El AR-12 ha sido estudiado extensamente en el laboratorio como un medicamento anticancerígeno y antiviral, con publicaciones anteriores revisadas por pares que muestran su eficacia contra virus como el Zika, las paperas, el sarampión, la rubéola, el chikungunya, el VSR, el CMV, el VIH resistente a los fármacos y la gripe.
Madrid, 27 de septiembre (Europa Press).- Un equipo de científicos dirigidos por el Centro de Cáncer Massey de la Universidad del Commonwealth de Virginia (Estados Unidos) ha descubierto que un fármaco experimental contra el cáncer llamado AR-12 inhibe el virus del SARS-CoV-2, la causa de la COVID-19, de infectar las células y de replicarse. Sus hallazgos se han publicado en la revista Biochemical Pharmacology, y se están tomando medidas para desarrollar un ensayo clínico que pruebe este novedoso tratamiento.
El AR-12 ha sido estudiado extensamente en el laboratorio como un medicamento anticancerígeno y antiviral, con publicaciones anteriores revisadas por pares que muestran su eficacia contra virus como el Zika, las paperas, el sarampión, la rubéola, el chikungunya, el VSR, el CMV, el VIH resistente a los fármacos y la gripe.
«El AR-12 funciona de una manera única. A diferencia de cualquier otro medicamento antiviral, inhibe los chaperones celulares, que son proteínas que se requieren para mantener la forma tridimensional correcta de las proteínas virales. La forma del virus es crítica para su capacidad de infectar y replicarse», explica el líder del estudio, Paul Dent.
— Colleen Doran (@ColleenDoran) September 25, 2020
Uno de los chaperones celulares inhibidos por el AR-12 es el GRP78, que es esencial para la reproducción de todos los virus. El GRP78 actúa como una especie de sensor de estrés celular y es necesario para el ciclo de vida de todos los virus mamíferos.
Estos investigadores esperan comenzar a inscribir pacientes a principios de 2021, pero aún quedan varios hitos. El equipo debe desarrollar el protocolo del ensayo clínico, recibir la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para probar el AR-12 en pacientes con COVID-19 y fabricar suficiente cantidad de la droga para el ensayo.
Otra observación realizada en la investigación de Dent también puede arrojar luz sobre por qué los afroamericanos se han visto más afectados por la enfermedad grave durante la pandemia de COVID-19. Las personas de ascendencia no europea, en particular las de ascendencia africana, fabrican una proteína llamada ATG16L1 T300, mientras que las de ascendencia principalmente europea fabrican una variante diferente, ATG16L1 A300.
«Comparamos las células de cáncer de colon emparejadas, en las que un conjunto produce A300 y el otro T300, y encontramos que las células que producen la forma T300 producen más GRP78 y más del receptor del virus ACE2. Esto, por supuesto, no prueba que aquellos con la forma T300 sean más susceptibles a COVID-19, pero proporciona un biomarcador que podría ser evaluado para ayudar a explicar por qué algunas personas contraen una enfermedad más severa que otras», concluye.