La periodista y conductora de radio y televisión Ana Francisca Vega realiza un homenaje a los personajes que han hecho cosas increíbles por nuestro país y el mundo en su libro Mexicanos como yo. Además observa un común denominador en todos ellos: una tenacidad brutal, un enorme amor a México y una vocación de servir al otro y buscar que otros tengan éxito también.
«Mi hija está creciendo en un país lleno de violencia y situaciones que la pueden hacer sentir asustada o frustrada. La idea del libro surgió a partir de esta necesidad de presentarle el país que yo amo. Pensé que hacerlo a través de personajes era una buena manera para que se pudiera inspirar», explica la autora.
Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).- La historia de México está repleta de personajes que han hecho cosas increíbles por nuestro país y el mundo. La periodista y conductora de radio y televisión Ana Francisca Vega nos lo recuerda en su libro Mexicanos como yo, un homenaje a algunas de las personalidades más sobresalientes de nuestra cultura y sus obras.
«No tenía muy claro cómo presentarle México mi hija, una niña que está creciendo en un país lleno de violencia y situaciones que la pueden hacer sentir asustada o frustrada. La idea del libro surgió a partir de esta necesidad de presentarle el país que yo amo y en el que crecí. Pensé que hacerlo a través de personajes era una buena manera para que se pudiera inspirar», explica la autora.
Esta gran admiradora de Sor Juana Inés de la Cruz detalló que de una lista inicial de 200 personajes, terminó con 50 nombres, recalcando que «todas las listas son subjetivas y quedaron muchos nombres en el tintero». También expresó su descontento con la inversión en el sector de la cultura y el deporte:
«Creo que es inaceptable que el Estado no cubra lo mínimo para que los chicos salgan adelante. Por eso entiendo que se quieran ir; si aquí no encuentran las oportunidades para desarrollarse es comprensible que busquen otras opciones», comentó.
Como conclusión, Ana Francisca observa algunas cualidades que se repiten en todos los personajes que han hecho historia, un común denominador: una tenacidad brutal, un enorme amor a México y una vocación de servir al otro y buscar que otros tengan éxito también. Para Puntos y Comas, te presentamos esta charla.
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—¿Cómo surge la idea del libro? ¿Cuál fue tu principal objetivo al realizarlo?
—Mi idea era escribir un libro para niños y adolescentes, pero la verdad lo puede leer quien sea porque es un libro muy amigable. Yo tengo una hija de seis años, entonces como que no tenía muy claro cómo presentarle México a una niña que está creciendo en un país lleno de violencia y situaciones que la pueden hacer sentir asustada, frustrada o incluso indiferente; cómo decirle «este es tu país» y explicarle que también pasan cosas increíbles y muy significativas aquí.
Entonces todo surgió a partir de esta necesidad de explicar México y presentarle el país que yo amo y en el que crecí, uno muy diferente al que ella vive hoy. Pensé que hacerlo a través de personajes era una buena manera de que aprendiera un poco y se pudiera inspirar de vidas muy diversas, pues existe un amplio mosaico. A partir de esto ella podría hacerse su propia conclusión de este país, de su propia identidad y de todos en esta colectividad. Así surgió mi interés de ensribir estas páginas sobre todo para los niños.
—En el prólogo mencionas que probablemente falten varios personajes destacados pues México es un país con mucho talento… Tomando esto en cuenta, ¿fue difícil para ti hacer la selección de nombres? ¿Cómo elaboraste la lista de 50 mexicanos y mexicanas?
—Fue complicadísimo. Lo más difícil del libro justo fue hacer la lista; la lista inicial eran como de 200 personajes, lo cual es una buena noticia porque quiere decir que hay muchas historias. Pero mi criterio fue presentar una visión del México diverso que somos. México es y significa muchas cosas. El México en el que yo crecí es diferente a en el que creció Francisco Toledo o Alondra de la Parra. Quise presentar historias interesantes, relevantes (divertidas algunas de ellas), y que fueran una muestra de este mosaico riquísimo de colores y matices que somos los mexicanos. Al final los 50 nombres que quedaron terminaron siendo personajes de los que yo tenía muchas ganas de escribir. Finalmente todas las listas son subjetivas y obviamente quedaron muchos nombres en el tintero.
