Emilio Álvarez Icaza, sociólogo y derechohumanista de 51 años, presentó el movimiento «Ahora», con el que pretende lanzar una candidatura independiente por la Presidencia de la República. Para lograrlo, el también ex ombudsman de la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, dice confiar en que la ciudadanía del país despierte y no dé sus votos a la estructura partidista. Es, además, especialmente crítico contra Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena y el político que lidera las encuestas de preferencias rumbo a las elecciones federales de 2018. «… creo honestamente que la historia demuestra, al menos en América Latina y en otras latitudes, que esta idea de que con la izquierda no tenemos que decir nada llevó a autoritarismos muy peligrosos”, afirma.
Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).– Para ubicar su posición en el espectro político, Emilio Álvarez Icaza Longoria recuerda cómo fue cuestionado desde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 2006, cuando era Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y dio entrada a más de 900 quejas por el plantón instalado en Paseo de la Reforma contra el resultado de la elección Presidencial. También, cómo ese mismo año asambleístas del Partido Acción Nacional (PAN) lo echaron de la sesión en la que se aprobó el dictamen de la Ley de Sociedades de Convivencia. Y, en 2012, cómo sectores afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI) impulsaron una denuncia en su contra por haber firmado, en su carácter de Secretario Técnico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el acuerdo que permitió el trabajo del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que exhibió las fallas del Gobierno federal en la investigación del paradero de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
“Mi trayectoria ha estado donde están mis causas”, dice Álvarez Icaza en entrevista.
“Cuando me dicen ‘de izquierda’, ¿y quiénes son de izquierda acá? A ver, que levanten la mano. Es un tema de auto-adscripción. A mí me pueden calificar donde me quieran calificar. He construido mi posición a partir de las causas que he abrazado: derechos humanos, derechos de las mujeres, de la diversidad sexual, de los migrantes, del medio ambiente; ahí he abrazado mis causas. Creo mucho en eso. Entonces ¿qué creo? Una noción de democracia fundada en el ejercicio de los derechos de todas y todos (…) Cuando hablas de izquierdas y derechas, digo ‘mmm… y luego, ¿no que estábamos todos de acuerdo en los derechos humanos?”, agrega.
El sociólogo y derechohumanista de 51 años presentó el pasado domingo el movimiento “Ahora”, con el que, entre este mes y septiembre, busca recabar la adhesión de 80 mil personas o “avales” que apoyen una eventual candidatura presidencial independiente en 2018.
Desde el lanzamiento de la plataforma, en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, el blanco de las críticas fue el sistema de partidos, al que los participantes en el mitin acusaron de haber secuestrado las instituciones que deberían conducir la vida democrática de México.
Y, de manera directa, se aludió directamente a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, dos veces candidato presidencial y ahora, como dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), adelante en varias encuestas y análisis rumbo a la elección de 2018, en la que el Partido Revolucionario Institucional se ubica en el tercer lugar.
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“Me entristece y desconcierta que siga manteniendo e incorporando a su equipo a gentes curtidas en el arte y la cuota. Me desconciertan sus silencios y la indiferencia ante las causas de la sociedad civil”, dijo en el mitin el investigador del Colegio de México (Colmex), Sergio Aguayo Quezada, ahora titular del Comité de Ética del nuevo movimiento de Álvarez Icaza.
“¿Con quién queremos hacer esto? (…) Con quienes se han visto obligados a votar por el PRI (…) a quienes se han acercado al PAN pero han visto las consecuencias de votar a través de la violencia, despreciando los Derechos Humanos y la dignidad de las personas, reduciéndolas a daños colaterales, y también a quienes ven en Morena no la mejor opción, sino la menos peor, no una opción democrática sino la única que puede ganar aunque sea una opción autoritaria”, cuestionó Carlos Brito, de la Red por la Defensa de los Derechos Digitales.
En la entrevista, Álvarez Icaza agrega que “ahora” no se ve representado por Morena ni por sus prácticas políticas ni por los términos de sus relaciones que, cuestiona, son de “obediencia” cuando lo que México requiere es pluralidad y democracia.
“Yo estoy más en una idea del debate de ideas, y además creo honestamente que la historia demuestra, al menos en América Latina y en otras latitudes, que esta idea de que con la izquierda no tenemos que decir nada llevó a autoritarismos muy peligrosos”, dice.
