Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Los ríos y arroyos comenzaron a secarse. Los caminos de tierra poco a poco fueron ocupados por máquinas pesadas, equipos y pipas con las que se realizaban actividades de exploración de hidrocarburos que no hacían más que fragmentar la tierra. Los signos fueron los indicadores de una nueva amenaza que despojaba del agua, de la tierra y el aire a los habitantes del milenario Totonacapan, la región que recoge las tradiciones de Tajín y de Papantla, en Veracruz.
El territorio de los que siempre han enfrentado lo imposible, a través de las danzas que se producen en el aire, lentamente comenzó a ser ocupado por el fracking o fractura hídrica, una técnica que propone la ruptura de lutitas –piedras madre del petróleo y gas– para la obtención de combustibles convencionales y no convencionales.
La transformación del paisaje fue cada vez más evidente, los campos verdes se llenaron de llaves de gas y de caminos de cemento que trajeron consigo carencias que recaen particularmente en las mujeres encargadas de procurar el bienestar y la salud de sus familias.
Sin saberlo, aquellas que notaron que cada vez tenían menos agua añadieron un elemento más a la continua discriminación que ya pesaba por el hecho de ser mujeres rurales, muchas de ellas con raíces indígenas, sin derechos legales a una propiedad y sin voto para decidir sobre su territorio.
En Totonacapan como en otras localidades de los estados afectados por el fracking –como Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla, Nuevo León, Coahuila, Tabasco y Tamaulipas–, las mujeres enfrentan los daños diferenciados en la salud, la dignidad y la carga de trabajo ocasionados por esta práctica. La prostitución, el peligro de aborto y el cáncer de mama son ahora enemigos silenciosos.
Al tener la certeza de las exploración en el área conocida como “Activo Integral Aceite Terciario del Golfo” o yacimiento “Paleocanal de Chicontepec”, las veracruzanas comenzaron con las manifestaciones y encabezaron movilizaciones en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex), además de otras acciones como el bloqueo de carreteras. Asimismo, han sido ellas las que se encargan de difundir los detalles, de realizar solicitudes formales, de negociar con instituciones y autoridades y de exigir la reparación de los daños ocasionados.
Mujeres y hombres están siendo afectados por el fracking, sin embargo es a ellas a las que se les ha imputado las responsabilidades y los riesgos de la falta de acceso
MUJERES Y FRACKING EN CIFRAS
De acuerdo con el informe Impactos del Fracking en las mujeres, elaborado por la Alianza Mexicana contra el Fracking con el apoyo de Heinrich Böll Stiftung, alrededor de 366 mil 336 mujeres son afectas de manera directa por la extracción de hidrocarburos con este método. El número representa al 49 por ciento de la población de un total de 716 mil 747 de personas damnificadas en 118 municipios de los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila, Hidalgo, Puebla y San Luis Potosí.
El 44 por ciento de los municipios afectados es considerado como rural, por lo que ya persisten condiciones como las deficiencia de infraestructura y servicios como la educación y la atención médica que afecta al 26 por ciento de las mujeres sin derechohabiencia que viven en los territorios donde se pretende realizar fracking.
El estudio ubicó a 134 mil 237 mujeres indígenas afectas por la práctica y a 57 mil 595 consideradas como analfabetas, la mayoría de ellas dedicadas a las labores de cuidado del hogar y de sus familias. Del total de 336 mil 336 solo ocho por ciento tiene un empleo formal mientras que otras 92 se dedican a los empleos informales y a las labores del hogar.
Las cifras las convierten a la mujeres en víctimas potenciales de los daños directos que comienzan con la carencia de agua potable, provocada por las enormes cantidades de agua utilizadas por el fracking y continúan con enfermedades o dinámicas como la prostitución provocadas por el trabajo masculino que se instala en la zona.
LAS MUJERES Y EL ACARREO
La carencia de agua es una realidad diaria con la que se enfrenta nuestro país. De acuerdo con las cifras del Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental la precipitación media anual de nuestro país es de 44 mil 777 millones de hectómetros (hm3). La mayoría del agua que cae en el territorio nacional se distribuye en la región sur, abarcando el 73. 30 por ciento, seguido de la región centro (13.47) por ciento y la región norte (13.22) por ciento, que con una población de 28.66 millones de habitantes enfrenta graves problemas de escases del líquido.
