En el libro, tres adolescentes se vuelven a inventar a sí mismos tras la desaparición de su mundo, un matemático hace malabares para seguir vivo, un asesino reflexiona sobre el arrepentimiento y una joven mantiene dormidos a los integrantes de un ejército.
Benito es uno de los principales promotores de la lectura en México, un hombre que se lee dos o tres libros a la semana y habla en el lenguaje de los adolescentes a quienes suele ganarse mientras le habla de obras de literatura como si fueran cuentos suyos.
Por Gustavo Borges
México, 26 de agosto (EFE).- Alejado de las historias de adolescentes lectores que lo identifican, el escritor mexicano Benito Taibo ve Camino a Sognum, su última novela, como una espada de fantasía para abordar desde otro ángulo su obsesión: las pasiones humanas.
«Hace tiempo quería escribir una fantasía porque de ahí vienen mis lecturas; al final uno puede usar el escenario que quiera, inventar mundos, frutas, juegos, bebidas pero todo está regido por las pasiones humanas», asegura Taibo en entrevista a Efe.
La obra de 220 páginas publicada por la editorial Planeta está formada por cuatro historias hilvanadas en las que los personajes deben tomar decisiones en el límite.
En el libro, tres adolescentes se vuelven a inventar a sí mismos tras la desaparición de su mundo, un matemático hace malabares para seguir vivo, un asesino reflexiona sobre el arrepentimiento y una joven mantiene dormidos a los integrantes de un ejército.
«Este es el primero de tres tomos y en él rindo homenaje a Shakespeare y Balzac, luego se verá por qué», dice Taibo quien abre la obra en un pueblo pacífico llamado Almirán, en el cual los personajes están bautizados con nombres sacados de obras del más grande autor de habla inglesa, el creador de ‘Romeo y Julieta’.
Aunque esta vez no pone a sus protagonistas a leer clásicos, igual se refiere a ellos de manera indirecta. El matemático es una especie de Sherezada de ‘Las mil y una noches’ que en vez de contar cuentos, enseña los números el juego de crim (inventado por Taibo para la ocasión), mientras el asesino, naufraga en una isla desierta, se llama Rovier, una mezcla de Robinson y Viernes, los dos personajes principales del «Robinson Crusoe», de Daniel Defoe.
«Este libro está lleno de guiños, esto del origen del nombre de Rovier es la primera vez que lo revelo; todos merecemos tener más de una oportunidad porque el camino de la redención para por lugares insospechados y tiene que ver con enfrentarte a ti mismo y a tus demonios», asegura.
Es un hombre apasionado que se fuma un cigarro cada 13 minutos, gesticula como caribeño, no para de hablar y siempre mira a los ojos, como hace la gente sincera.
La historia de los tres adolescentes tiene como heroína a una joven llamada Miranda, con habilidad para disparar la flecha, pasta de líder y una rapidez en la toma de decisiones que según el escritor, solo pueden verse en esos seres que él califica de superiores: las mujeres.
«Miranda es un homenaje a la fuerza y el poderío de ellas. No veo a las mujeres desde mi posición de hombre, busco que tengan sus propias voces; es decir, saco mi lado femenino de la mejor manera posible y compruebo que es más poderoso que el masculino», confiesa.
Benito es uno de los principales promotores de la lectura en México, un hombre que se lee dos o tres libros a la semana y habla en el lenguaje de los adolescentes a quienes suele ganarse mientras le habla de obras de literatura como si fueran cuentos suyos.
Una vez, en una charla con futbolistas profesionales, les aseguró haber sido un gran jugador que estuvo en Copas del Mundo y cuando los deportistas lo miraron incrédulo les aclaró que eso sucedió en su imaginación agrandada por los libros.
«Yo no hubiera podido escribir si antes no hubiera sido lector. Estoy más orgulloso de mis lecturas porque mi literatura que me da pudor ante las grandes joyas, esas que me hicieron ser quien soy, me hicieron tomar decisiones y abrir caminos», dice.
La nueva obra tiene un final abierto y se lee como un aperitivo capaz de sojuzgar al lector que si pudiera hablar con Benito Taibo le pediría apurarse con la continuación porque le urge saber si Miranda saldrá ilesa de los peligros que ella provocará para salvar a su madre, si el matemático puede mantener la genialidad para subyugar a un tirano cruel o si el asesino logra redimirse.
«Ya empecé a escribir la segunda parte, voy pausado. Quizás en los dos próximos libros encuentre la manera de rendir homenaje a Cervantes, Goethe y Dante, los tres grandes escritores en español, alemán e italiano», revela.
Benito Taibo se declara ateo. En sus palabras confirma que no es así, solo que su altar está poblado de dioses que alguna vez fueron ciudadanos, las deidades de la literatura mundial de la cual es un feligrés de primera fila.