Sobre el modelo económico impulsado en las últimas décadas por el Partido Revolucionario Institucional y por Acción Nacional: “Sí toca revisar, por ejemplo el TLC [Tratado de Libre Comercio]; toca revisar cómo generamos condiciones para el mercado interno. El modelo que hemos tenido en los últimos 20 o 25 años es un modelo con crecimiento pero a la vez con pobreza, y a la vez con concentración de la riqueza. Es un modelo que no ha dinamizado la competencia y eso me parece que afecta muchísimo; a final de cuentas no es el mejor en el mercado sino el que tiene más cuates. Y eso creo que no ayuda”, responde.
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–¿Qué respondería a quienes le digan que su candidatura podría dividir a la izquierda justo ahora que tiene, de acuerdo con encuestas, posibilidades de ganar?
–Yo creo que es temprano para la víspera. Falta casi año y medio. Las elecciones recientes en otros lugares del mundo mandan mensajes como para ver que no es momento de sacar conclusiones. Así pasó en Colombia, así pasó en Inglaterra, así pasó en Estados Unidos. Andrés lleva pues 18 años en campaña, es muy conocido, pero siete de cada 10 no se sienten incluidos, al menos, y es nuestro caso. “Ahora” no se siente representado ni por Morena como proyecto ni por Andrés, en términos de su práctica política, de sus términos de relación, de su lógica. Sí creemos que toca una consideración parcial, saber que necesitamos más democracia en pluralidad, no en términos de relación de obediencia. Lo que el país requiere es un término que haga congruente la vida de la democracia. Me llama poderosamente la atención que quienes en algunos momentos han abanderado la causa de la diversidad, de la tolerancia y del diálogo, tan sólo a una semana de estar trabajando esta idea, se lancen a descalificar. Yo estoy más en una idea del debate de ideas, y además creo honestamente que la historia demuestra, al menos en América Latina y en otras latitudes, que esta idea de que con la izquierda no tenemos que decir nada llevó a autoritarismos muy peligrosos. Yo no creo en esas nociones; vengo de una cultura y una práctica de ejercicio de derechos donde la gente dice lo que cree y lo que piensa. Yo no acompaño formas de relación donde el término de relación sea la obediencia. Incluso muchos de los muchachos que ayer estuvieron así lo dijeron, y por eso enfatizamos para decir que el término de la relación está fundado en la libertad. Yo no acompaño esas formulas donde no importan tus antecedentes, no importa tu trayectoria no importa que hayas hecho, no importa que hayas cometido un fraude, pero con el proceso purificador de la obediencia, entonces ya formas parte. Yo no acompaño esas formulas, por ejemplo, donde se gobierna y aparecen cajas con dinero y no se dice nada, y de repente se expulsa gente porque no se está de acuerdo. Me parece que el contexto que vive el país es de una enorme pluralidad, y lo que requiere es más democracia, no más conducción unipersonal. Creo en los balances democráticos, acepto el valor o la diferencia de opiniones. Eso con mucha claridad.
–¿Nota una diferencia del López Obrador que ganó en 2000 en el DF al de ahora?
–Creo que sí se está dando un proceso de corrimiento. Me llamó poderosamente la atención esta última presentación con Esteban Moctezuma [priísta y ex Secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo Ponce de León], o con algunos otros, por ejemplo, cuando se eligen en Baja California, gente del mismo Morena tomó distancia de cómo se eligió el candidato. Y estas presentaciones que está haciendo (el empresario Alfonso) Romo para decir, ‘no se apuren; nosotros vamos a dar un sentido de realidad?’ Esa noción. Ahora, Andrés ha dirigido dos partidos políticos, ha militado en tres, y yo creo que él es parte de esa clase política que tiene secuestrada la vida pública. Esa cosa de que en México los partidos políticos no son democráticos ni en sus formas de elegir. Esa cosa de repetir la selección de esa manera; me parece que no es la cultura política que queremos. Ayer yo decía que que, cuando se construyó lo que creímos como transición en 2000, que terminó siendo una alternancia, poco tiempo después descubrimos que el PRI no era un partido político, sino una cultura política que había permeado a los demás (partidos), con sus más y sus menos, de manera que no es un solo asunto con Morena, por supuesto; hay que ver qué hizo el PAN, el PRD, el Verde, Convergencia, el PRI, y ¿qué quiere decir esto? Que ‘Ahora’ busca ser una plataforma colectiva, busca ser un llamado para decirle a los que no se sienten representados que aquí hay una posibilidad de sumar. Que no es la persona Emilio Álvarez Icaza; si no es una irrupción colectiva que le dé una sacudida al sistema, no importa quién llegue, va a ser lo mismo. Y me parece que no es un tema de cambio de colores o de algunos acentos o tonos. Es de cambiar las reglas del juego. ¿En qué ánimo? Pues que lo que tenemos no nos sirve. Javier Sicilia decía ayer que no podemos seguir bajo la fórmula de que se administre el infierno. Creo que es una buena imagen. No creo que sólo con el cambio de personas la cosa va a ser distinta. Yo lo vi en la ciudad: cambiaron nuevos gobiernos y siguió la tortura, y ahora Javier Corral [Gobernador panista de Chihuahua] dice ‘mira, llegué con una enorme alianza ciudadana y no tengo ni recursos para operar, y el gobierno federal, cuando quiere, cierra la llave, tiene al ejército, tiene la justicia’. El ex Gobernador de Chihuahua hizo su propio banco. Entonces, no sólo nos han secuestrado las instituciones y el dinero, sino con la deuda que están dejando nos están hipotecando el futuro y el de nuestros hijos, por algo que no hemos visto ni beneficios. Entonces, ese tipo de cosas son las que nos animan a mí y a muchas personas más a presentar ‘Ahora’; de ahí el nombre. Discutimos mucho el nombre y por eso quisimos simbólicamente matar el “Nunca”, porque ya estuvo. Muchos de los chavos que estaban en el 132 y otros nos decían: ‘cuando ustedes eran chavos, a ustedes les decían que ‘nombre, si siempre va a ganar el PRI, y nos educaron con esa narrativa, si de todas manera va a ganar el PRI’. Y ahora nos venden la narrativa de ‘nombre, nada va a cambiar’. Y eso ha generado un desánimo. Fui a Veracruz y me impresionó mucho el fenómeno del desánimo, de la desilusión; es una cosa que pesa en este país y no creo que merezcamos ni debamos aceptar eso como condición.
–¿Cómo explicaría usted, que participó en Alianza Cívica, como se dio este corrimiento de estos políticos que antes eran oposición? ¿Qué ocurre una vez que llegan al poder?
–Creo que no tenemos contrapesos democráticos. Luchamos 30 años para tener un Fiscal autónomo, un Procurador autónomo, desde 88, y se hizo la reforma a la Constitución y ahora tenemos un fiscal que es del PRI, abogado del PRI, avalado por toda la oposición. Y dices, pues si no se trata de eso, pues. Entonces, lo que ha venido pasando es que, bajo una lógica de cuotas y cuates, se fue llenando toda la estructura pública. Entonces, lo que construimos en las primeras etapas de la alternancia eran los órganos electorales, independientes, los poderes autónomos, y más o menos se han ido erosionando todos. Y que como la política se convirtió en una especie de máquina adicta al dinero, es como una especie de adicto a la cocaína, y cada vez requiere más y más, y entonces se le inyecta más dinero y entonces ‘vamos a pagar los mítines, pa’que se vea que hay músculo’, y pagan los acarreos, y esa cosa loca de querer más y más dinero, y también entender de ahí que esta cosa de lo público es pa’ enriquecerse. Eso no puede dar más. Por eso ayer empezamos con muy pocas sillas, que eran para los adultos mayores, y sentados en el piso; por eso el escenario era de lona. Es un mensaje de decir ‘no podemos seguir metiéndole tanto dinero a eso cuando no hay ni medicinas’. Vas a algunos hospitales y te dicen, ‘si quiere que su paciente salga rápido, compre estas medicinas’, o ahí está la gente esperando en emergencias, horas, pero sí hay dinero para los bonos, para los partidos. La clase política metió a la Constitución su financiamiento, no metieron eso para alimentación y salud. Hay que sacudir esto, y eso es lo que estamos buscando.
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–¿Cuáles son sus apoyos económicos, cómo se pagarán las giras, con qué recursos cuenta?
