countries to see how they scored in the fight against #corruption. Check out your country’s score now! #CPI2020 https://t.co/kDFcFmHEXT
— Transparency Int'l (@anticorruption) January 28, 2021