Al ser interrogado, el autor confeso señaló que su objetivo era Charlie Hebdo, lo que parece indicar que no estaba al corriente de que la publicación se mudó tras el atentado de 2015 por razones de seguridad.
Por Ángel Calvo
París, 26 sep (EFE).- El autor confeso del ataque terrorista de este viernes en París en el que dos personas resultaron heridas de gravedad junto al edificio de la antigua redacción de Charlie Hebdo lo planeó como un nuevo atentado contra el semanario satírico, coincidiendo con el proceso por la masacre cometida allí en enero de 2015.
Un joven paquistaní, detenido menos de una hora después de haber agredido a dos periodistas de una sociedad de producción de televisión que tiene su sede en ese edificio, ha reconocido que fue él quien llevó a cabo los hechos y ha dado a su acción una dimensión política, revelaron este sábado fuentes de la investigación.
Al ser interrogado, ha señalado que su objetivo era Charlie Hebdo, lo que parece indicar que no estaba al corriente de que la publicación se mudó tras el atentado de 2015 por razones de seguridad (su dirección actual no es pública).
LAS CARICATURAS DE MAHOMA, TRAS LOS HECHOS
En cuanto a sus motivaciones, ha argumentado que el semanario volvió a publicar las polémicas caricaturas de Mahoma al inicio del juicio que se celebra desde comienzos de septiembre en el Tribunal de París por aquel ataque yihadista.
Las mismas caricaturas por las que los hermanos Chérif y Said Kouachi, los dos terroristas que mataron en aquella ocasión a doce personas, justificaron la carnicería.
Ahora el autor es un hombre que oficialmente cumplió 18 años en agosto (hay dudas sobre ese punto), que llegó a Francia en 2018 como menor extranjero no acompañado y que, como tal, durante dos años estuvo bajo la responsabilidad de la asistencia social, que entre otras cosas le ha facilitado alojamiento.
En ese tiempo, la administración del departamento de Val d’Oise en la región de París que se ocupaba de él no detectó signos de radicalización islámica, por lo que no estaba fichado por los servicios secretos.
Sí que tenía antecedentes por hechos de delincuencia común: había sido detenido en París por llevar un arma ilegal (un destornillador), lo que le valió una amonestación del Tribunal de Menores en junio.
La investigación de los hechos, a cargo de la Fiscalía Nacional Antiterrorista, se centra también en determinar posibles complicidades y así hay que entender el arresto de ocho personas para ser interrogadas, seis detenidas el mismo viernes y dos el sábado.
De los primeros individuos, todos paquistaníes, cinco de ellos compartían el que ha sido su último domicilio conocido en Pantin, ciudad limítrofe con París, y el sexto había convivido con él cuando era formalmente menor en una residencia social de Cergy, otra ciudad de la región.
Además, hoy quedaron bajo arresto un hermano menor del agresor y otra persona de su círculo de relaciones.
Otro hombre fue detenido en una estación de metro muy próxima del lugar del ataque poco después de que ocurriera, pero quedó en libertad sin cargos al cabo de unas horas tras unas comprobaciones que lo exculparon.
«GUERRA» AL TERRORISMO ISLAMISTA
El ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, calificó lo ocurrido junto a la antigua sede de Charlie Hebdo como «un acto de terrorismo islamista» contra el que «seguimos estando en guerra».
También reconoció que se había infravalorado la amenaza que había en la antigua dirección del semanario satírico.
Luc Hermann, uno de los dirigentes de la productora Premières Lignes en la que trabajan las dos víctimas, que evolucionan de las heridas favorablemente, indicó que el edificio es «un lugar simbólico» y que, aunque entiende que no se puede poner a un equipo de seguridad en todos los que también lo son, desde que empezó el proceso judicial por Charlie Hebdo no se habían tomado medidas en la calle donde se encuentra.
Con el inicio del juicio por el atentado de enero de 2015 han proliferado las amenazas procedentes del universo del integrismo islámico, razón por la que, por ejemplo, la responsable de recursos humanos de la revista tuvo que abandonar de forma precipitada su domicilio la semana pasada a instancias del servicio de seguridad encargado de su protección.