–Estamos apostando al microfinanciamiento. Hay ejemplos que se han hecho. Se hizo en Medellín, se hizo en Estados Unidos con Bernie Sanders. No queremos financiamientos inconfesables. Entonces, pues si tengo que llegar a casa de un amigo, llegaré a casa de un amigo. Pedro Kumamoto ganó un distrito con muy pocos recursos. Yo creo que sí hay manera de hacerlo. Además, tiene que hacerse así. Y me parece también que hay una regla bien básica en la vida: si la gente te tiene confianza, lo demás llega por añadidura. Entonces, la gente va a poner su tiempo, va a poner sus recursos; eventualmente va a sumar. Por eso nos autoimpusimos esta exigencia de 80 mil avales, porque si no los tenemos, pues quiere decir que nuestra propuesta no dialoga con el contexto, con la realidad, no pudimos trasmitir, lo que tú quieras, todo junto. Si los tienes, entonces podrá dar eco. Ayer fue muy bonito, porque llegamos con una lista de 60 personas y salimos con una lista de casi 300. O sea, la gente se vuelca, y lo demás viene. Y eso ya lo hemos hecho: lo hicimos con Javier Sicilia cuando hicimos el Movimiento por la Paz; no teníamos dinero. Los camiones con los que viajamos nos tardamos seis meses en pagarlos, porque nos dieron crédito. Lo hicimos con Alianza Cívica en los 90. Lo hicimos cuando recolectamos firmas para la [iniciativa anticorrupción] Tres de Tres, o para quitarle el registro al Verde. O sea, esas cosas ya las hemos vivido; no es que no se pueda. Recorrimos el país. A veces había plazas con 300, 400 personas, pero a veces hubo tal impacto que obligamos al Presidente a sentarse a escuchar a las víctimas. Hay quienes dicen ‘esto se mueve con ríos de dinero’, sí pues, pero eso luego se pagan, o con casas blancas, o con contratos o con licitaciones a modo. Siempre se paga, y casi siempre lo pagamos nosotros con nuestros impuestos. Sí veo en mi experiencia y la de mucha gente más, por eso ayer invocaba muchos movimientos, gente que ha hecho transformaciones de nuestra realidad a partir de eso, de que no acepta lo que ve y no da ríos de dinero.
–Si no se juntan no los 80 mil avales, ¿Cuál sería el futuro de “Ahora”?
–No lo sé. Es que tenemos que discutirlo. No es el caso en el que diga que las cosas están ya definidas. Es el caso aquel de las aproximaciones sucesivas. Vamos a ir construyendo; vamos a ir discutiendo. Pensamos en esta cosa como un wiki programa, que como los círculos de gente que participa en esta iniciativa, discuta, aporte y decida. La verdad, te lo digo muy honestamente, ayer [el domingo pasado] se presentó un grupo promotor para arrancar. Estamos construyendo, y a mí me da mucha emoción que así sea. Me hago cargo de que va a ser complicado, de que va implicar suficientes retos. Por eso mismo pedimos una entidad separada, independiente que trabaje con los sistemas anticorrupción y de sistemas de ética. Me hago cargo. Porque si no, no se hace verosímil el asunto. Si no tienes esas reglas de inicio. Me hago de cargo de que este es un muy grande país. Somos muchos Méxicos, y recorrerlo toma tiempo. Es así, pero también hay gente que ya levantó la mano. Prácticamente hay gente de todo el país que dice: ‘a mí me interesa’ y estamos teniendo invitaciones.
–Cuando dice habría que discutirlo, ¿quiénes más son ‘Ahora’, aparte de quienes ayer estaban en el mitin?
–Está Alfredo Figueroa [ex consejero electoral], Rogelio Gómez Hermosillo [coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza], muchas de las personas que participaron en el 132, por ejemplo; María Herrera, la señora que le desaparecieron cuatro hijos, ella es de Michoacán; o Aracely Rodríguez, que le desaparecieron a su hijo policía. Hay gente del mundo de la cultura, artistas, que les está dando interés voltear a ver, que me han dicho a mí, ‘déjame ver’…
–¿Como quiénes?
–Mejor no digo nombres, porque ellos mismos me han dicho ‘déjame me aproximo’. Ha habido también gente de las Iberos, de la Universidad Veracruzana, de la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México], de la UdG [Universidad de Guadalajara], investigadores, profesores. También nos encontramos con personas del movimiento de mujeres, del movimiento LGBTI, y que son como causas que hemos ido abrazando. Por eso se pintó como se pintó la plaza, ¿verdad? Eran estos mega hashtags, así se pensó, tratar de construir esa narrativa, cuáles son las causas que hemos acompañado, y esa gente está.
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–Con respecto a un eventual proyecto de país, en materia económica, ¿qué pasaría con las reformas estructurales y el rumbo éste, neoliberal, que se ha tomado en estos años?
