En 2018 un nuevo Gobierno tomará las riendas de la Ciudad de México y Miguel Ángel Mancera Espinosa, actual Jefe de Gobierno de la capital del país, dejará un reto importante a quien lo suceda en la administración local, principalmente en materia de seguridad –principalmente homicidios y feminicidios–, economía, movilidad, agua y medio ambiente.
SinEmbargo revisó con cifras y analistas aciertos y desaciertos del Gobierno local, donde se destaca que Mancera legará un Sistema de Transporte Colectivo Metro colapsado –a pesar del aumento a la tarifa– y un problema de suministro de agua agravado por el crecimiento de los desarrollos inmobiliarios, afirman.
La actual administración se irá –de no concretarse pronto– sin crear una Alerta de Violencia de Género contra la Mujer (AVGM), por las fallas de política pública para combatir, investigar y contener los asesinatos y desapariciones de mujeres.
Y aunque en materia económica la administración de Mancera dejará números aceptables, su gestión en ese rubro no fue extraordinaria respecto a su antecesor, Marcelo Ebrard Casaubón, para calificarla como buena, plantean especialistas en esa materia. En tanto, en materia política, el Jefe de Gobierno que llegó al poder con el mayor nivel de aprobación en la historia de la capital del país, se irá con un capital político desperdiciado y disminuido por los errores que cometió, afirman politólogos.
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Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).– El Jefe de Gobierno que llegó al poder en 2012 con la popularidad más elevada en la historia electoral de la Ciudad de México –incluso mayor que la de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón– se irá con un panorama inverso por el costo de los errores políticos cometidos y la falta de una política pública eficiente para mejorar los rubros más importantes en la administración de la capital del país, coinciden especialistas consultados por SinEmbargo.
Miguel Ángel Mancera Espinosa tuvo en sus manos el capital político más importante de los últimos sexenios, pero lo perdió en el camino de su administración.
“No hubo un gobernante en la ciudad desde que tenemos posibilidad de elegir Gobierno con el nivel de popularidad con el que llegó Mancera. Ni uno solo con el capital político con que llegó el actual Jefe de Gobierno, pero lamentablemente lo desperdició”, dice María Eugenia Valdés Vega, académica experta en el sistema político mexicano de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Mancera Espinosa llegó al poder en 2012 con 63.5 por ciento de los votos –Marcelo Ebrard Casaubón logró el 46.38 por ciento, Andrés Manuel López Obrador ganó con el 37.5 por ciento y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano lo hizo con el 48.1 por ciento–. Pero su popularidad fue cayendo hasta llegar, en abril de 2016, a uno de sus peores niveles, cuando sólo 3 de cada 10 capitalinos apoyaban su gestión.
De acuerdo con los analistas, ese capital político se desperdició porque el Jefe de Gobierno falló en aspectos importantes de la política pública, como el negar los niveles de inseguridad, que como en el resto del país, se incrementaron paulatinamente en la urbe más grande del país a la par de la presencia de los cárteles.
“Esa baja fue por la incapacidad de generar política pública, además de una estrategia de comunicación del Gobierno de la ciudad poco eficiente”, considera Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Durante la gestión de Mancera Espinosa, Movimiento Regeneración Nacional (Morena) – entonces partido de reciente creación– ganó en los comicios de 2015 la mitad de las delegaciones que gobernaba el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En 2016 consiguió la mayor votación en la elección de los constituyentes que redactarían la Constitución Política para la Ciudad de México.
En la gestión actual, Morena se fortaleció a tal grado que hoy es la fuerza política que lidera las encuestas para gobernar la Ciudad de México en 2018.
“El primer error político de Mancera fue romper con Marcelo Ebrard y con el perredismo histórico. Eso lo aisló políticamente”, explica María Eugenia Valdés.
Después, se sumó el impacto que tuvo en el ánimo de los capitalinos el aumento del boleto del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM), los problemas con el corredor Chapultepec y las fotomultas que le costaron popularidad, añade.
