Los ataques del miércoles provocaron críticas al Gobierno por no proteger al grupo minoritario que durante años se vio libre de la violencia. Diana Semaan, especialista en Siria en el grupo Amnistía Internacional, dijo que había señales de una ausencia total de fuerzas armadas o de seguridad cuando se produjo el ataque. A pesar de que la comunidad se niega a participar de la guerra, el gobierno tiene la “obligación” de proteger a la población civil, añadió.
Siria, 26 de julio (AP).– Multitudes en el sur de Siria asistieron el jueves a los funerales colectivos de al menos 216 personas muertas en un ataque coordinado de milicianos del Estado Islámico (EI) en una ciudad y alrededores habitualmente pacíficos. En la violencia más grave que afecta la zona desde el inicio del conflicto, los milicianos secuestraron a 18 personas, informaron activistas.
Los ataques simultáneos en la ciudad de Sweida y aldeas de los alrededores recordaron los tiempos violentos del apogeo del EI en 2014 y 2015. El secuestro de civiles –de los cuales 14 eran mujeres– es una táctica característica del grupo, de tomar rehenes y usar a las mujeres como esclavas sexuales.
En la ciudad de Sweida se celebraron hoy funerales masivos por las víctimas, un día después de los atentados que comenzaron por la mañana y duraron varias horas. La ciudad fue decorada con telas negras y las tiendas cerraron por luto.
A medida que la guerra civil siria tomó cada vez más matices sectarios, con la oposición sunita a la clase dominante mayoritariamente alawita, la minoría drusa permaneció en gran medida al margen. Los dirigentes comunitarios tomaron una posición firme contra la guerra y resistieron el reclutamiento de sus hijos en el ejército para evitar represalias. Los drusos, seguidores de un sector islámico, tienen sus propias milicias locales.
Los ataques del miércoles provocaron críticas al Gobierno por no proteger al grupo minoritario que durante años se vio libre de la violencia.
Diana Semaan, especialista en Siria en el grupo Amnistía Internacional, dijo que había señales de una ausencia total de fuerzas armadas o de seguridad cuando se produjo el ataque. A pesar de que la comunidad se niega a participar de la guerra, el gobierno tiene la “obligación” de proteger a la población civil, añadió.
Los inusuales ataques en Sweida coinciden con una ofensiva del gobierno del Presidente Bashar Assad en el sur de Siria, donde sus tropas luchan contra un grupo afiliado a EI cerca de la frontera con las Alturas del Golán, ocupadas por Israel, y con Jordania. La milicia tiene también una pequeña presencia en el extremo oriental de la región y en el desierto de la vecina región de Homs.