La Unidad de Política Migratoria dedicó el nuevo número de su revista digital «Rutas. Estudios sobre Movilidad y Migración Internacional» al panorama de salud de migrantes mexicanos, mediante el análisis «Escenarios y estrategias de atención médica de la población mexicana, migrante y móvil, entre Estados Unidos y México, y los impactos por la pandemia de COVID-19».
MEXICO, 24 septiembre (Xinhua).- Migrantes mexicanos en Estados Unidos han enfrentado la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) con remedios caseros ante las barreras para acceder a servicios de salud, según un reciente análisis de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría (ministerio) de Gobernación (Interior).
La investigación, publicada a mediados de septiembre, expuso que la pandemia supuso mayores complicaciones para que migrantes accedan a salud en Estados Unidos, el país más afectado por la COVID-19 a nivel global, ante factores como pérdida del empleo y lineamientos restrictivos del gobierno estadounidense.
«En el contexto de la pandemia de COVID-19 se han detectado algunos cambios en los lineamientos en Estados Unidos que les dificultan la atención y acceso a servicios médicos o a obtener algún apoyo gubernamental, aun contando con una situación migratoria regular», indicó.
La Unidad de Política Migratoria dedicó el nuevo número de su revista digital «Rutas. Estudios sobre Movilidad y Migración Internacional» al panorama de salud de migrantes mexicanos, mediante el análisis «Escenarios y estrategias de atención médica de la población mexicana, migrante y móvil, entre Estados Unidos y México, y los impactos por la pandemia de COVID-19».
El estudio señaló que, al igual que lo hacían con otras enfermedades, algunos migrantes mexicanos lidiaban con la COVID-19 con remedios naturales de la curación tradicional mexicana, como eucalipto, canela y otras especias, cuya efectividad contra la infección no estaba comprobada.
«Estos remedios también han sido utilizados por algunas personas migrantes para hacer frente a los síntomas y malestares de la COVID-19», refirió el documento elaborado por el Centro de Estudios Migratorios de la Unidad.
Los autores ejemplificaron el caso de un migrante que enfrentó la enfermedad con tés, gárgaras de agua con sal, paños húmedos para bajar la temperatura alta y algunos medicamentos para el dolor antes de tener que ser ingresado a un hospital.
La investigación recordó que los latinos figuraban entre los grupos de población en Estados Unidos con más infectados y subrayó que, hasta agosto, se había reportado el fallecimiento de más de dos mil 200 mexicanos por la COVID-19.
Expuso que históricamente muchos migrantes en Estados Unidos optaban por la automedicación o servicios médicos comunitarios por un limitado acceso a la salud, ante la carencia de seguro médico en su empleo o restricciones por su condición migratoria.
Sin embargo, la pandemia generó un aumento de desempleo entre mexicanos, luego de que sectores donde laboraban, como construcción y turismo, se suspendieron temporalmente.
«Como consecuencia, la posibilidad de las personas migrantes mexicanas en Estados Unidos para acceder al servicio médico a través de su empleador también se disipa», señaló el estudio.
Además, el análisis destacó que, según organizaciones civiles, la mayoría de los empleos en actividades esenciales como agricultura y alimentación, donde laboran numerosos migrantes, carecían de prestaciones sociales y tenían limitadas medidas de protección sanitaria.
La dificultad para acceder a servicios médicos era mayor para migrantes irregulares, que son alrededor de 4.9 millones de los 11.6 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, quienes además evitaban acudir a hospitales por temor a la deportación, subrayó.
«Ante estas limitantes, como se ha observado, las personas migrantes continúan optando por utilizar remedios caseros o la automedicación, por establecer estrategias de medicina a distancia e, inclusive, viajan a la frontera o a su lugar de origen», planteó.