“Se fueron acumulando uno tras otro los errores políticos, hasta que el partido que lo postuló quedara en segundo lugar en la ciudad. No es culpa de él nada más; hubo un problema muy grave en el PRD. Así que el papel de Mancera en la Ciudad de México se cobrará en 2018. Yo creo que le costará el lugar en las elecciones del año que viene”, considera la especialista.
Uno de los aciertos que se adjudican a la administración de Miguel Ángel Mancera es el logro de crear la nueva Constitución de la Ciudad de México, la cual fue acariciada por otros ex jefes de Gobierno sin éxito.
Pero ese logro es compartido con varios actores políticos, explica Valdés Vega.
“Su logro mayor es la Constitución de la Ciudad de México y no es un logro menor, es importante, pero no suficiente para resarcir los errores tan grandes que ha tenido. Hay que darle mérito a muchos otros actores: a [Alejandro] Encinas, por ejemplo, quien había luchado mucho desde hace tiempo por una Constitución; era una demanda del PAN [Partido Acción Nacional] y de la izquierda. Así que su mayor logro no es sólo de él, es compartido”, dice.
Gustavo López Montiel agrega que un acierto político de Mancera fue no afiliarse al PRD, pero se opacó con un error: formar un grupo político [tribu o corriente] al interior de ese partido.
“Hay una parte de capacidad de control que no tuvo, que sí habían podido hacer Marcelo y López Obrador: el de mantener el control de los grupos locales y evitar la desbandada. El tema es que hizo un grupo político que lo convirtió en un actor que los grupos vieron como un igual y no sobre todos”, explica el politólogo.
NEGACIÓN DE LA INSEGURIDAD
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en 2012, gobernado durante 11 meses por Marcelo Ebrard, hubo 779 homicidios, 65 secuestros, 1,181 casos de extorsión, 5 mil 916 casos de robo de vehículo con violencia y 12 mil 599 de robo de vehículo sin violencia.
En 2014, ya con Mancera en el poder, hubo una baja en todos los rubros, menos en el de robo de vehículo con violencia; pero a partir de 2015 los homicidios dolosos fueron en aumento.
La cifras indican que el año pasado cerró con 952 homicidios, 46 secuestros, 608 extorsiones, 3 mil 712 robos de vehículo con violencia y 7 mil 946 robos de vehículo sin violencia. Hasta julio de 2017, la cifra de homicidios dolosos fue de 621 [más de la mitad de los homicidios de todo 2016], 26 secuestros, 292 casos de extorsión, 2 mil 335 robos de vehículo con violencia y 4 mil 125 robos de vehículo sin violencia.
La incidencia delictiva presentada por el Secretariado Ejecutivo se refiere sólo a los “presuntos delitos registrados en averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas, reportadas por las Procuradurías Generales de Justicia y Fiscalías Generales”, instancias responsables de la veracidad de los datos.
En estos datos no se toma en cuenta la cifra negra que, de acuerdo con la última Encuesta Nacional del Victimización y Percepción del Delito 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 94 de cada 100 delitos no se denuncian en el país.
El Semáforo Delictivo precisa que durante 2017 los homicidios han ido a la alza cada mes, incluso superando a la media nacional. Por ejemplo, en enero de este año hubo un aumento de 41 por ciento respecto a enero de 2016.
Delitos como secuestro, extorsión y robo de vehículo han disminuido, pero el robo a negocio se ha incrementado todos los meses de este año, respecto al año pasado, incluso sobre la media nacional. En enero de 2017 se registró un aumento de 37 por ciento respecto a enero de 2016 en este rubro.
De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) hay 54 casos de asalto a negocio diarios.
La Ciudad de México registra un aumento en los delitos, principalmente en los homicidios, y sigue un patrón que comparten todas las entidades federativas. Incluso comparada con otros estados, la Ciudad de México tiene una incidencia menor de delitos, de acuerdo con los datos del secretariado.
Sin embargo, el Gobierno de Miguel Ángel Mancera se ha caracterizado por la negación de la existencia de cárteles del crimen organizado. Pero el Gobierno de Estados Unidos identifica la presencia en la capital del país del Cártel de Sinaloa, el Cartel del Golfo, Los Zetas, la organización de los Beltrán Leyva e incluso de Los Caballeros Templarios.
