Organizaciones civiles sostienen que la iniciativa de reducción al impuesto a los refrescos es el resultado de millones de pesos invertidos por la industria. Distintos expertos piden a senadores considerar los daños a la salud.
Por David Martínez y Juan Luis García
Ciudad de México, 27 octubre (SinEmbargo).– La industria del refresco en México es tan poderosa política y económicamente que está a punto de echar abajo un impuesto en México que servía de ejemplo al mundo en el combate a la obesidad, dice esta noche el influyente diario norteamericano The New York Times.
Es lo mismo que denuncian organizaciones de la salud en México y el extranjero. Hoy mismo, el Poder del Consumidor exhibió que Género Borrego, ex presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como otro alto ex operador en el Gobierno federal, Jaime Zabludowsky, negociaron esta marcha atrás en un país que sufre niveles históricos de obesidad.
Este misma noche, The New York Times, en una nota firmada por Elisabeth Malkin, escribe: “la sed aparentemente insaciable de refrescos en México ha hecho a la industria refresquera poderosa económica y políticamente; un ex Presidente, Vicente Fox, saltó a la fama como un ejecutivo de CocaCola”.
“Pero esa sed también ha contribuido a la obesidad epidémica”, destaca el diario, que recuerda además que ante esta panorama y buscando una manera de atacar el problema hace dos años, el Gobierno de México consultó expertos en salud pública e impuso un impuesto nacional de alrededor de 10 por ciento sobre las bebidas azucaradas.
Y continúa: “El impuesto se volvió en México, donde más del 70 por ciento de los adultos y un tercio de los niños de primaria tienen sobrepeso, un experimento internacional”. Sin embargo, alerta el diario neoyorquino, “al igual que la evidencia sugiere que el impuesto está empezado a trabajar, una propuesta para reducirlo ha aparecido en el Congreso”.
La industria ha gastado millones de pesos en debilitar el impuesto a los refrescos. La organización civil El Poder del Consumidor (EPC) estimó que grandes transnacionales como Coca-Cola, que cabildean en los países donde se intenta poner la misma clase de impuesto, han gastado fuertes cantidades en México.
“Es difícil decir cuántos millones de dólares por la falta de transparencia. Sin embargo, si en una ciudad como San Francisco la industria gastó millones de dólares para frenar una propuesta de impuesto a refrescos, ahora cómo no lo van a hacer en México, donde el país alcanza los 125 millones de personas”, dijo Alejandro Calvillo Unna en entrevista.
El Centro para la Ciencia en el Interés Público, organización que se dedica a investigar sobre temas de nutrición en Estados Unidos, detalló en agosto que las refresqueras gastaron 16 millones de dólares entre el 2009 y el 2015 para frenar esta clase de impuesto en Nueva York; gastaron 2.4 millones de dólares para detenerlo en la ciudad de Berkley, entre 2013 y 2015, y 9.2 millones, el año pasado en San Francisco.
“Asimismo, en el 2010 la industria de sodas y alimentos de Europa gastó mil millones de euros en una campaña para convencer a legisladores de no aprobar un etiquetado más detallado en sus productos”, añadió el director. Dato fue publicado por el “Corporate Europe Observatory”, un grupo de organizaciones europeas que vigilan los movimientos de la industria y su incidencia en las políticas públicas.
A posibles horas de que los senadores decidan el futuro de una iniciativa de ley que disminuirá el impuesto de refrescos de 1 peso a 50 centavos en las bebidas que tengan 5 gramos de azúcar (el equivalente a una cucharadita cafetera) o menos por cada 100 mililitros, el EPC teme que los legisladores hayan vuelto a pactar con la industria la reducción.
AGENCIAS Y EX FUNCIONARIOS CABILDEROS
Fuentes consultadas señalaron que desde la entrada en el 2014 del Impuesto Especial a Producción y Servicios (IEPS), que grava los refrescos, hay agencias de relaciones públicas que se han dedicado a cabildear para eliminar este gravamen que afecta los intereses de la industria, como múltiples cámaras empresariales han reconocido.