–Hemos convenido cuatro ejes, uno tiene que ver con lo que llamamos crecimiento e inclusión. Queremos hacer una discusión desde ahí, no desde la pobreza. O sea, lo que nos importa es que haya crecimiento. Y sí toca revisar, por ejemplo el TLC, toca revisar cómo generamos condiciones para el mercado interno; el modelo que hemos tenido en los últimos 20 o 25 años es un modelo con crecimiento pero a la vez con pobreza, y a la vez con concentración de la riqueza. Es un modelo que no ha dinamizado la competencia y eso me parece que afecta muchísimo. A final de cuentas no es el mejor en el mercado sino el que tiene más cuates, y eso creo que no ayuda. Discutíamos con un grupo de pequeños empresarios, que este asunto de la amenaza que ahora nos representa Trump (el nuevo Presidente de Estados Unidos), donde las amenazas son política pública, pues está dándonos una constatación de realidad que tenemos que discutir nosotros. Creo que sí habrá necesidad de repensar una parte importante de la actividad económica. 80 por ciento de la fuerza de trabajo está en las pequeñas y medianas empresas, pero las grandes exenciones fiscales son para las grandes compañías. O sea, es inversamente proporcional a quien se beneficia con respecto a cuánta gente emplea. No tengo ningún problema con que la gente genere riqueza, pero lo que sí no me parece pertinente es que tengamos un sistema tributario de esta naturaleza cuando vemos estos costos y estos paraísos fiscales que, además, no sabemos, son con recursos públicos y no sabemos. ¿Será pago de favores, de candidaturas? Esas cosas no son aceptables. ¿Por qué el sistema bancario en México cobra tanto? Bancomer llegó a representar más o menos el 52 por ciento de BBVA en el mundo. Pasé tres años en Estados Unidos; ahí se pelean por proveerte servicios, no te cobran como acá. Acá te cobran por todo, es al revés. Entonces, esas cosas necesariamente creo que tienen que ser a revisión; sí creo que tenemos que revisar el modelo que hemos construido, sí creo que tenemos que revisar el mercado interno, generar cadenas de valor agregado acá; sí creo que tenemos condiciones para producir economía social y trabajo en cooperativas. Guanajuato es un ejemplo excelente: tiene niveles de crecimiento del 7 por ciento anual, pero los niveles de pobreza no han bajado, porque Guanajuato tiene enclaves conectados con la economía global que no generan mercado interno. En cambio, hay mecanismos de economía social y solidaria que agregan cadenas de valor. Entonces, no podemos seguir pensando que hay unos entornos mega conectados a la globalización económica, con pobreza de gente que no sabe que va a comer ese día.
–¿Quién lo acompañaría en materia de estrategia económica?
–Creo que va a haber mucha capacidad. He empezado a platicar ya con varias personas; no estoy en condiciones ahora de decir su nombre, porque me lo han pedido expresamente, pero creo que hay mucho talento en nuestro país.
¿Son de la UNAM o del ITAM [Instituto Tecnológico Autónomo de México]?
–Hay gente, curiosamente hasta con experiencia en el Banco Mundial, pero hay gente de la UNAM.
–Y de las Reformas estructurales, ¿cuál es su diagnóstico?
–Me parece que sí hay una discusión de unas reformas cuyo beneficio no está llegando. Lo que nos ofrecieron y nos dijeron, no lo veo, al menos un buen ejemplo es la gasolina. Eso no está pasando. Entonces, me parece que sí hay temas que no se van a resolver por varita mágica, sí hay temas que tienen que ver con la discusión de cómo generamos parte del entendimiento de nuestra riqueza. Por ejemplo, más o menos el 25 por ciento del territorio nacional está concesionado para exploración o explotación minera. ¿Cuánto de ese dinero se queda en México? No necesariamente la mayoría, pero lo que sí se queda es la devastación, porque muchas de esas explotaciones son a cielo abierto, lo que va a pasar es que en un tiempo va a generar una enorme depredación, que lo que no podemos seguir pensando es que las reglas de inversión tienen tal nivel de abatimiento, de exigencia social, económica, ambiental, que los inversionistas de otros países, por ejemplo, de Canadá, no lo aplican en su país. ¿Qué va a pasar al final? Se va a ir el oro y nos vamos a quedar con el desastre ecológico. Entonces, ese modelo de negocios no funciona. Ahora, me hago cargo de que si tienes una concesión ya otorgada, pues no es de buenas a primeras que llega Juan Camaney y la quita. O sea, hay una cosa que se llama Estado de Derecho, y no se trata de reventar las instituciones. Se trata de que funcionen, de que no llegue un cuate de una empresa brasileña que le dé 10 millones de dólares a un funcionario de Pemex y conseguir concesiones. Es que el fenómeno de la corrupción sí afecta en la cuestión económica, sí afecta; lo hemos visto. En Perú metieron a un cuate o están en procesos legales por ese tipo de sobornos. Acá no pasa nada. Entonces, el fenómeno de las reformas económicas no va disociado de cómo se están implementando y construyendo. ‘Se secó la gallina de los huevos de oro’ no, no se secó: la mataron. Eso se sabía desde hace tiempo. Heberto Castillo lo dijo hace muchos años: ‘oigan, miren, van a sobreexplotar’. No veo escenarios de mejoras. Tuvimos 10 años, de principios de 2000 para acá, con los más altos niveles de ingresos públicos en la historia del país; el petróleo llegó a precios históricos, y eso se gastó en grandes burocracias.
