Si revisas constantemente tu correo y procuras contestar lo antes posible mensajes relacionados con el trabajo aun en horario no laboral, y no hacerlo te causa estrés, podrías estar a un paso del síndrome de burnout, un mal que afecta el empleo y salud.
Ciudad de México, 26 de febrero (SinEmbargo).- En días pasados surgió la noticia de que el gobierno de Francia busca promover una nueva legislación que dé el derecho a los trabajadores de desconectarse de los mails y mensajes relacionados con el trabajo cuando estén fuera de la oficina, esto como parte de una serie de reformas laborales para proteger los intereses de los empleados, mejorar su productividad y volver la economía del país más competitiva.
Y esto no se hace sin motivo, un estudio publicado el año pasado en el Journal of Occupational Health Psychology acuñó el término «telepressure» (o telepresión, en español) para designar esa la urgencia por responder tan pronto como sea posible (ASAP) los correos electrónicos del jefe, colegas o clientes, aún en horarios no laborales.
El departamento de psicología de la Universidad del Norte de Illinois encontraron que esta telepresión no es sólo una importante causa de estrés si no que es también un peligro a la salud, pues contribuye a la fatiga física y mental crónica conocida como burnout, un padecimiento «asociado a una frustración y un descontento que después se va convirtiendo en depresión, o enojo, u otra situación. La persona está imposibilitada para controlarlo y atenderlo», según explicó en un comunicado Georgina Tepale Palma, psicóloga y parte del Programa de Atención Estudiantil de la Universidad Iberoamericana.
Dijo además que “está asociado a una frustración y un descontento que después se va convirtiendo en depresión, o enojo, u otra situación. La persona está imposibilitada para controlarlo y atenderlo”. Este estrés disminuye también la capacidad de respuesta y por lo tanto la productividad.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) un 75 por ciento de los trabajadores en México experimenta estrés laboral, cifra que rebasa los casos reportados en China y Estados Unidos, lo cual no sólo implica un impacto en la salud de los empleados, sino que representa pérdidas de 0.5 y 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto de un país, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“El cansancio, tanto mental como físico, se relaciona con un vivir acelerado. Tenemos tiempos de entrega cortos, nos llenamos de actividades, pero también nos saturamos de estímulos, los cuales han incrementado gracias al avance de la tecnología […] Es decir, no solamente centramos nuestras energías en algo específico, sino que queremos concentrarnos en tres o cuatro cosas a la vez, lo cual termina por sobresaturarnos”, añadió la académica.
Las consecuencias de ese estado pueden llegar a alterar físicamente el cerebro, e incluso modificar los mecanismos de aprendizaje, memoria y la toma de decisiones. “Hay estudios que incluso han encontrado que un cerebro agotado podría reducir de tamaño”, dice la psicóloga.
Además, a largo plazo, la incapacidad de descansar puede derivar en trastornos psicológicos y emocionales, como la depresión y ansiedad. Mientras que el resto del cuerpo sufre también daños colaterales, como tensión muscular, lo cual da origen a calambres y contracturas; gastritis, colitis y dificultades para dormir.
Asimismo, otro estudio publicado en la revista Chronobiology International encontró que revisar el mail en casa o contestar una llamada de tu jefe el fin de semana puede terminar en problemas psicológicos, gastrointestinales y cardiovasculares.
Una encuesta de la empresa Good Technology reveló que 68 por ciento de los consultados revisa su bandeja de entrada antes de las 8 de la mañana, la mitad antes de irse a la cama, 57 por ciento cuando está con su familia y un 38 por ciento mientras está en la mesa.
Los expertos de la Universidad de Illinois tomaron una muestra de 300 trabajadores a quienes preguntaron qué tan seguido respondían mails del trabajo en días laborales, fines de semana, vacaciones y cuando están enfermos, y notaron que aquellos que permanecían «pendientes» de su correo eran más propensos a estar de acuerdo con frases relacionadas con el síndrome burnout como «No tengo energía para ir al trabajo por las mañanas», y reportaron sentirse fatigados y distraídos.
Además, la telepresión se relacionó con malos hábitos de sueño y faltas al empleo.
Los hallazgos sugieren que checar constantemente el correo electrónico fuera de la oficina no es ni sano ni productivo, y llaman a los empleados a desconectarse, y sus empleadores a crear políticas «anti e-mail a deshoras», como la que se sugerirá en Francia, con el fin de obtener beneficios para ambos lados.