—¿Hay algún personaje que te inspire particularmente? ¿Alguna anécdota respecto a esto?
—De todos estos personajes a quien siempre he admirado por sobre todo es a Sor Juana Inés de la Cruz. Me parece que su vida es un ejemplo de muchas cosas. En primera tenía un talento literario e intelectual fuera de lo comun, pero además un increíble empuje para ser y defender quien era ella, algo que la marcó en toda su historia. Para mí Sor Juana es el ejemplo más palpable de alguien que se atreve a ser fiel a sí misma. Ante todo ella es quien es con una pluma y eso le basta.
No estoy segura de que haya una anécdota que me haya marcado particularmente, pero te puedo contar que recuerdo, siendo niña, cuando veía a Fernando Valenzuela pichar para los Dodgers y decía: «wow, es mexicano». Estos ejemplos de gente que veías como superestrella y haciéndola en grande en distintos lugares del mundo. Eso para mí fue muy trascendente en mi infancia, y sobre todo de deportistas. De hecho en la parte donde explico quien soy, anoto que yo soñaba con ser campeona olímpica de cien metros planos, ¡y es cierto!, lo único que quería en mi vida era ganar una medalla olímpica, era como una fijación con los deportistas, grandes iconos con los que crecí
Todos los que hacían cosas importantes a nivel internacional, eran para mí un súper ejemplo. Los ves y piensas «sí se puede». Cuando te metes a ver las vidas de muchos de ellos, te das cuenta de que sí hay talento, pero sobre todo mucho trabajo, mucho empuje y fuerza para no dejarse vencer. Y creo que esa es una de las cosas más fuertes del libro: darte cuenta de que a la gente común de pronto nos pueden dar flojera algunas cosas de nues tra vida, pero estas personas son súper perseverantes.
—Si hay tanto talento en México, ¿por qué crees que culturalmente nos «hacemos menos» o nos mostramos negativos ante el éxito de alguna figura mexicana que destaca en el extranjero?
—Me parece patético, pero tal vez tiene que ver con que hay pocas oportunidades y entonces quien lo logra es visto con recelo, como diciendo «qué hizo este para llegar a donde está». El bullying que le hicieron a Alexa Moreno, de la cual aparece una biografía en el libro, por su complexión y porque decían que «con ese cuerpo cómo iba a ser gimnasta», me parece algo completamente fuera de lugar.
Cuando pienso en esto, vienen a mi mente estas juntas con socios de empresas grandes en donde generalmente no hay mujeres, es el «club de Toby» con diez hombres decidiendo el destino de una empresa enorme, y sólo hay un espacio para que lo ocupe una mujer. Entonces las dinámicas que se crean entre mujeres, en torno a ocupar ese espacio, son dinámicas de lucha, envidia y competencia no sana. Creo que lo que me comentas tiene que ver con esto. Siento también que las cosas están comenzando a cambiar.
Por ejemplo el movimiento feminista que ahorita vemos en México, con las demandas de miles de mujeres en las calles y la sororidad que se está dando, ayuda a reconocer que si le va bien a la chica que está al lado de mí, a mí me va a dar gusto porque es un espacio de todas. Ojalá siempre fuera así.
Este libro también es mi aportación en este sentido, un esfuerzo por decir: «alegrémonos de las cosas padres que le suceden a alguien más». Qué bueno que Alexa y a otras mujeres les vaya bien.
—¿Qué opinas acerca de la «fuga de cerebros» y la falta de apoyo en el sector de la cultura y el deporte a lo largo del tiempo?
—Pienso que es una tragedia. Es responsabilidad del Estado mexicano ofrecerle a los niños la oportunidad de desarrollarse. Tenemos millones de historias de niños que no tienen ni para comprar tennis que requieren para practicar el deporte que les apasiona y entonces sus familias hacen rifas para conseguir el dinero. Son historias de luchas innecesarias, muy injustas.
Creo que es inaceptable que el Estado no cubra lo mínimo para que estos chicos salgan adelante. Por eso entiendo que se quieran ir; si aquí no encuentran las oportunidades para desarrollarse es comprensible que busquen otras opciones. Además en un mundo cada vez más globalizado, hay profesiones que necesariamente requieren que te vayas. Tenemos a Isaac Hernández, quien baila en los mejores lugares, o algunos de los científicos de los que hablo aquí.