Asimismo, en una conferencia de prensa hecha el martes por la mañana, donde el EPC acusó que antiguos miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ahora trabajan para cámaras industriales gestaron la reducción del impuesto, Calvillo cuestionaba “¿qué les dieron a cambio [a los senadores]? No sabemos”.
“Estas gestiones vienen de personas que han estado en el Gobierno y que luego pasan a trabajar en la industria. Les llamamos puertas giratorias”, dijo el director del organismo civil Calvillo Unna.
La organización señaló que estos vínculos los representan ex funcionarios como Genaro Borrego Estrada, ex presidente nacional del PRI. Ahora director de Asuntos Corporativos de FEMSA, dueña de Coca Cola y de las tiendas OXXO.
Otro de los negociadores fue identificado como Jaime Zabludovsky, presidente ejecutivo de Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) y ex funcionario con distintas carteras en varias administraciones.
“ConMéxico estuvo incidiendo mucho, de hecho, se comenta que hubo una división a lo interno de que ConMéxico se enfocara a reducir el impuesto a los refrescos, y no a los alimentos. Y los legisladores hablaron de FEMSA muy metidos, entonces, ellos estuvieron. Borrego si estuvo físicamente en la Cámara de Diputados”, dijo Calvillo.
Además, desde que el lunes anterior los diputados federales aprobaron la iniciativa, diversos columnistas financieros han escrito a favor de la reducción del impuesto a refrescos, donde “parece que la misma persona escribió”, dijo el director.
PRI Y PAN SE ECHAN LA BOLITA
Al interior de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, cada uno de los grupos parlamentarios sigue debatiendo los costos políticos que le generará aprobar la reducción de 50 centavos por litro en las bebidas saborizadas, dentro de la Ley del Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS).
En medio del análisis en la cámara alta, el PRI en la Cámara de Diputados deslizó la idea de que fue Acción Nacional (PAN) quien planteó la modificación al impuesto de los refrescos, debido a que ésta no estaba incluida en la propuesta original de la Secretaría de Hacienda.
“Que no haya ninguna duda, este es un planteamiento del Partido Acción Nacional que formó parte de una negociación del más amplio espectro, un planteamiento con el que al final estuvimos de acuerdo porque consideramos que tiene justificaciones”, dijo el priista César Camacho Quiroz.
“Cuando se aprobó en la Cámara de Diputados fue a impulso y propuesta de Acción Nacional”, reiteró el líder de los diputados del PRI.
En respuesta, el PAN en la Cámara de Diputados intentó lavarse la cara y de último minuto filtró la propuesta de subir a dos pesos por litro, la cuota en bebidas saborizadas con alto contenido calórico.
“Hoy debo decirles que hacemos una contrapropuesta para ambas cámaras, en la búsqueda de resolver este problema. Lo que impulsamos es, entonces, que se le incremente el IEPS, en un peso, a las bebidas con un alto contenido energético y se deje como está, las bebidas con bajo contenido energético”, dijo el líder de los diputados panistas Marko Cortés.
El legislador del blanquiazul afirmó a SinEmbargo que la propuesta se enviaría de inmediato a la Comisión de Hacienda del Senado, para que se contemplara dentro de la discusión de la Ley de Ingresos, porque es en esa cancha en donde se desarrolla en este momento el análisis de la miscelánea fiscal.
Y es justo en este punto, en que la bancada del Partido en el Senado continúa dividida respecto a dar su voto a favor o en contra de la minuta enviada por la Cámara de Diputados para reducir en 50 por ciento el impuesto a las bebidas endulzadas.
Aunque el lunes pasado se anunció que los 38 integrantes de la bancada panista votarían en contra de la reducción a los refrescos, menos de 24 horas después prácticamente la mitad de los senados albiazules que echaron para atrás.
“Una parte del grupo dice: ‘no podemos permitir que se genere un incentivo para que bajen el consumo de azúcar, a través de subirles el impuesto’. Y otra parte dice: ‘tenemos, nosotros somos un partido que respeta la libertad, si alguien quiere tomar más azúcar de la que debe pues está en su absoluta libertad, y no andar nosotros imponiendo restricciones’”, informó el Senador panista Héctor Larios.
El legislador explicó que la bancada panista se reunió con el director de la asociación de refresqueros, quien expuso durante siete minutos la postura de la industria refresquera sobre este tema.
