Políticos mexicanos y altos mandos de la iglesia decidieron ocultar los abusos de Marcial Maciel Degollado, sólo así se pueden explicar las décadas en las que actuó el sujeto, señala el periodista Frédéric Martel, autor de Sodoma: Poder y escándalo en el Vaticano.
Ciudad de México, 27 de abril (SinEmbargo).– Marcial Maciel Degollado abusó de niños durante décadas. Era un depredador sexual, señalan las víctimas. El personaje, alguna vez llamado “guía eficaz de la juventud” por Juan Pablo II, es uno de tantos criminales que aparecen en Sodoma: Poder y escándalo en el Vaticano, libro del periodista francés Frédéric Martel.
El fundador de los legionarios de Cristo, Maciel Degollado, “es una de las figuras más esquizofrénicas, criminales y perversas que ha producido la iglesia”. El daño que causó no puede ser entendido sin el arropo y encubrimiento de autoridades eclesiásticas y políticos, indica Martel.
“No es Marcial, es el sistema de silencio, donde está el dinero, la política, el anticomunismo. ¿Por qué el sistema se mantuvo sin decir nada? Deberían haber detenido lo que ocurría”, señala Frédéric Martel en entrevista para el suplemento Puntos y Comas.
Sodoma, una investigación que le tomó años a Martel, expone secretos (y crímenes) que altos mandos de la iglesia han tratado de ocultar por décadas.
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–¿La Iglesia se maneja en una doble moral, Frédéric?
–Sí. Esa es la razón del libro. El hecho de que cardenales, obispos y curas sean homosexuales no es un problema. El problema es la hipocresía, la esquizofrenia. El doble discurso es el problema. La iglesia trata de reconciliarse con muchos católicos que no están contentos, para hacerlo deberían hablar con la verdad, sin embargo, no hacen eso.
–¿Por qué protegen a abusadores de menores?
–Para empezar hay que separar dos cosas: no hay un vínculo entre la homosexualidad y el abuso sexual. No debe haber ninguna confusión. El problema es que la iglesia, por décadas, ha usado esos dos temas de la misma manera: como pecado. Hay que ver que 80 u 85 por ciento de las víctimas de abuso en la iglesia son hombres (jóvenes o adultos). La razón no es la homosexualidad, es que se encubre, el silencio que hay. Hay miedo (dentro de la iglesia) de que haya escándalo, que se revele en los medios. Eso va a mostrar la situación de los individuos, por eso hay encubrimiento. Es un tema complicado. La raíz no es la homosexualidad, más bien es la sexualidad, que quieren que esté escondida y reprimida.
–Uno de los personajes de los que hablas en el texto es Marcial Maciel. ¿Puedes contarnos sobre el alcance del daño que dejó este sujeto?
–Marcial Maciel ha sido una de las figuras más esquizofrénicas, criminales y perversas que ha producido la iglesia. Es una figura patológica. Para mí tiene menos que ver con él y más con el sistema de encubrimiento. Cómo fue que por décadas él pudo seguir en sus actos criminales. Si hay un crimen y se detiene al criminal, ahí termina, pero con él fueron décadas. Hubo todo un sistema de encubrimiento desde la jerarquía eclesiásticas, la curia en Roma (Italia), los nuncios, embajadores del Papa en México, el sistema político de derecha en México. Todo fue un sistema de protección y encubrimiento. El libro trata de entender eso y responder el porqué. Es desafortunado que la homosexualidad sea clave de ese encubrimiento, pero repito: el problema no es la homosexualidad, es más bien la mentira alrededor de la sexualidad.
–¿Cómo escribir sobre un personaje como Marcial Maciel?
–No puedo explicar toda la patología criminal, pero todo comportamiento patológico y criminal no es racional, no es humano. Yo no soy psiquiatra o alguien que estudia esas cosas para poder explicar eso. No es Marcial, es el sistema de silencio, donde está el dinero, la política, el anticomunismo. ¿Por qué el sistema se mantuvo sin decir nada? Deberían haber detenido lo que ocurría. Una clave tiene que ver con la homosexualidad, a muchos les daba miedo decir o revelar pues se vendría contra ellos, que ellos serían denunciados. Han dicho que ambos son pecados (la homosexualidad y el abuso de menores), pero son dos cosas totalmente diferentes. Por un lado está el sexo consensual, el cual es legal; del otro está el abuso. El silencio ha sido un error de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
–¿Cómo acercarte a los curas y cardenales para escribir sobre ellos?
–Trabajé cuatro años en este libro. Es mi libro número once. Es mi tarea, mi trabajo. No es difícil conocer a un cardenal, lo que es difícil es hacerlo hablar sobre la homosexualidad. Hay una distinción: el cura puede hablar de su homosexualidad, pero el cardenal nunca, siempre hablará del otro.
–¿Cómo escribir sobre un tema delicado? En México, por ejemplo, matan y amenazan periodistas.
–Los asesinatos que ocurren tienen que ver con el narco, con la policía, no con la iglesia. Mi libro ya está escrito. Esto (el asesinato de periodistas) no ocurre en Francia. Unos días después de la publicación del libro, hubo nuncios bajo investigación. Cardenales en Chile fueron echados por Francisco. El problema es la iglesia. Mi libro lo explica, en realidad ayuda a la iglesia. No estoy en contra de la iglesia, es una oportunidad. La iglesia podría usarla para el bien.
–Danos tu opinión sobre el cambio de régimen en México.
–No puedo decir mucho. No estoy familiarizado con la situación. He visitado a México 5 o 6 veces. Me interesa ver si López Obrador logra convertirse en un personaje de nueva izquierda. En realidad en Latinoamérica no hay izquierda. Maduro y Lula están en problemas. No estoy seguro si pueda convertirse en un personaje moderno de la izquierda. No soy especialista. He escrito algunos artículos sobre México, conocí a Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, pero no soy especialista.
