Alonso Lujambio tuvo una enfermedad, una agonía fea, larga. Su última imagen pública, en el Senado, fue muy digna, pero al mismo tiempo muy triste. Y justo mientras venía yo pensando en esto me tocó ver en esta exhibición ingeniosa y llena de humor podrido, este anuncio que dice: «Ponte vivo. En J. García López tenemos hasta 15 por ciento de descuento en servicios funerarios. Porque sólo te vas a morir una vez, muérete bien». ¿Pero hay una manera de morirse bien?
Por Nicolás Alvarado