Europa ha comenzado este domingo la campaña de vacunación contra la COVID-19 de forma simbólica en ancianos, y personal científico y sanitario, pero será a partir de mañana cuando empiece la real, con lo que se abre la puerta a la esperanza de derrotar a la peor pandemia en lo que va de siglo XXI.
Madrid/Berlín/París, 27 de diciembre (SinEmbargo/EFE/AP/EuropaPress).– El viejo continente ha iniciado la gran batalla contra la COVID-19. Los servicios de salud europeos dejaron las trincheras y salieron impacientes para iniciar la masiva campaña de vacunación, una empresa que solo es superada por la que emprendieron los aliados en la II Guerra Mundial: desde hogares de ancianos en Francia hasta hospitales en Polonia, europeos mayores de edad y trabajadores que los cuidan se arremangaron para recibir inyecciones de la vacuna. Se pretende inocular a más de 450 millones de personas en toda la Unión Europea.
Las vacunas ofrecieron un raro respiro mientras el continente se enfrenta a uno de sus momentos más precarios desde que comenzó la pandemia. A pesar de los cierres nacionales, las restricciones de movimiento, el cierre de restaurantes y las cancelaciones de reuniones navideñas, el virus es un enemigo que acecha Europa durante los oscuros meses de invierno. “La propagación de una variante más contagiosa del virus en Gran Bretaña ha despertado tanta alarma que Europa continental se apresuró a cerrar sus fronteras a los viajeros que venían del país, lo que llevó a la nación en su conjunto a la cuarentena”, dice The New York Times.
La vacuna desarrollada por Pfizer y su socio alemán BioNTech empezó a llegar el viernes a los hospitales de la UE desde una fábrica en Bélgica. En total, las 27 naciones de la UE han registrado por lo menos 16 millones de casos de coronavirus y más de 336 mil decesos, cifras altas que los expertos concuerdan son menores que las reales debido a infecciones que no se han reportado y a una cantidad limitada de pruebas
“Hoy, comenzamos a pasar página en un año difícil”, escribió en Twitter Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. “La vacuna contra la COVID19 se ha entregado a todos los países de la Unión Europea”, informó.
“España ha resarcido a uno de los sectores más azotados de la pandemia con las primeras inyecciones de la vacuna contra la COVID-19. Las primeras dosis del suero de Pfizer/BioNTech se han suministrado a las 9 de la mañana en Los Olmos, una residencia pública de ancianos de Guadalajara, a Araceli, de 96 años, y a Mónica Tapias, auxiliar de enfermería. Ellas dos han sido las protagonistas más madrugadoras, aunque rápidamente se les han unido decenas de residentes, sanitarios y trabajadores de geriátricos en toda la península. Así arrancaba una campaña de vacunación que pretende cubrir a 2.3 millones de personas en las próximas 12 semanas”, dijo ElDiario.es.
La primera vacuna llega en un tiempo récord de nueve meses. Pero se ha antojado demasiado largos, sobre todo en espacios tan vulnerables como las residencias de ancianos, donde todavía hoy se siguen registrando bastantes casos positivos. Blindar los centros de ancianos se ha convertido en prioridad de la primera fase de la campaña española, que se dividirá en cuatro grupos: geriátricos (incluidos residentes, sanitarios y trabajadores), los sanitarios «de primera línea», otros sanitarios y grandes dependientes.
Desde el lunes y hasta marzo, España recibirá 4 millones 591 mil 275 dosis de la vacuna de Pfizer con las que se pretende inmunizar a 2 millones 295 mil 638 personas. Una media de 350 mil dosis semanales para repartir entre las comunidades. El siguiente horizonte situado por el Ministerio de Sanidad es mayo, en el que se espera que 10 millones de personas estén ya vacunadas en España. Este ambicioso plan se engloba en pleno periodo navideño y en una situación epidemiológica preocupante, donde los casos positivos ya sobrepasan los 250 por cada 100. mil habitantes y la transmisión no para de subir.
Aunque algunos países europeos se adelantaron un día –como España–, el lanzamiento coordinado del bloque de 27 naciones el domingo tenía como objetivo proyectar un mensaje unificado de que la vacuna es segura y la mejor oportunidad para Europa de salir de la pandemia y la devastación económica causada por meses de cierres de emergencia.
Para los trabajadores de la salud que han estado luchando contra el virus sólo con mascarillas y caretas para protegerse, las vacunas representaron un alivio emocional, así como una oportunidad pública para instar a los 450 millones de habitantes de Europa a vacunarse por su propia salud y la de los demás.
“Hoy estoy aquí como ciudadana, pero sobre todo como enfermera, para representar a mi categoría y a todos los trabajadores de la salud que eligen creer en la ciencia”, expresó Claudia Alivernini, de 29 años, la primera persona en ser inoculada en el hospital Spallanzani de enfermedades infecciosas, en Roma.
“Vacunarse es un acto de amor y responsabilidad hacia toda la colectividad”, indicó Alivernini, antes de recibir la vacuna en Italia, que ha registrado más de 71 mil decesos a causa del coronavirus.
El Ministro de Salud de Italia, Roberto Speranza, declaró fuera del hospital que la campaña coordinada de la UE era una señal de esperanza para el continente, pero que la gente aún no debe bajar la guardia y debe seguir cuidándose durante varios meses más. “Aún nos esperan meses complicados. Es un maravilloso día, pero todavía debemos ejercer cautela… esta vacuna es el verdadero camino para poner fin a esta difícil temporada”.
Cada país sólo recibió una fracción de las dosis necesarias —menos de 10 mil en los primeros lotes— y se esperaba un lanzamiento mayor en enero, cuando haya más vacunas disponibles. Todos los que estaban recibiendo inyecciones el domingo deberán regresar por una segunda dosis en tres semanas.
Otros países miembros, como República Checa, eludieron lo peor de la pandemia al inicio, pero sus sistemas de salud estuvieron a punto de colapsar en el otoño. En Praga, el primer ministro checo Andrej Babis recibió la vacuna al amanecer y afirmó: “No hay nada que temer”.
La campaña de vacunación debería reducir las tensiones en algunas naciones, sobre todo en Alemania, luego de que Gran Bretaña y Estados Unidos empezaron con los programas de inoculación con la misma vacuna hace unas semanas. Cada nación decidirá quiénes recibirán las primeras vacunas. España, Francia, Alemania, entre otras, prometieron poner primero a los adultos mayores y a los residentes de casas para ancianos.