El Gobierno ruso dejó de cumplir las obligaciones de pago de su deuda por primera vez en más de un siglo, luego de que el domingo venciera el periodo de gracia de 30 días para que el Kremlin abonara un pago de intereses previsto para el 27 de mayo.
Ciudad de México, 27 de junio (AP).- Rusia está por incurrir en un impago de su deuda externa por primera vez desde la Revolución Bolchevique de 1917, lo que aislaría al país aún más del sistema financiero global tras las sanciones que le fueron impuestas por la guerra en Ucrania.
El domingo por la noche concluyó un periodo de gracia de 30 días correspondiente a un pago de intereses que venció originalmente el 27 de mayo. Pero la confirmación del impago podría tomar tiempo.
«Parece que los bancos han cumplido con las sanciones internacionales y han retenido los pagos», dijo Chris Weafer experto en economía rusa en la consultora Macro-Advisory.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos puso fin a la capacidad de Rusia para pagar su deuda a los inversionistas internacionales a través de bancos estadounidenses. En respuesta, el Ministerio de Finanzas de Rusia dijo que pagaría en rublos las deudas denominadas en dólares y ofreció «la oportunidad de una conversión subsecuente a la moneda original».
Moscú afirma que cualquier impago sería artificial porque tiene el dinero para cubrir las deudas, pero que debido a las sanciones sus reservas de divisas en el extranjero están congeladas.
El lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas en una conferencia telefónica que «no hay motivos para llamar a esta situación un incumplimiento», y aseguró que Rusia pagó, pero la transacción no pudo procesarse debido a las sanciones.
«Hay dinero y también disposición a pagar», declaró el mes pasado el Ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov. «Esta situación, creada artificialmente por un país hostil, no repercutirá en la calidad de vida de los rusos».
«Aunque existe posibilidad de que suceda alguna magia» y Rusia canalice el dinero por instituciones financieras a los tenedores de bonos a pesar de las sanciones, «nadie está apostando a ello», dijo por su parte Jay S. Auslander, abogado de deuda soberana en la firma Wilk Auslander de Nueva York. «Lo más probable es que no lo logren porque ningún banco va a mover el dinero».
A continuación, aspectos cruciales que deben conocerse en el contexto de un impago ruso:
¿A CUÁNTO ASCIENDE LA DEUDA DE RUSIA?
A unos 40 mil millones de dólares en bonos extranjeros, de los cuales alrededor de la mitad están en poder de extranjeros. Antes del inicio de la guerra, Rusia tenía 640 mil millones de dólares en reservas en divisas extranjeras y oro, gran parte de ellos en el extranjero y se encuentran congelados en este momento.
Rusia nunca ha dejado de pagar su deuda externa desde la Revolución Bolchevique hace más de un siglo, cuando se derrumbó el imperio ruso y se creó la Unión Soviética. Rusia cesó pagos de su deuda interna a finales de la década de 1990, pero superó el impago con asistencia internacional.
Los inversionistas han previsto desde hace meses que Rusia caiga en un impago. Los contratos de seguros que cubren la deuda rusa han tasado una probabilidad de 80 por ciento de impago durante semanas, y agencias calificadoras como Standard & Poor’s y Moody’s catalogaron la deuda del país en nivel de basura.
¿CÓMO SE SABE SI UN PAÍS ESTÁ EN IMPAGO?
Las agencias calificadoras pueden disminuir la calificación a impago o una corte puede decidir esa cuestión. Los tenedores de bonos que tengan seguros de incumplimiento crediticio —conocidos como swaps— pueden solicitar a un comité de representantes de firmas financieras que decidan si el impago de una deuda puede dar paso al cobro del seguro, que todavía no constituye una declaración formal de impago.
El Comité de Determinación de Derivados de Crédito —un grupo de bancos y fondos de inversión— decidió el 7 de junio que Rusia no había cubierto los intereses adicionales requeridos tras pagar un bono después de la fecha de vencimiento del 4 de abril. Pero el comité pospuso la adopción de más medidas debido a la incertidumbre en torno a la manera como las sanciones podrían afectar cualquier acuerdo.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS INVERSIONISTAS?
La vía formal para declarar un impago es que al menos 25 por ciento de los tenedores de bonos digan que no recibieron su dinero. Si ello ocurre, las cláusulas estipulan que todos los demás bonos extranjeros también están en impago y los bonistas pueden entonces buscar que una corte obligue a que se cumpla el pago.
En circunstancias normales, los inversionistas y el Gobierno en impago típicamente negocian un acuerdo en el que a los tenedores de bonos se les entregan nuevos bonos de menor valor pero que al menos les brindan una compensación parcial.
Pero las sanciones prohíben hacer tratos con el Ministerio de Finanzas de Rusia. Y nadie sabe cuándo concluirá la guerra ni cuánto terminarán valiendo los bonos en impago.
En este caso, declarar un impago y demandar «podría no ser la decisión más sensata», dijo Auslander. No es posible negociar con Rusia y hay muchísimas incógnitas, así que los acreedores podrían decidir «esperar por ahora».
Los inversionistas que querían deshacerse de la deuda rusa quizá ya lo hicieron y dejaron el asunto en manos de quienes tal vez compraron bonos a precios rebajados con la expectativa de conseguir alguna ganancia en un acuerdo de largo plazo. Y estos quizá prefieran ser discretos por algún tiempo para que no los asocien con la guerra.
Cuando un país incurre en un impago, puede ser excluido de los mercados de deuda hasta que resuelva la situación y los inversionistas recuperen la confianza en la capacidad y voluntad del Gobierno para pagar. Pero Rusia ya fue excluida de los mercados occidentales de capital y cualquier regreso al mercado de crédito está muy lejos en el horizonte de cualquier manera.
El Kremlin todavía puede pedir prestado en rublos a nivel interno, donde depende principalmente de los bancos rusos para que le compren sus bonos.
¿CUÁLES SERÍAN LAS CONSECUENCIAS DE UN IMPAGO DE RUSIA?
Debido a las sanciones occidentales por la guerra, las compañías extranjeras abandonaron Rusia y se interrumpieron los vínculos comerciales y financieros del país con el resto del mundo. El impago podría ser un síntoma más de ese aislamiento.
Algunos analistas consideran cautelosamente que un impago de Rusia no tendría el tipo de repercusión global del impago de 1998. En aquel entonces, el impago de Rusia en bonos internos en rublos causó la intervención del Gobierno estadounidense, que consiguió que los bancos rescataran a Long-Term Capital Management, un gigantesco fondo de cobertura estadounidense cuyo colapso se temía que pudiera sacudir al sistema financiero y bancario en general.
Los tenedores de los bonos —por ejemplo: fondos que invierten en bonos de mercados emergentes— podrían tener pérdidas graves. Sin embargo, Rusia sólo tenía una participación menor en el índice de bonos de países emergentes y las pérdidas se limitaron a inversionistas de fondos.
Aunque la guerra está teniendo consecuencias devastadoras en términos de sufrimiento humano y aumento de precios de los alimentos y la energía a nivel mundial, el impago de bonos de Gobierno no sería «sistemáticamente relevante», dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.