«Lo que se debe hacer es que si se tienen ganas, éstas no se deben frenar, y sí se debería vomitar para librarse de ese alimento que haya sentado mal», resalta la especialista.
MADRID, 26 DE AGOSTO (EUROPAPRESS).- Lo habitual es que nuestro organismo tolere los alimentos que tomamos pero, en ocasiones, nuestro cuerpo genera una respuesta alterada que conlleva la aparición de efectos indeseados, tipo molestias gástricas, pesadez, ardor, o incluso náuseas y vómitos.
«Cada persona puede tener una sensación diferente de que la comida le ha sentado mal. ¿De qué modo te sienta mal? Te puede dar diarrea, gases, pesadez, ardor, o náuseas, por ejemplo, y simplemente porque has comido más de lo que deberías, por ejemplo», afirma la especialista en una entrevista con EuropaPress.
«Aunque no sea un alimento indigesto, si comes mucho te puede producir malestar. Por ejemplo, esto te puede suceder si te comes dos kilos de ciruelas, éstas te pueden sentar mal aunque no sea un producto insano», advierte, al mismo tiempo que señala que sí resultan más difíciles de digerir las comidas grasientas. «El salmón nos sentará peor que la merluza, o el cordero en lugar del pollo», agrega.
Con todo ello, y si nos ha sentado mal algo, la miembro de la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva sugiere que lo primero que se podría hacer es dejar de comer: «Si ves que te está sentando mal no hay que insistir. No se debe tampoco consumir alcohol, y a veces con el reposo es suficiente».
En otros casos dice que, si se tienen ganas, se debe vomitar. «No hay que tenerle miedo al vómito», insiste, ya que se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo por el que éste intenta librarse de algo que le ha sentado mal. Eso sí, la doctora García Vizuete remarca que nunca hay que provocárselo.
«Lo que se debe hacer es que si se tienen ganas, éstas no se deben frenar, y sí se debería vomitar para librarse de ese alimento que haya sentado mal», resalta.
Además, la experta en Aparato Digestivo resalta que vomitar varias veces sí puede ser peligroso en los ancianos y en los niños, o también lo puede resultar cuando un adulto vomita muchísimo y no consigue reponer los líquidos perdidos. «En ese momento se debería acudir al especialista», agrega.