–¿Habría interés en revertirlas o someterlas a discusión, por ejemplo la Reforma Energética y la educativa?
–Ayer [el domingo pasado] decíamos que no puede entenderse una Reforma Educativa como un sistema de ajuste de cuentas. La Reforma Educativa tiene que ser con los maestros, no contra los maestros; pero no tampoco como un cheque en blanco a los charros sindicales. Digamos, ni ajuste de cuentas ni venta de plazas, ¿verdad? O sea, sí queremos que haya una condición para revisar las condiciones de los maestros, sus condiciones salariales, pero eso tiene que pasar por un tema de profesionalización, no un tema de ajuste de cuentas. Una plaza de maestro es un bien público, no es heredable. Por supuesto acompaño la estabilidad laboral, pero de ahí a la apropiación, pues no. Entonces, sí creo que hay que cosas que hay que revisar. Te lo digo con mucha claridad. ¿En qué términos? Pues creo que sí va a ser parte de lo que ahora vamos a discutir. Te estoy dando ahora parte de los elementos que están en la discusión. Las condiciones definitivas pues no están porque eso es justo parte de lo que creo que toca hacer, que quien participe en la construcción de ese programa y los consensos que tengamos, porque es una iniciativa que busca esta cosa como colectiva. Estoy diciendo lo que pienso, pero me parece que habrá una discusión mayor.
–¿Definiría su candidatura como una candidatura de izquierda?
–Yo soy una persona que tiene una trayectoria que puede ser vinculada con la izquierda, pero el horizonte va más allá de las ideología de izquierdas y derechas. O sea, si no tenemos condición de construir un espacio común, donde convenzamos a gente que no piensa como nosotros, no va a tener horizonte. Yo creo que la condición de un país va más allá de izquierdas y derechas, honestamente, pero también creo que hay una capacidad instalada para el diálogo, y creo que hay una capacidad instalada para trabajar con distintas personas, de manera que mi propia trayectoria ha sustentado justo eso: apostar a dialogar con gente distinta. Pero además, regreso al tema: no es sólo la persona Emilio Álvarez Icaza; es lo que podamos construir y convencer. Ayer hubo gente que eran militantes del PAN, gente que de pronto le pareció interesante y nunca estuvo vinculada a la izquierda. A mí me llama mucho la atención que en la última semana se ha dado todo un debate de dónde soy yo, que si soy de izquierda, que si soy de derecha, que si la auténtica… Es notable la discusión. Les agradezco. Lo que no se puede perder es la regla de la congruencia; si uno es tolerante es tolerante. Si uno abraza la diversidad, abraza la diversidad, no nomás la diversidad que a uno le cae bien. Esas reglas no van. Honestamente no creo que el tema sea de esta construcción esquemática del televisor blanco y negro; ya estamos en la era digital pues, porque el debate es un poco más complicado que eso. Al menos, yo no me circunscribo en esas construcciones.
–¿Cree que está rebasado ese debate en México?
–No, no está rebasado. La prueba está en lo que se vio esta semana, pero yo no acompaño los términos de ese debate, sinceramente. Si me dices de una izquierda que permite que la policía reprima, una izquierda autoritaria, una izquierda que no acompaña a los mecanismos para evitar la violencia de la mujer, ¿de qué me estás hablando?