Con este nuevo paro de 48 horas, la oposición buscar elevar las presiones contra la Constituyente propuesta por Maduro, quien avanza en el proceso a pesar del riesgo de sanciones estadounidenses y las críticas que han expresado diversos gobiernos de la región.
Por Fabiola Sánchez
Caracas, 26 de julio, (AP) — Mientras las calles de Caracas volvían a vaciarse a causa de un nuevo paro nacional que iniciaba el miércoles por la mañana, el líder opositor Leopoldo López instaba a los venezolanos a resistir y mantenerse en las calles.
A sólo cuatro días de la elección de los 545 miembros de la Asamblea Constituyente —impulsada por el Presidente Nicolás Maduro para reescribir la carta magna de Venezuela—López difundió un video en YouTube y redes sociales para instar a los militares a no hacerse «cómplices de la aniquilación de la República, de un fraude constitucional» y les pidió no unirse al plan seguridad para las elecciones del domingo
Esta es la primera ocasión en que López se manifiesta luego de un prolongando silencio de dos semanas tras recibir el beneficio de arresto domiciliario.
Afuera, en la capital, volvía a notarse la escasa presencia de vehículos y personas, centenares de comercio cerrados y algunas vías bloqueadas con barricadas.
Con este nuevo paro de 48 horas, la oposición buscar elevar las presiones contra la Constituyente propuesta por Maduro, quien avanza en el proceso a pesar del riesgo de sanciones estadounidenses y las críticas que han expresado diversos gobiernos de la región, cuyos representantes se reunieron en el Consejo Permanente de la OEA para debatir sobre la crisis venezolana.
La protesta inició pasadas las seis de la mañana y a ésta se sumaron algunos sindicatos de trabajadores y transportistas y las mayores cámaras de empresas e industrias privadas del país. Sin embargo, pequeños comercios, bancos, oficinas estatales, el metro y algunos vehículos de transporte público operaron con normalidad.
En las principales ciudades del interior país también se registraron paralizaciones parciales de actividades, según reportaron medios locales.
«Hay que hacer todo lo que sea necesario para detener la Constituyente», expresó María Medina, una administradora de 38 años, al manifestar su respaldo a la protesta opositora. «La única solución que veo es un cambio de gobierno», agregó mientras aguardaba en una larga fila para ingresar a una agencia bancaria estatal a la que aprovechó para acudir luego de la suspensión de actividades en la clínica donde labora.
«Espero que el paro sirva para hacerle más presión al gobierno», afirmó Liset Gutiérrez, una desempleada de 46 años, tras reconocer que no estaba dispuesta a votar el domingo en la Asamblea Constituyente porque «no me garantiza que va a mejorar la situación económica».
Venezuela afronta la tensión política en medio de crisis dominada por una galopante inflación de tres dígitos, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos y una contracción económica que según estimaciones del Fondo Monetario Internacional podría alcanzar este año 12 por ciento.
El paro cívico fue desestimado por el ministro de Vivienda, Manuel Quevedo, que lo consideró como otra de las «derrotas» de la coalición opositora. Quevedo dijo a la televisora estatal que los trabajadores venezolanos desacataron el llamado a paro y salieron este jueves a laborar con normalidad. La alianza opositora realizó el 20 de julio un primer paro nacional de 24 horas como parte del plan denominado “Hora 0”, que se activó luego de un simulacro de consulta en el que 7.5 millones de venezolanos rechazaron el proceso constituyente.
Horas antes, en Cuba, José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Partido Comunista de la isla y uno de los colaboradores más cercanos del mandatario Raúl Castro, rechazó que La Habana tenga intenciones de mediar con Venezuela para una salida a la crisis política, y reclamó «absoluto respeto» para la soberanía de su aliado suramericano.