Es más fácil llamarle ciencia ficción a lo que no nos atrevemos a ver. Es más cómodo validar el concepto de ficción: pensar en personajes imaginarios arrojados a escenarios imaginarios que simulan una realidad alternativa.

Es menos complicado cuestionar al gobierno, por eso estoy segura de estos dos tipos de personas: las que creen que el gobierno que invirtió más de 75 miles de millones de pesos en “gobernación” –gobernabilidad, seguridad nacional, seguridad pública, sistema de justicia penal, etc.– no mató a los 43, y los que saben más o menos qué pedo; con estos otros me refiero a los que están descubriendo que el verdadero poder se centra en ciertas multinacionales, bancos (BM y FMI), los que controlan las guerras y la idea de la servidumbre; en resumen: los que siembran la idea del éxito basada en dinero, los que llenan de mierda nuestra comida y nuestros medios de comunicación buscando deshumanizarnos.

Bien, si ves Stranger Things al revés es la historia de una mujer que, sumergida en LSD, tuvo una hija con superpoderes que el gobierno le quitó. Gracias, Stranger Things, por venir corroborar lo que durante tantas décadas ha suprimido el sistema: los psicodélicos expanden la consciencia. Es clarísimo que el uso del LSD en la madre de Eleven conecta a la protagonista con el todo –dimensiones– y le crea una consciencia que es vista como una cualidad sobrehumana.

En la década de 1950, la CIA inició un programa nombrado “Proyecto MK Ultra” que, a pesar de “sancionarse” un par de veces a lo largo de unos 20 años, terminó oficialmente hasta 1973. En este se experimentaba en seres humanos vulnerables con barbitúricos, psicodélicos –LSD sobre todo–, torturas –físicas y psicológicas– y más, como técnicas de control mental destinadas a forzar una confesión honesta. “La CIA drogó a ciudadanos americanos sin su conocimiento o consentimiento”, dice en la página 3 del Informe del Senado de Los Estados Unidos de 1977 acerca de MK ULTRA, en donde además se adjetiva como “unwitting” a los sujetos sometidos a las pruebas. El término define a una persona que no tiene conocimiento de todos los hechos. Los sujetos fueron nativos americanos, indigentes, enfermos mentales, militares, burócratas, prostitutas y a quienes convencían por unos cuántos dólares. Sin justicia, balance y transparencia. El programa fue ilegal, por supuesto, financiado con millones de dólares (se estima que absorbió el 6 por ciento del presupuesto de la CIA en 1953).

En serio, si a esta altura –viendo todos los encabezados de los periódicos nacionales e internacionales y el hastío en redes sociales– no nos damos cuenta de que el gobierno es la entidad que regula el poder y manipulación de la verdadera oligarquía hacia el pueblo, entonces vendrán montones de series como Stranger Things y seguiremos pensando y perpetuando la idea de la ciencia ficción como algo ajeno e imaginario.

Bibliografía para entretenerse:

 ¿Cuánto dinero está destinado a lo que nunca funciona del gobierno? Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Presupuesto de Egresos de la Federación. Disponible en: http://www.cefp.gob.mx/pub_pef_gasto.htm

 Cuando Richard Helms contesta en una entrevista que destruyó toda evidencia del proyecto porque como él ya se iba del cargo, pues qué más. Central Intelligence Agency. An interview with Richard Helms. Disponible en: https://www.cia.gov/library/center-for-the-study-of-intelligence/kent-csi/vol44no4/html/v44i4a07p_0021.htm

 Informe del Senado de Los Estados Unidos de 1977 acerca de MK ULTRA. The New York Times. Project MK ULTRA, The CIA’s Program Of Research in Behavioral Modification. Disponible en: https://www.nytimes.com/packages/pdf/national/13inmate_ProjectMKULTRA.pdf

 The Black Vault. What is MKULTRA? Disponible en:

http://www.theblackvault.com/documentarchive/cia-mkultra-collection/

Julieta Cardona

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