SkunkLock es un candado que en su interior contiene una cámara que resguarda un gas oloroso, que comprimido, es expulsado cuando alguien corta al menos el 30 por ciento de la estructura metálica del mecanismo de seguridad. De este modo, aunque no haya forma de garantizar la invulnerabilidad del candado, lo cierto es que parece ser más eficiente que otros productos antirrobo.
Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).- SkunkLock es un candado para bicicletas cuyo innovador mecanismo de defensa lo hace único en su tipo. Al ser vulnerado, el candado libera un fuerte olor parecido al que emiten los zorrillos. De ahí su nombre: «skunk», que en el idioma inglés significa «mofeta».
De acuerdo con la publicidad del mecanismo de seguridad, en el momento en que alguien lo fuerza o trata de romperlo se libera un aerosol que produce fuertes náuseas y repulsión.
El invento de Daniel Idzkowski y su socio Yves Perrenoud, ambos oriundos de la ciudad de San Francisco, en California, Estados Unidos, nació por el hartazgo del primero luego de ser víctima de varios robos de bicicleta, según comentó al diario británico «The Guardian». Así, cansado de gastar cientos de dólares en herramientas para asegurar su vehículo, Idzkowski se percató de la facilidad con que los ladrones quebrantan hasta los candados más imponentes. Entonces decidió añadir un elemento sorpresa: pestilencia.
De este modo, los creadores del SkunkLock esperan que su invento funcione para reducir el nivel de robos, ya que aunque el candado pueda ser cortado en menos de un minuto con una lija eléctrica o esmeril, como se muestra en el video, el gas emitido espanta al delincuente, impregnándolo de un olor que lo hará pensar dos veces antes de meterse con el candado.
Este mecanismo de seguridad tiene la tradicional forma en «U» y está hecho de fibra de carbono. En su interior cuenta con una cámara que contiene el gas oloroso, que comprimido, es expulsado cuando alguien corta al menos el 30 por ciento de la estructura metálica del candado.
Según Idzkowski, a una distancia de 60 centímetros el aerosol produjo náuseas al 99 por ciento de las personas que lo pusieron a prueba, mientras que a una distancia de casi dos metros, el hedor era notorio, por lo que la reacción de la gente fue alejarse inmediatamente. Inclusive sus creadores aseguran que a más de 30 metros de distancia el olor es perceptible y se mantiene desagradable. ¡Vaya fragancia!
Además, cabe destacar que el compuesto pestilente que utiliza este mecanismo ha sido aprobado por instancias legales en Estados Unidos y Europa, por lo que se podría decir que es completamente seguro y benigno para la salud… bueno, no te mata aunque sí te arruina el día.
Sin embargo, en una ciudad como San Francisco, donde de acuerdo con las autoridades locales 8 de cada 10 bicicletas son robadas, ni el SkunkLock es garantía, ya que puede ser vulnerado con una ganzúa, como los demás candados. Empero, Idzkowski y Perrenoud afirman que quebrantar el candado de ese modo lleva al menos 30 minutos, lo que de cierta manera no es tan alentador y seguro para un ladrón, ya que las probabilidades de ser cachado con las manos en la masa son considerablemente mayores.
Este invento pareciera ser una maravilla, aunque no estará disponible hasta mediados del próximo año.