Trump amenaza con cerrar la frontera y justifica el uso de gas lacrimógeno contra migrantes en Tijuana

26/11/2018 - 5:37 pm

El Presidente estadounidense argumentó que los policías que se encuentran en la frontera tuvieron que usar el gas porque «les venía una avalancha de gente muy dura», y que lo primordial era que » nadie va a entrar en nuestro país a no ser que entre legalmente.»

Washington, 26 de noviembre (EFE).- El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó, este lunes, con el cierre «permanente» de la frontera de México y defendió el uso de gas lacrimógeno este domingo cuando cientos de inmigrantes pretendían entrar a la fuerza al país tras abrir una brecha en la barda fronteriza en San Diego, California.

En el enfrentamiento se registraron varios heridos y se detuvo a 69 inmigrantes en las inmediaciones de la garita internacional de San Ysidro (California), luego de que se un nutrido grupo de manifestantes lograsen abrir una plancha metálica de la valla e ingresasen a EU aunque posteriormente fueron detenidos.

Estos sucesos llevaron al Presidente Trump a arremeter en Twitter contra la caravana de inmigrantes, entre los que, dijo, hay «criminales», y pidió a México que los deporte a sus países de origen.

Ya en declaraciones a la prensa, el mandatario apoyó la medida de los agentes al considerar que estaban enfrentando una «avalancha» y quiso dejar claro que su decisión responde a una idea básica: «Nadie entra al país a menos que lo hagan legalmente».

Sin embargo, el jefe de sector de Patrulla Fronteriza en San Diego, California , Rodney Scott, dijo hoy a la cadena CNN que «numerosas personas» habrían entrado a Estados Unidos a través de secciones en que no se ha podido reforzar el muro con Tijuana.

El Comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Kevin McAleenan, explicó que el uso de gas pimienta fue necesario para prevenir que «una situación peligrosa se tornara aún peor».

McAleenan indicó que la medida, que incluyó el uso de bolas de goma, estuvo justificada ante la embestida de casi «mil personas» que formaban parte de la caravana de migrantes que llegó en los últimos días a la frontera entre Tijuana y San Diego para solicitar asilo.

En estos disturbios, detalló McAleenan, cuatro oficiales fueron agredidos con piedras y otros proyectiles, aunque no sufrieron heridas dado que portaban equipo antimotines.

La situación en la frontera californiana es tal que el Departamento de Defensa (DOD) anunció hoy que, tras analizar la situación con CBP, desplazó en los últimos días a California a 300 soldados que estaban desplegados en Texas y Arizona.

Estos soldados, que incluyen policía militar y unidades de logística y de ingenieros, refuerzan el Operativo Línea Segura bajo el cual el Gobierno desplegó cerca de 5 mil 600 soldados a lo largo de la línea divisoria con México, incluyendo mil 800 en California.

Con todo, tras el enfrentamiento de la víspera, el cruce regresó hoy a la normalidad y no se registraron demoras más allá de las habituales en el cruce fronterizo y sin que se pudiese ver ningún operativo especial en sus alrededores.

Sin embargo, las malas noticias le llegaron a la Administración Trump en forma de numerosas críticas contra el accionar de los agentes federales al utilizar estos métodos contra un grupo de personas entre las que también se encontraban menores de edad.

«En ninguna circunstancia CBP debería usar gas lacrimógeno en contra de niños. Esta demostración de violencia es indignante e inhumana», señaló Lorella Praeli, subdirectora política para la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

«Estos no son los valores de nuestra nación. Debemos rechazar las mentiras del Presidente en su intento de criminalizar y deshumanizar a las familias que buscan asilo», agregó.

El congresista Joaquín Castro, quien forma parte del Comité de Asuntos Exteriores para el Congreso, calificó la decisión de utilizar gas lacrimógeno como «cruel, innecesaria e inconsistente con quienes somos y quienes aspiramos a ser como nación».

El demócrata instó al Gobierno a trabajar para estabilizar el Triángulo del Norte de Centroamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala), de donde proceden la mayoría de los integrantes de las caravanas de migrantes y atender así la raíz del problema.

«El cerrar nuestras fronteras y rociar gas a poblaciones vulnerables no es la respuesta, y podemos y debemos actuar mejor como nación», agregó Castro sobre lo sucedido el domingo, que incluyó el cierre durante cinco horas este domingo del paso fronterizo de San Ysidro, considerado el más transitado del mundo.

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