En febrero de este año, el Departamento de Estado difundió que en la Ciudad de México hay cobros de piso, desapariciones forzadas y otros crímenes que desde hace años ocurren en las regiones más afectadas por el narcotráfico.
“Una práctica común de las pandillas es pedir cuotas de protección o imponer su propio impuesto a los productos y servicios con la amenaza de la violencia a quienes no paguen […] Decapitaciones, linchamientos, tortura y otras terribles despliegues de violencia, así como un alto número de desapariciones forzadas, se han convertido en hechos rutinarios, incluyendo en la zona metropolitana de la Ciudad de México”, dice el documento.
Santiago Roel Rodríguez, director de Semáforo Delictivo, dice entrevista con SinEmbargo que el principal problema de la Ciudad de México en materia de seguridad, es la actitud del Jefe de Gobierno de “negar los problemas”.
“Utiliza esta comparación en donde no sale tan mal la ciudad comparada con el resto del país para decir que todo está bien. Sí se han incrementado algunos índices delictivos, hay zonas complicadas, delegaciones con alta incidencia. No ayuda esta actitud de querer negar o minimizar el problema. Desde 2015 hemos estado alertando que los índices delictivos van hacia arriba en la ciudad. No nos interesa tanto que salgamos bien con respecto al resto del país, vamos a compararnos contra nosotros mismos y sí se ha ido deteriorando”, explica.
Roel Rodríguez precisa que el gran reto para la próxima administración para atacar el problema de inseguridad será aceptar que existe un problema y compartir información para que las organizaciones civiles puedan aportar soluciones.
“Entonces esta negativa de que hay problema y la negativa a abrir la información no nos parece sano. Esta comparación con el resto del país o decir que en la Ciudad de México no hay grupos del crimen organizado no ayuda. La seguridad de la ciudad es un gran reto, y no sólo en las áreas turísticas, es para toda la ciudad”, considera.
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FEMINICIDIOS (ONG´S SOLICITARÁN ALERTA DE GÉNERO)
La semana pasada Araceli Osorio Martínez, mamá de Lesvy Berlín Rivera Osorio –quien apareció estrangulada en una caseta telefónica en las inmediaciones del Instituto de Ingeniería de Ciudad Universitaria–, exigió en un conservatorio realizado en las instalaciones de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) una Alerta de Violencia de Género contra la Mujer para la Ciudad de México.
Ese día, Araceli lamentó que el crimen de su hija haya sido calificado por un juez como un suicidio y haya girado un auto de formal prisión en contra del novio de la joven por homicidio simple doloso. Acusó a Mancera Espinosa directamente de no reconocer la muerte de Lesvy como un feminicidio, en contubernio con las autoridades universitarias.
“Vamos a seguir trabajando porque aunque don Miguel Ángel Mancera diga que se va dejando una ciudad pintada de rosa, se va con las manos manchadas de sangre”, dijo.
Y agregó: “Estamos en el mundo al revés. Tenemos que preocuparnos aparte de lo que sentimos, preocuparnos utilizando todos nuestros recursos físicos, materiales y económicos para defendernos del Procurador, de las autoridades de la universidad, de un fiscal, de una fiscal de Coyoacán. Tenemos que defendernos del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México”.
La abogada del caso, Sayuri Herrera, quien también representa al Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, acusó al Gobierno de Mancera de no reconocer el feminicidio de Lesvy Berlín por el costo político para su administración.
“Queremos que las cosas se nombren por su nombre, porqué no aplican el tipo penal de feminicidio, qué impide que se reconozca que hay violencia de género.Tiene un costo político muy alto. Decir que en la Ciudad de México hay violencia. Las autoridades de esta ciudad han privilegiado sus negocios inmobiliarios, privilegian trayectoria política por encima de la vida de las mujeres y me refiero a Miguel Ángel Mancera”, dijo.
De acuerdo con los datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), entre 2012 a lo que va de 2017 se cometieron 690 asesinatos de mujeres en la Ciudad de México, de los que 260 son investigados como feminicidios. Es decir, sólo 37 por ciento.
