La vorágine se desató el 27 de febrero de 1996, cuando vieron la luz en Japón los títulos originales, «Pokémon Rojo» y «Pokémon Verde», para la no menos revolucionaria Game Boy de Nintendo, en los que el jugador se metía en la piel de un muchacho que sueña con atrapar todos los «Pocket Monsters» [monstruos de bolsillo].
Por María Roldán
Tokio, 26 feb (EFE).- Nadie habría imaginado hace 20 años todo lo que desencadenaría el fenómeno Pokémon: juegos, anime, competiciones internacionales, cartas. En aquella época, lo único que había eran niños meditando seriamente: «¿Charmander, Squirtle o Bulbasaur?».
Con la elección entre estos tres Pokémon, las criaturas que dan nombre a la marca, comenzaba una de las franquicias más prolíficas de la industria de los videojuegos con más de 275 millones de copias vendidas en todo el mundo y una facturación de más de 4,6 billones de yenes (37 mil millones de euros o 41 mil millones de dólares) en productos relacionados con la franquicia del icónico Pikachu.
La vorágine se desató el 27 de febrero de 1996, cuando vieron la luz en Japón los títulos originales, «Pokémon Rojo» y «Pokémon Verde», para la no menos revolucionaria Game Boy de Nintendo, en los que el jugador se metía en la piel de un muchacho que sueña con atrapar todos los «Pocket Monsters» (monstruos de bolsillo).
Sus desarrolladores, Game Freak, no eran más que un pequeño estudio establecido pocos años antes por Satoshi Tajiri, a quien se le ocurrió la idea rememorando su infancia recogiendo insectos.
Si bien Tajiri ya se había codeado con los grandes por aquel entonces -en 1991 sacaría «Mario & Yoshi», diseñado junto al galardonado Shigeru Miyamoto, padre de Mario Bros-, fue Pokémon la que catapultó la trayectoria de la compañía y sentó los precedentes de fenómenos posteriores como el actual «Yo-Kai Watch».
A aquellos juegos originales se han sumado 24 entregas más, las más recientes «Pokémon X» y «Pokémon Y» -y las remasterizaciones «Rubí Omega» y «Zafiro Alfa»-, para la portátil Nintendo 3DS, además de más de cinco docenas de títulos en los que estas entrañables criaturas están presentes.
Pero los juegos para consolas fueron sólo el inicio de un fenómeno que hoy en día incluye una serie de animación con más de 800 episodios, un juego de cartas con 21 mil millones de piezas vendidas y eventos que reúnen a más de 450 mil participantes en todo el mundo cada año, según los últimos datos de The Pokémon Company.
Precisamente para gestionar estos multitudinarios encuentros que muchas veces consisten en torneos y campeonatos, la organización decidió hacer real la figura del «Profesor Pokémon», el personaje encargado de guiar los primeros pases del protagonista en el juego.
Es él quien le entrega al «entrenador» (como se conoce al usuario en el universo de la franquicia) su criatura inicial, así como la Pokédex, una enciclopedia interactiva que cataloga a cada Pokémon observado o capturado.
«Un Profesor Pokémon es (en este caso) un intermediario entre la organización y la comunidad de jugadores, una persona que resuelve dudas acerca de las mecánicas de los videojuegos o del juego de cartas, que media en las disputas que puedan ocurrir acerca de la interpretación de las mismas», explica el español Alejandro de Torre, de 26 años, quien forma parte del programa.
De Torre decidió presentarse hace un año «porque quería crear un entorno justo y honesto en el que todo el mundo pudiese divertirse libre de trampas que lo deterioren».
Y es que los juegos cuentan desde su origen con un importante componente social, de compañerismo, dado que cada título tiene unos Pokémon distintos y para hacerse con todos, como reza su lema, es necesario intercambiarlos con amigos.
Así quieren que continúe siendo y, por ello, Game Freak, en colaboración con Niantic y Nintendo, se prepara para el lanzamiento este año de Pokémon GO, un juego para dispositivos móviles con el que aspiran a sacar a los Pokémon del universo digital para que los usuarios los capturen alrededor del mundo.