Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
26/05/2014 - 12:00 am
Bajan los Pronósticos Económicos… ¡Otra vez!
Todo parece indicar que el momento de México va a tardar un tiempo más en llegar. El Instituto Internacional para el Desarrollo Administrativo, en su reporte de competitividad mundial en el que evalúa a 60 países, colocó a México en el lugar 41, 9 sitios abajo del lugar 32 que ocupó el año pasado. Pese […]
Todo parece indicar que el momento de México va a tardar un tiempo más en llegar. El Instituto Internacional para el Desarrollo Administrativo, en su reporte de competitividad mundial en el que evalúa a 60 países, colocó a México en el lugar 41, 9 sitios abajo del lugar 32 que ocupó el año pasado.
Pese al optimismo del gobierno, en particular de la Secretaría de Hacienda, la economía mexicana se encuentra estancada. Por segundo año consecutivo, la SHCP ha tenido que modificar sus pronósticos de crecimiento económico a la baja. El secretario del año, el que fuera calificado como el mejor ministro del tesoro, no está dando los resultados esperados. Luis Videgaray, que coordinó una campaña presidencial sin mayores retos, que parecía ser el cerebro del equipo de Enrique Peña Nieto, está siendo víctima de sus malas decisiones.
En 2013 la estimación inicial de crecimiento económico de la SHCP era de 3.5%. Durante ese año, la Secretaría realizó varios ajustes a su cifra hasta terminar en 1.3%. Al final, el crecimiento en 2013 fue de 1.1%, el menor en los últimos 4 años.
Este año la expectativa era todavía mayor. La SHCP pronosticó un crecimiento para 2014 de 3.9% y el Banco de México de entre 3% y 4%. Las últimas semanas, analistas e instituciones financieras modificaron cifras del posible crecimiento económico en el año. Por su parte, el miércoles pasado el Banco de México modificó a la baja su pronóstico de crecimiento a un rango de entre 2.3% y 3.3%. El viernes, la SHCP, después de que el INEGI publicara un avance anual del PIB del 1.8%, con un crecimiento bajo en el primer trimestre del año, hizo lo mismo ajustándolo a 2.7%, más de un punto porcentual por debajo de su primera cifra. La noticia en sí no es el ajuste a la baja, sino el tamaño del ajuste. La economía está estancada.
No estamos en recesión porque la recesión económica consiste en una caída en el Producto Interno Bruto por periodos consecutivos, pero eso no quiere decir que no estemos ante un panorama negativo. Estamos viviendo las consecuencias de una reforma fiscal basada en el alza a los impuestos en lugar de resolver el problema de la recaudación y dar incentivos a la inversión y al consumo. En el comunicado del viernes pasado realizado por el subsecretario de hacienda y crédito público, Fernando Aportela Rodríguez, se dijo que la reforma hacendaria ha tenido un impacto importante en el consumo y en la inversión privada. La ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, A.C.) informó que en los primeros 4 meses de este año, las ventas han caído por primera vez en 30 años. Ahí están los resultados. Estos números sin duda mandan un mensaje poco favorecedor al exterior y al interior del país. El costo de vida ha aumentado significativamente, y ya no alcanza. En la frontera los precios no están siendo competitivos, y nos estamos quedando atrás.
Nos dicen que el resultado de las reformas estructurales se verá el siguiente semestre, pero la realidad es que los mexicanos desde hace tiempo le hemos dejado de creer al gobierno. No nos interesan las promesas y los pronósticos si eso no se refleja en las carteras.
El PRI está logrando otra vez hacer un desastre con la economía de México. Salvo que sucedan cosas inesperadas, dificilmente los números irán para arriba. Es necesario mandar un mensaje distinto al exterior y darle oportunidades e incentivos a la gente para que México sea la potencia que pudiera (algún día) llegar a ser, si es que no nos han matado la esperanza.
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