Según las cifras de la Procuraduría capitalina, plantea el Observatorio, entre enero y junio de 2017 se cometieron 101 feminicidios.
María de la Luz Estrada, coordinadora nacional del OCNF, dice en entrevista con este diario digital que en los próximos días las organizaciones de la sociedad civil solicitarán una Alerta de Violencia de Género para la capital del país, debido no sólo al incremento de los feminicidios con saña, sino por la falta de política pública para combatir los asesinatos de mujeres.
“La Alerta de Género es para corregir una política pública, es una acción de carácter urgente, de seguridad, justicia y prevención. En la Ciudad de México se están haciendo mal las investigaciones y eso está provocando impunidad y un caldo de cultivo para estos crímenes. Estamos hablando que 38 por ciento de las mujeres fueron asesinadas de manera muy violenta: asfixiadas, tiradas en basureros”, dice.
María de la Luz destaca que quienes son encargados de llevar los litigios en casos de asesinatos de mujeres, incurren en una falta de debida diligencia, pierden evidencia y ni siquiera realizan peritajes de criminalística para probar el suicidio, como concluyeron las autoridades capitalinas, en el caso de Lesvy Berlín.
“Tenemos mucho tiempo diciendo que en la Ciudad de México el Ministerio Público no está investigando las muertes violentas de mujeres, pierden material probatorio tan necesario para el sistema de justicia penal para vincular a proceso. Estamos viendo incremento en los asesinatos y en las desapariciones. Si no se corrige ahora, nos vamos a encontrar como en otros estados, que aunque hagamos muchos esfuerzos por revertir el problema, sea muy difícil”, alerta.
ECONOMÍA, BUENAS CUENTAS
El rubro de economía es quizás el mejor evaluado para la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa.
De acuerdo con un análisis de México ¿Cómo Vamos? la Ciudad de México aporta 16.8 por ciento al Producto Interno Bruto nacional (PIB) y es el estado con mayor peso en la actividad económica del país.
Entre sus conclusiones, el análisis destaca que entre el primer trimestre de 2013 y el cuarto trimestre de 2016 la Ciudad de México creció en promedio 2.2 por ciento anual “ligeramente por encima del crecimiento promedio nacional, de 2.1 por ciento anual”.
“Este dinamismo se comenzó a observar en los últimos trimestres, cuando alcanzó tasas de hasta 4.9 por ciento anual durante el cuarto trimestre de 2016. Por el contrario, el crecimiento de la CDMX superó apenas el 1 por ciento promedio anual durante los primeros 2 años de la administración”.
El semáforo económico precisa que la capital del país requiere de la creación de 102 mil 200 empleos formales cada año y que entre 2013 y 2016 se crearon 122 mil 729 empleos en promedio cada año, alrededor de 120 por ciento de la meta estatal, por lo que “rebasó la meta”.
En cuanto a salarios, el análisis considera que la mayor parte son plazas registradas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hasta con tres salarios mínimos. Cuando Mancera recibió la administración en 2012 un total de 47 por ciento de las plazas estaban registradas con este monto y, para finales de 2016, la proporción se elevó a 50 por ciento.
“Por el contrario, la proporción de trabajadores registrados con entre 22 y 25 veces el salario mínimo se ha mantenido prácticamente constante en 5 por ciento”, detalla el análisis.
Respecto a la informalidad, en el primer trimestre de 2013 el 49.8 por ciento de los trabajadores de la capital del país eran informales. Para el primer trimestre de 2017 la proporción cayó 1.7 puntos porcentuales al ubicarse en 48.1 por ciento.
“La tasa de desocupación se ha reducido sustancialmente. Mientras a principios de 2013 ésta representaba al 6.4 por ciento de la población económicamente activa [PEA] y estaba muy por encima de la nacional [de 4.9 por ciento]. Al primer trimestre de 2017 ésta fue de 3.8 por ciento, mientras la nacional fue de 3.4 por ciento”, dice el análisis.
