Jerusalén, 27 sep (EFE).- El Ejército israelí ha abierto una investigación y sancionará a los militares que el viernes agredieron a dos periodistas de la agencia francesa AFP en Cisjordania a los que también destrozaron intencionadamente sus equipos y cámaras.
«La investigación preliminar de los hechos en Bet Furik revela que el oficial al mando no actuó con la profesionalidad que ss espera de él», dice un comunicado del Ejército difundido esta madrugada.
Los hechos ocurrieron el viernes después del entierro de un palestino en la aldea de Bet Furik, en el territorio ocupado de Cisjordania.
El joven, de 26 años, murió en un hospital de la vecina ciudad de Nablus seis días después de resultar herido de forma crítica por disparos de soldados israelíes a los que presuntamente lanzó un cóctel molotov.
Los cámaras agredidos, uno italiano y el otro palestino, filmaban a la patrulla cuando uno de los soldados le cogió la cámara y la estrelló contra el suelo, al tiempo que unos minutos después otro les destrozaba otros equipos.
Las imágenes fueron grabadas por un equipo de televisión palestino, lo que propició una ola de quejas contra el Ejército.
La Asociación de Prensa Extranjera denuncia «en los términos más enérgicos» el «deplorable comportamiento» de los soldados israelíes que «molestaron y golpearon a los periodistas y les destrozaron sus equipos sin que mediara provocación alguna».
«Ambos periodistas habían recibido permiso para actuar en la zona y estaban identificados de forma clara, con chalecos en los que se leía la palabra ‘PRENSA'», agrega la queja de la Asociación que reúne a los medios internacionales acreditados ante las autoridades israelíes y palestinas.
A pesar de ello, insiste el comunicado de denuncia, «los solados les apuntaron con sus armas, tumbando en el suelo de forma agresiva a uno de ellos, golpeándole en las costillas e hincándole una rodilla en el pecho».
Ambos tuvieron que recibir tratamiento médico en un hospital y sufrieron daños materiales «por varios miles de euros», subraya el comunicado, que expresa sus dudas de que el Ejército hubiera hecho algo «de no haber sido grabado» el incidente.
«La Asociación ha expresado su preocupación al Ejército en muchas ocasiones pero no vemos ningún cambio en su comportamiento. Es hora de que los comandantes del Ejército actúen y muestren su respeto por la libertad de prensa y que tienen control sobre los soldados en el terreno», concluye.
Por su parte, el Ejército israelí dijo que «considera grave este suceso que contradice el código ético y profesional» y precisa que «el oficial ha sido cesado en sus funciones».
Y asegura en su parte que el incidente sigue bajo investigación para sacar las conclusiones pertinentes y difundirlas entre los soldados con el fin de evitar que se repitan.