Los estados de Baja California Norte, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas, Nuevo León y una parte de Tamaulipas son considerados como parte de la región norte. La mayoría de ellos territorios coinciden con las áreas donde ya existe fracking o donde se plantea introducirlo.
El acceso al agua tiene muchas variables. La fractura hidráulica se ha convertido en una amenaza más ante la escasez de agua, debido a que requieren entre 9 y 29 millones de litros para el tratamiento en un solo pozo. Esto ha dejado en desventaja a los territorios donde las mujeres enfrentan mayoritariamente el problema.
Beatriz Olivera, integrante de Fundar y especialista en fracking, dijo en entrevista con SinEmbargo que una de las violaciones más graves asociadas con esta práctica es la del derecho agua, que afecta de manera mayoritaria a las mujeres encargadas del acarreo y de las labores de limpieza del hogar. Asimismo, expuso, la desigualdad también puede ser asociada con los usos, ya que se favorece a la industria frente al consumo humano.
“Alrededor de 400 mil mujeres en zonas cercanas al fracking no tiene acceso al agua potable, incluso hay municipios donde no cuentan con esta infraestructura. Nos parece sumamente grave que se use el agua en la industria y pueda ocupar para los pozos, pero no podamos tenerla en las viviendas y las mujeres no puedan tener acceso a este recurso. Aquí hay una clarísima violación del derecho humanos al agua”, planteó Olivera.
De acuerdo con el estudio desarrollado por la Alianza, en el municipio de Papantla en Veracruz 85 mil 728 mujeres no cuentan con agua potable. El mapeo realizado por Cartocrítica, organización que ha desarrollado una investigación para ubicar todos los pozos en México asociados al fracking, plantea que en dicho municipio ya se establecieron 172 pozos.
En opinión de Alejandra Jiménez, quién forma parte de Corason: Coordinadora Región de Acción Solidaria, organización que ha denunciado la introducción del fracking en el municipio de Totonacapan, el rol de género que fue determinado de manera arbitraria para las mujeres es lo que determina que sean ellas las más afectadas.
“¿Porqué son las mujeres las más afectadas por el agua? Porque el mismo sistema patriarcal las ha enseñado y las compañeras reproducen lo roles de género en el que las mujeres son las encargadas de hacerse cargo de las cuestiones de alimentación y saneamiento, y de atención a las personas menores de edad y también adultos mayores y personas discapacitadas que se encuentren en las comunidades. Eso hace que las mujeres tengan una carga importante dentro de sus comunidades con respecto a esto y en estos años lo que hemos podido ver que la implementación del fracking lo que generó fue desabasto de agua de las comunidades rurales. En estas comunidades después de que se hicieron las labores de exploración, sólo la exploración, muchos arroyos y pozos se secaron y otros rayos se desviaron”, dijo Jiménez.
FRACKING UN PELIGRO SANITARIO
La evidencia científica realizada en países como Estados Unidos ha logrado asociar a enfermedades como el cáncer de mama e impactos en mujeres embarazas, además de abortos espontáneos con algunos de los componentes usados para la la inyección del líquido encargado de la ruptura de las piedras madre.
Roberto Ochandio, experto en explotación de hidrocarburos, explicó que los componentes de los del agua utilizada para la fractura suelen contener algunas elementos químicos como el radio 226, además de benzenos y toluenos asociados con enfermedades como el cáncer.
“El agua que viene del fondo del pozo arrastra consigo radio 226, que es un isótopo radioactivo. Los isótopos radioactivos se descomponen un en desencadenamiento radioactivo que hace que hace que se transformen en diferentes isótopos continuamente. El radio 226 tiene una vida promedio de mil 600 años y durante este tiempo genera radón 222. El radón es un gas que cuando uno lo respira se deposita en el fondo de los pulmones (es más pesado que el aire) y como es un gas radioactivo se sigue descomponiendo soltando particular ALFA que ofrecen dos posibilidades a las células de los pulmones: las mata o las enferma, cuando se enferman se produce cáncer”, agregó el científico.
