Generalmente abordo el tema de la cárcel desde una perspectiva de política pública donde considero aspectos como recursos implicados, beneficios vs. costos en cuanto a la criminalidad, y todo lo concerniente a las consecuencias públicas y generales.
Sin embargo, en esta ocasión quiero realizar una individualización para de esta forma brindar la información para que el lector pueda juzgar sobre las secuelas del uso de la pena privativa de libertad, desde un caso particular.
Una madre de familia de 4 menores de edad y de una jovencita de 18 años quien a su vez es madre de un bebé de 1 mes, extranjera viviendo en España, sin ningún apoyo por parte de su pareja ni por ningún otro familiar, decide orillada por su situación personal portar y vender 35 gramos de cocaína.
Como la mayoría de narcomenudistas, -quienes son aprehendidos a diferencia de las grandes cabezas del narcotráfico-, es detenida y procesada por la justicia española. La sentencia son 3 años de prisión y a partir de los once meses recibe el tercer grado, que consiste en un permiso de poder salir algunos días de la semana y regresar a prisión hasta que se cumplan estos tres años, en este caso sale los fines de semana.
No puedo imaginar la situación de esos niños quienes viven en un piso alquilado y que desde hace 10 meses, su madre por haber perdido su relación laboral al haber entrado en la cárcel, no puede pagar, así que pronto podrían ser echados a la calle.
Cuatro niños que intentan encontrar y solventar en su hermana de 18 años, todo el cariño y la atención que sólo una madre puede dar.
Evidentemente uno de ellos ya no va a la escuela y durante todo el día se queda en casa, esperando a que el ocio no se apodere negativamente de su ser, por más hábil, inteligente y madura que sea la hermana mayor, no existe joven alguno que sea capaz de llevar la responsabilidad de 4 hijos a esa edad.
¿Qué les depara a esos niños el futuro? ¿qué oportunidades están perdiendo por tener a su madre en prisión? ¿qué tanta estigma y rechazo social sufrirán en la escuela?
¿cuánto está ganando el Estado al tener a esa mujer presa y cuánto está perdiendo cada uno de los integrantes de esa familia?
Definitivamente como sociedad estamos perdiendo mucho más con esa mujer en prisión y prácticamente no ganamos nada. Las consecuencias y efectos negativos son innumerables; la pena de prisión preventiva debe ser la última ratio y una media excepcional.
El problema actualmente es que la tendencia de las políticas criminológicas a nivel mundial, con excepción de los países escandinavos, es que todo lo relacionado con drogas se ha criminalizado de forma extrema, cuando los factores causales por los que las personas deciden enrolarse en el narcomenudeo, son meramente sociales.
Una vez más pregunto: ¿por qué castigar problemas sociales con medidas penales?; el sistema penal nunca va a poder dar una total respuesta a los conflictos, ya que estos son en sus raíces problemas sociales.
@criminologiamex