No obstante, Larios rechazó que la división al interior del PAN se deba al cabildeo de las refresqueras, “la división se había dado antes de que entrara él”, dijo.
Informó que el representante de los refresqueros informó que solo 137 marcas, que representan el uno por ciento de las bebidas elaboradas, cumplen con las características de contener cinco gramos por cada 100 mililitros.
Solo el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado se dijo firme en la posición de votar en contra de reducir la cuota a las bebidas endulzadas y anunció que esa era la postura de todo el grupo parlamentario.
“Este regalo no tiene justificación alguna, toda vez que es obvio que no van a bajar los precios a los consumidores, por lo que no representa un beneficio en el tema de la sustitución por agua se ha venido realizando. En el PRD estamos en contra del regalo que los diputados del PRI y del Partido Acción Nacional les dieron” sostuvo a nombre de la bancada del PRD, el Senador Armando Ríos Piter.
Así estaban los planteamientos, previo a que se retrasara 30 horas la cita de la Comisión de Hacienda. Momento en que el PRI ventiló que podría votar porque se mantenga la tasa inicial de un peso por litro a las bebidas azucaradas, y se pronunció en contra de la reforma avalada por la Cámara de Diputados de reducir en 50 por ciento el impuesto.
En entrevista, el presidente del órgano legislativo, el priista José Yunes Zorrilla, explicó a SinEmbargo que el PRI podría dar marcha atrás al incentivo fiscal porque no se trata de un planteamiento de la Secretaría de Hacienda, sino de una propuesta del PAN en San Lázaro.
“Hay posibilidad [de votar en contra]. Es importante que se sepa que se está analizando. No es una iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto, es una modificación de la Cámara de Diputados”, explicó el presidente de la Comisión de Hacienda.
Por su parte, el Senador panista Jorge Luis Lavalle Maury, integrante de la misma Comisión, comentó que más allá de la nueva clasificación que Hacienda está dando a las bebidas de bajo contenido calórico, se debería invertir en el fomento y la instalación de bebederos públicos e incrementar los programas de actividades físicas y campañas de prevención de enfermedades relacionadas con su alto consumo, como es la hipertensión, la diabetes y la obesidad.
ORGANIZACIONES SE PRONUNCIAN
El prestigioso investigador estadounidense, Robert Lustig, dirigió ayer una carta a las comisiones de Salud y Hacienda del Senado Mexicano, en la que pidió no bajar el impuesto.
“Confiamos que sea la evidencia científica lo que guíe las políticas públicas a favor de la salud de los mexicanos”, expuso Lustig. La carta firmada con otros investigadores de la Universidad de California, incluyó al ex subsecretario de Salud de México, el Dr. Jaime Sepúlveda.
Además, once organizaciones líderes en salud pública a nivel global como Consumers International, la Coalición Latinoamericana Saludable y el World Public Health Nutrition Association manifestaron ayer, en un comunicado, su “profunda preocupación en torno a la presión del cabildero de la industria para reducir este impuesto pionero de México al 5 por ciento para bebidas que contienen 5 gramos o menos de azúcar añadidos por 100 mililitros”.
Afirmaron que si se consuma esta reducción, “la población más afectada sería la infancia mexicana ya que muchas bebidas que tendrían un impuesto más bajo son formuladas y dirigidas a las y los niños”, y esto, explicaron, “haría más accesibles estas bebidas no saludables a la infancia y a la juventud”.
Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) envío un posicionamiento en el que externó su preocupación por la reciente decisión de reducir el impuesto a refrescos.
“La propuesta de reducir el IEPS revertiría los efectos que el impuesto ha tenido en la disminución del consumo de azúcares. Además, generaría un mensaje confuso para la población, ya que 5 gramos de azúcares por cada 100 ml sigue siendo un consumo no recomendado”, citó el comunicado de la institución.
Un ejemplo de como se estaría violando el consumo diario recomendado para adultos que está establecido por la OMS en 25 gramos de azúcar sería tomarse un solo refresco de 600 mililitros, con 5 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, que representa 30 gramos de azúcar. ”Por esta razón no es un límite aceptable”, explicó la institución.