En cuanto a la pobreza, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el porcentaje de personas que que vivían en condiciones de pobreza entre 2012 y 2014 disminuyó de 28.9 por ciento a 28.4 por ciento. Sin embargo, dice el análisis de pobreza laboral realizado por México ¿Cómo vamos?, la población que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo se incrementó de 30.2 por ciento durante el primer trimestre de 2013 a 30.6 por ciento al primer trimestre de 2017. Es decir un aumento de 11 mil 197 capitalinos en pobreza laboral.
Sobre la deuda pública, la Ciudad de México es el estado más endeudado del país, con una deuda registrada ante el Registro Público Único de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de 73 mil 374 millones de pesos al primer trimestre de 2017, dice el análisis.
México ¿Cómo vamos? destaca en un apartado la falta de transparencia en información sobre la deuda pública.
“Es importante tomar estos datos con cautela, puesto que sólo representan una proporción del total de la deuda estatal. Además del endeudamiento reportado ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las entidades federativas pueden acumular otro tipo de pasivos: endeudarse con sus proveedores o pactar fideicomisos a cuenta del erario público, entre otros. La opacidad en torno a los egresos locales ha ocasionado que estos datos sean de difícil acceso y que intentar reconstruirlos sea complicado”, dice el documento.
“Con los datos publicados, referentes a 2016, se observa que la Ciudad de México es el estado con las obligaciones de corto plazo [pagadera en menos de 12 meses], pagos a proveedores y contratistas, más altas del país. La deuda de este tipo asciende a 22 mil 856 millones de pesos. Entre estas obligaciones, 61.3 por ciento son adeudos a proveedores, 38.6 por ciento a contratistas y 0.1 por ciento son otras obligaciones de corto plazo”, concluye.
Ángel Iván Olvera Lozano, director de la carrera de Economía y Finanzas ITESM, comenta que la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa en materia económica no ha sido mala sino regular en comparación con las cifras y el comportamiento económico que siguió el Gobierno de su antecesor Marcelo Ebrard Casaubón.
“No lo podemos calificar de malo desde una perspectiva económica. Yo lo calificó como regular, porque se ha seguido haciendo exactamente algo muy parecido a lo que se hizo con Marcelo. No ha habido nada extraordinario en materia económica para decir que ha sido bueno”, dice.
MOVILIDAD (TRANSPORTE)
El transporte en la Ciudad de México, por su población y sus características, está colapsado desde hace años y el reto no sólo ha sido para la administración de Miguel Ángel Mancera, sino también de sus antecesores que han heredado problemas no solucionados en movilidad. En 2018 la historia se repetirá, pues a pesar de que hubo un aumento a la tarifa del Sistema de Transporte Colectivo Metro durante la administración de Mancera, el organismo sufre constantemente por las fallas en sus trenes y las inundaciones apenas llueve.
El Metro es el sistema de movilidad más relevante de la ciudad y es un ícono. De acuerdo con la politóloga María Eugenia Vega, su abandono es uno de los principales errores políticos de Mancera Espinosa, pues diariamente transporta un promedio de 5.5 millones de personas, de acuerdo con información oficial.
“Es un ícono para esta ciudad y haberlo descuidado de esa manera, no tiene perdón para mucha gente”, dice.
Mancera, agrega, incrementó la tarifa del Metro a cinco pesos por viaje, pero la población no vio los beneficios de este aumento y, por el contrario, ha padecido durante los últimos años de su administración de los estragos en la infraestructura del organismo.
Este mes Jorge Gaviño Ambriz, director general del Metro, presentó el “Diagnóstico Actualizado de la SCT 2017” y dijo que el organismo requiere de una inversión adicional de 30 mil millones de pesos para “atender el rezago en la compra de refacciones y mantenimiento a las instalaciones fijas y trenes”.
De acuerdo con el funcionario, ese monto se invertiría durante tres años, tiempo que se requiere para mejorar las instalaciones del Metro.
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Daniel Zamudio Mendoza, consultor independiente en temas de movilidad, considera que la administración de Mancera apostó por corredores de transporte público y renovación de la flota, sin embargo sólo fueron intentos que no han logrado resolver el problema de la movilidad.