Lo que a mí me gusto mucho también de estos personajes es que todos ellos tienen estas ganas de regresarle algo a México. Por ejemplo, Isaac tiene un proyecto de jóvenes para impulsarlos en la danza, Alondra de la Parra también tiene algo similar para descubrir músicos nuevos. Todos tienen una necesidad de retribución a su país y eso me parece muy bonito.
—Este libro también habla de realizar tus sueños, a través de la disciplina y la perseverancia. ¿De niña cuál era tu sueño más grande? ¿Lo lograste cumplir?
—De niña yo quería ser cualquier cosa que tuviera que ver con los deportes y ganar una medalla era mi objetivo número uno. ¿Cómo fue cambiando este rumbo? Pues siempre me gustaron los libros, siempre me gustó mucho escribir y bueno, luego me di cuenta de que no tenía las habilidades para ser deportista olímpica [Ríe]. Soy politóloga de formación, estudié Ciencias Políticas porque siempre me ha interesado lo que pasa en México y tratar de aportar algo para construir una mejor nación. Este me pareció que era un buen camino para empezar a escribir y heme aquí.
Yo creo que los sueños van cambiando, creo que en la vida vamos consiguiendo cosas y cuando las logramos siempre hay algo más que queremos conseguir, un paso extra por dar. Me siento satisfecha con lo que he logrado en mi vida, pero siempre estoy buscando qué más hacer. En ese sentido podría decir que soy una eterna inconforme, no sé si está bien o mal, pero así funciona mi mente.
Parte de la experiencia de vida es ir construyendo y entendiendo quién eres y yo evidentemente no soy la misma persona que a los 20 años. Todo se va transformando. Una de las cosas que aprendí haciendo este libro es que todos los personajes tienen una increíble capacidad para escucharse a sí mismos, para entender quienes son y lo que realmente quieren. Yo creo que eso es muy valioso para siempre analizar si quieres seguir por un rumbo o te quieres cambiar a otras cosas y buscar tu felicidad. Eso lo aprendí escribiendo este libro; mientras lo hacía me daba cuenta de que todos tienen en común este factor de introspección. No está nada mal ver hacia adentro de vez en cuando.
—Finalmente, ¿podrías mencionar tres cualidades que tienen en común estos grandes personajes?
—Una tenacidad brutal: quiero algo y voy por ello; eso es muy importante. En todos veo un amor a México muy claro y muy explícito. Y todos tienen una vocación de servir al otro, un impulso de salirse de su circunstancia, reconocer su éxito y buscar que eso le pase a alguien más. Esto último es súper lindo.
Ana Francisca Vega (Ciudad de México, 1974) es periodista y conductora de radio y televisión. Estudió la Licenciatura en Ciencia Política y Relaciones Internacionales en el CIDE y es maestra en relaciones internacionales por la Universidad de Oxford, Inglaterra (St. Antony’s College‘03). Ha sido reconocida con las becas Chevening Scholarship por parte del gobierno de la Gran Bretaña (2003) y con la beca de The Washington PostWoodrow Wilson Center for International Scholars (2010).
La revista ‘Quién’ la incluyó en la lista de “Mujeres jóvenes y poderosas en el 2012” y ‘Forbes’ la incluyó en la lista de “Los 15 líderes de opinión más influyentes en México según Twitter” (abril 2013). Conduce diariamente ‘Despierta con Loret’, el noticiero matutino de Canal 2 encabezado por el periodista Carlos Loret de Mola. Conduce también, en ForoTV (Canal 4), los programas ‘Fractal’, el programa sobre innovación, tecnología y mundo digital y ‘Fractal Posible’, un programa semanal sobre emprendimiento realizado en colaboración con el Instituto Tecnológico de Monterrey y Fundación Televisa.
Fue subdirectora de www.animalpolitico.com. Colaboró en el programa ‘Atando Cabos’ con Denise Maerker (Radio Fórmula), en ‘Hoy por hoy’ con León Krauze y con Salvador Camarena (W Radio). Fue subdirectora del periódico ‘El Centro’, y previamente editó la sección internacional del periódico ‘Excélsior’. Ha publicado en medios de comunicación internacionales, como la revista ‘Time’, Slate.com, ‘The Washington Post’, ‘Zócalo Public Square’ y bloggingheads.tv.