La deportista mexicana afirmó que «seguirá trabajando» para lograr un oro olímpico y dice estar «llena de hambre por seguir adelante».
Tokio, 27 ago (EFE).- La lanzadora de disco mexicana Rosa María Guerrero logró este viernes el bronce en los Juegos Paralímpicos de Tokio, tras la «lucha constante» que supuso prepararse para el evento deportivo pese a todas las dificultades que ha presentado la pandemia.
Guerrero, de 36 años y originaria de Mazatlán (estado de Sinaloa), se mostró hoy exultante tras lograr el tercer puesto en Tokio y a pesar de que «se había mentalizado mucho» para lograr el oro, según dijo en declaraciones a Efe tras la prueba.
Las limitaciones derivadas de la pandemia -y más aún para las personas con discapacidad- dificultaron enormemente la preparación de cara a Tokio, y a ellas se sumaron las restricciones que se aplican en la capital nipona durante estos Juegos que se desarrollan en un formato burbuja sin precedentes.
«Para nosotros, como grupo que conformamos los atletas y técnicos, fue difícil encontrar un lugar para entrenar, luego otro y luego otro… pero al fin y al cabo venimos trabajando fuerte y créeme que se vio reflejado», explicó Guerrero.
La lanzadora de disco se estrenó en la práctica al máximo nivel de este deporte paralímpico en 2017, en el Campeonato Mundial de Londres donde obtuvo el tercer puesto.
Siete años antes perdió la movilidad de cintura para abajo a raíz de una enfermedad bacteriana, y después de haber practicado el futbol de forma asidua.
Guerrero retomó la práctica deportiva tras su discapacidad probando el baloncesto en silla de ruedas, y fue su actual entrenador, Iván Rodríguez Luna, quien la captó para dedicarse al atletismo.
Por ello quiso dedicarle al técnico su primera medalla en unos Juegos Paralímpicos, además de expresar sus agradecimientos «a Dios» y «a todos sus familiares», a quienes considera parte de su logro.
La deportista mexicana afirmó que «seguirá trabajando» para lograr un oro olímpico y dice estar «llena de hambre por seguir adelante».
Guerrero conquistó el bronce en Tokio en la categoría F55 con un lanzamiento de 24,11 metros, en la final disputada en el Estadio Olímpico de Tokio con las gradas vacías debido a la pandemia.
La lanzadora, que llegó a verse en primera posición durante gran parte de la prueba, solo se vio superada por la china Feixia Dong, con una marca de 26,64, y por la letona Diana Dadzite (25,02).