El escultor Antonio López inaugura hoy su muestra impulsado por un toro y el tronco de un árbol que su vecina cortaba al lado de su estudio. El Minotauro, Pasifae seducida por un toro blanco como la nieve que el dios Poseidón había enviado a su marido, el rey Minos, le sirvieron al escultor para hablar de la piedra, de la talla en madera y de cómo su arte lo ayuda a descubrirse a sí mismo.
Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).- El escultor Antonio López inaugura hoy su muestra Europa a Parsifae, en el Claustro Sor Juana. “Son alrededor de 12 piezas, todas se hicieron para esta exposición y casi todas son tallas en madera. Salvo cuatro que son en resina”, dice el artista.
“Se llama Europa a Parsifae, porque lo que hago es asomarme a la intervención de los Dioses y cómo las mujeres, es decir, Europa y Parsifae, tienen esta pasión zoofílica por un toro. Europa es seducida por Zeus y Parsifae que es castigada, no por algo que hizo ella sino por algo que hizo su marido, con esa pasión desbordada por el Minotauro”.
Es un diálogo de ellas niñas y la forma de percibir el toro, el objeto del deseo.
Aprovechó el artista además para cultivar su interés por la talla en madera. La vecina había cortado un árbol, un cedro blanco y no encontró otra manera de homenajearlo que tallando la madera. Todo lo que pudo ser rescatado: entre más ramas tenga la madera más nudos tiene.
–¿Cómo ha sido el año pasado y este como escultor?
–Hace un año tuve un taller de talla en madera, un escultor italiano que hace ya 500 años que lleva haciendo santos, Cristos y que tiene una gran tradición. Él tiene ya una larga trayectoria como artista contemporáneo, se llama Aron Demetz. Está en Uruapan, Michoacán y la fundación Javier Marín lo promueve. Fue muy gratificante estar de tú a tú con un escultor tan reconocido como él y entonces empieza el viaje con la talla. Aprovechar lo aprendido, tener un contacto directo con el material y ha sido un camino arduo. En mayo hice una exhibición individual en Galería San Román y estuve produciendo para puntualizar lo que había aprendido en el taller.
–La talla se agrega a lo que venías haciendo como escultor
–Ya había hecho unas tallas pero le da otro sentido cuando ves la talla en madera enganchada a una tradición, eso es interesante. Hace dos semanas también inauguré en Puerto Rico, una colectiva en Oscar Román y en septiembre me voy a Mérida.
–El Claustro está fuera de las galerías convencionales pero tiene su toque…¿verdad?
–Sí. Anteriormente, la curadora le daba un sentido más contemporáneo a la galería. Ahora están tratando de hacer un poco más la pintura, la escultura, un poco más formal.
–¿Quién es el curador ahora?
–Bueno, en esta ocasión yo hice la curaduría de la obra. Una locura. Tenía toda la intención de hacer este recorrido, una visión un poco infantil de Europa y de Parsifae, viendo hacia el futuro, esta narración lo que me llevó a ser curador.
–¿El hecho de ser tu propio es doble el esfuerzo?
–Sí, la verdad que sí. Yo mismo voy descartando cosas, a la hora en que voy trabajando. De repente digo: eso no funciona y sale, voy trabajando con bocetos y luego a la talla, donde ya no hay vuelta para atrás. Es lo que tiene. No haces el molde, tallas y ya. Era dejarme ir con el material, entregarme al árbol…
–En la muestra, ¿qué sentido tienen Europa y Parsifae?
–De alguna forma es cómo arrastra tu sino, hacia dónde va dirigido a pesar de que no hayas tenido que ver en el asunto. Es la pregunta que me voy haciendo mientras esculpo, qué tanto estamos ligados al sino marcado y qué tanto nos podemos quitar.
–¿Cómo viste tu evolución, cambió el tema de la talla?
–El trato con el material es diferente y me entendí muy bien con él, estas nuevas piezas son un diálogo con el material. Comprenderlo, acercarme a él, respetarlo, honrarlo…
–¿Cuándo se diferencia el artesano del escultor?
–Pues me gustaría que me descubrieras como un buen artesano primero, de veras, ya tendría un porcentaje, un camino, más andado. Cuando tienes un gran entendimiento y con las herramientas, ya lo que tienes que decir es más fácil de ligarlo a la figura.