“Seguimos viendo falta de coordinación entre autoridades del Estado de México y la ciudad en los nodos de conexión entre ambos puntos. Falta darle continuidad a la renovación de la flota de microbuses a través del programa de chatarrización; aún quedan 15 mil unidad sin chatarrizar”, dice.
Zamudio Mendoza destaca que el reto para la próxima administración es tomar en serio la modernización y mejora del Metro, pues lo que se ha hecho hasta hoy es “una burla, un parche” para los problemas que padece.
“Hay que invertir más en corredores de Metrobús. Un corredor cada dos, tres años, no es funcional. Sin duda hay que disminuir la inversión en infraestructura del uso del automóvil, me refiero a los segundos pisos”, plantea.
El consultor revela que 80 por ciento de la inversión que se destina a infraestructura en movilidad en la ciudad es para el uso uso del automóvil, y sólo 20 por ciento para el transporte público.
Además, agrega, se debe proyectar una real red de Metrobús conectada con el Sistema de Mexibús del Estado de México, con entre 10 y 15 líneas nuevas para operar
MEDIO AMBIENTE (AGUA Y CONTAMINACIÓN DEL AIRE)
La crisis del agua y la contaminación del aire y auditiva son problemas que, de acuerdo con los investigadores, aquejan a la Ciudad de México y que el Gobierno de Miguel Ángel Mancera heredará a sus sucesores.
No sólo el sistema de alcantarillado y drenaje –que se colapsa cada que llueve en capital del país– requiere de atención, sino también la distribución y abastecimiento del agua en la ciudad, actualmente mermada por el crecimiento inmobiliario, dice el profesor Eduardo Torres Alonso, integrante del Seminario Universitario de Estudios sobre Sociedad, Instituciones y Recursos de la UNAM.
“El próximo Gobierno de la ciudad tiene que encontrar mecanismos alternativos para conciliar los intereses de los ciudadanos, que son inobjetables, y los intereses de las desarrolladoras inmobiliarias”, dice.
De acuerdo con un análisis publicado por la investigadora Nuria Merce Ortega Font en la revista de divulgación de la UNAM Casa del Tiempo, en la Zona Metropolitana se está rebasando 173 por ciento en extracción la disponibilidad de la cuenca.
El consumo per cápita en la Ciudad de México es de 314 litros de agua por habitante, pero 77 por ciento de la población consume menos de 150 litros diarios. Del total de la disponibilidad de agua entre 30 y 45 por ciento se pierde en fugas de la red, escribe la investigadora.
En mayo de este año, el diario Reforma publicó que durante 2016 un total de 42 edificaciones de desarrolladores inmobiliarios construyeron 85 por ciento más de los pisos permitidos por la normatividad de la ciudad.
Para Torres Alonso, el problema tanto en materia de agua y la contaminación ambiental, se concentra en una falla en la política pública.
“Es cierto, no hay agua. Pero, ¿por qué no hay agua? Porque todo recurso que se usa de forma ilimitada se acaba, y se acabó por el crecimiento inmobiliario. Estos edificios requieren consumo y sobreexplotación del acuífero. En la ciudad hay hundimientos que van entre los 15 y 40 centímetros por año, porque se está explotando agua en zonas muy profundas. Pero no sólo es eso: la poca que hay se está contaminando con descargas de aguas negras, no sólo industriales sino habitacionales”, explica.
En cuanto a la calidad del aire, en la Ciudad de México se han vuelto comunes las contingencias ambientales por ozono. De acuerdo con el investigador Eduardo Torres, no hay suficientes medios alternativos de transporte.
“Hay un exceso de vehículos privados que contaminan, y no solamente de privados, sino de medios públicos de transporte. Son pocos los que satisfacen normas ambientales. El Gobierno de la ciudad debe de pensar en medios alternativos de transporte, no se debe privilegiar el uso del vehículo. Hay que hacer una inversión importante en la ampliación del Metro y Metrobús”, precisa.
El investigador argumenta que la primera acción en materia ambiental que debe tomar la próxima administración en la Ciudad de México es un diagnóstico objetivo e independiente sobre el agua y los problemas del aire. Un análisis que se realice con organizaciones civiles, especialistas e investigadores de las universidades, sugiere.