Los daños en la salud se asocian tanto con hombres como con mujeres, sin embargo, hay más evidencia del posible desarrollo de enfermedades en las segundas.
La agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de Estados Unidos (ATSDR, por sus sigla en inglés) destaca que la exposición al benceno produce alteraciones en la sangre que pueden causar un tipo especial de leucemia llamada leucemia mieloide aguda e incluso alteraciones a los órganos sexuales.
El informe sobre los impactos de la facturación hidráulica para las mujeres destaca que la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos relaciona el cáncer de mama con este mismo compuesto químico, así como con el 1.3 butadieno y el óxido de etileno, que también se encuentra en los vapores de la gasolina. Asimismo, plantea, el fracking se ha vinculado con tasas más altas de cáncer y problemas nerviosos, inmunes y cardiovasculares; cáncer de mama, nacimientos prematuros y aborto.
Las especialistas afirman que aún hace mucha falta investigación en el campo que refute o compruebe algunas de las teorías, por ejemplo, la relacionada con el aumento de las enfermedades de transmisión sexual (ITS) registrado por organizaciones como la Food and Wather Watch en algunas zonas de Estados Unidos. Por ejemplo, en las zonas rurales de Pennylvania donde se ha lleva acabo fracking, las tasas de clamidia son más altas que el promedio estatal.
LOS POZOS Y LA PROSTITUCIÓN
“Los puestos de trabajo efectivos en la producción de hidrocarburos son muy pocos, cuando ellos dicen que crearon 10 mil puestos de trabajo ahí están incluidas las prostitutas, los operadores de los casinos, toda la gente que de alguna manera esta succionando la riqueza que genera el petróleo. Cuando llega el fracking o cualquier actividad petrolera detrás del trabajador petrolero viene toda los vicios de la sociedad: viene la prostitución, el juego, el crimen de tipo, el alcoholismo”, aseveró Ochandio.
En nuestro país no existe una cifra con el número exacto de víctimas de trata. Una investigación realizada en 2016 por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República estima 500 mil casos, de los cuales 70 mil son menores de edad. Asimismo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha reconocido que 93 por ciento de las víctimas son mujeres.
Alejandra Jiménez sostiene que uno de los principales riesgos que atrae el fracking para las mujeres es el de las prostitución consecuencia de la “masculinización de los territorios”.
“No es gratuito que las enfermedades de transmisión sexual aumenten en las zonas donde hay prostitución, aunque aún faltan estudios para determinarlo, se debe en gran medida al aumento de la prostitución. Este se debe a la masculinización de los territorios muy evidente con los proyectos extractivos y más con los proyectos extractivos de hidrocarburos. Poza Rica que es una de las ciudades emblemáticas de la explotación de hidrocarburos; la ciudad se crea en torno al pozo y lo que primero que surge ahí son los prostíbulos. Es una tradición añeja que hace falta estudiar más, pero que refleja como hay un control sobre los cuerpos de las mujeres”, denunció Alejandra Jiménez.
Los estados con mayor número de averiguaciones previas relacionadas con este delito son Puebla, Chiapas, Cuidad de México, Oaxaca, Baja California norte y Estado de México. Los datos no son demostrativos en su totalidad de la realidad ya que se refieren sólo a las investigaciones abiertas, sin embargo, son un indicador de su comportamiento. Por ejemplo, el Observatorio de Medios de la Universidad Veracruzana denunció que para 2017 los municipios de Coatzacoalcos, el puerto de Veracruz, Xalapa y Poza Rica se habían convertido en los sitios favoritos de los traficantes de personas. Las víctimas eran mujeres jóvenes no mayores a los 20 años.
Los especialistas sostiene que aún hace falta investigación alrededor de la fracturación hídrica; sin embargo, insisten en que experiencias como la de Argentina en “Vaca muerta”, donde aún aumentado las cifras de prostitución, no deben ser desestimadas ya que representan un ejemplo de lo que se puede evitar en el territorio mexicano.