La Casa de la Ópera de Sídney, con su estructura arquitectónica que asemeja las velas de un barco y que se levanta en la bahía de Sídney, será el lienzo de «Songlines» (Ciclos de la canción), que agrupa los trabajos de seis artistas contemporáneos, entre ellos el del aborigen fallecido Gulumbu Yunupingu.
Sídney (Australia), 27 may (EFE).- El festival «Vivid Sydney» da inicio hoy a sus proyecciones de luces con diseños aborígenes, mitológicos y contemporáneos que convierten a la ciudad australiana en una fantasía luminosa.
La muestra, que también incluye música y seminarios y se desarrolla hasta el 18 de junio, abarca más de 80 instalaciones y proyecciones de luces y color, la gran mayoría interactivos, esparcidas en ocho puntos de la ciudad y creadas por 141 artistas de 23 países.
La Casa de la Ópera de Sídney, con su estructura arquitectónica que asemeja las velas de un barco y que se levanta en la bahía de Sídney, será el lienzo de «Songlines» (Ciclos de la canción), que agrupa los trabajos de seis artistas contemporáneos, entre ellos el del aborigen fallecido Gulumbu Yunupingu.
Muchas de las historias y canciones aborígenes reflejan la relación que tiene este pueblo milenario con la tierra, el mar y la gente.
«El ciclo de las canciones han conectado al pueblo australiano por miles de años…, son un mapa viviente y un archivo de nuestra cultura», explicó Rhoda Roberts, directora del programa indígena de la Casa de la Ópera.
Por eso la representación de los artistas aborígenes que se hace este año en la Casa de la Ópera ayudará a la gente a «conectar realmente con los primeros pobladores de Australia y tener una idea de las antiguas rutas comerciales que nos conectan a todos con el país», agregó Roberts.
Cerca de la Casa de la Ópera y en los contornos de la bahía de Sídney se levantan edificios emblemáticos de la ciudad, como la Casa de la Aduana, sobre la que se proyecta «Las historias escondidas de Sídney».
En esta proyección, una lagartija de lengua azul aparece y desaparece por la fachada de los edificios y entra a mundos fantásticos poblados de enanos de jardín saltarines, brujas voladoras y magos de risas malévolas, hadas sonrientes, así como ornitorrincos, cacatúas e insectos.
A pocos metros se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo que exhibe en una de sus fachadas la proyección «La cuestión de la pintura», en el que los colores caen lentamente sobre un lienzo imaginario.
Otros focos de interés en este paseo de luces nocturno son los Jardines Botánicos y la bahía Darling Harbour, en donde ha una escultura de agua y luces de la que surge un dragón.
En Mosman, en el otro extremo de la bahía, el zoológico de la ciudad tiene diez linternas gigantes en la forma de animales en peligro de extinción como el tigre de Sumatra, el elefante asiático y el ornitorrinco.
«Cada año, los artistas se superan a sí mismos para crear nuevos trabajos artísticos, nuevas tecnologías para atraer a las audiencias de formas novedosas. ‘Vivid Sydney’ nunca se repite», comentó recientemente el director creativo de este festival, Ignatius Jones.
Se espera que este festival supere los más de 1.7 millones de visitantes, que incluye a más de 110 mil turistas nacionales y extranjeros, y que inyecte a la economía del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, más de 45 millones de dólares (40.6 millones de euros).
Además de las instalaciones, Vivid, que es gestionado y producido por la agencia de turismo del estado de Nueva Gales del Sur, presentará a la banda New Order en la Casa de la Ópera, así como una serie de debates, entre ellos con el cineasta estadounidense Skipe Jonze.