La sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el centro histórico de la Ciudad de México se ha convertido en un refugio de activistas feministas y víctimas de delitos luego de que las instalaciones han estado tomadas durante casi tres meses.
Ciudad de México, 25 de noviembre (AP).- En un edificio colonial del centro de la Ciudad de México, docenas de activistas feministas y víctimas de delitos se han asentado después de casi tres meses ocupando la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Las mujeres dicen que tomaron el edificio porque el Gobierno ha tardado en proteger o apoyar a las mujeres que han sufrido abusos o en ayudarlas a encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
Las activistas respaldan a mujeres como Erika Martínez, que reclama justicia para su hija de 10 años de edad, víctima de abusos sexuales. Hace tres años, Martínez denunció al hombre que abusó de su hija ante la Fiscalía de delitos sexuales, pero sigue libre. Así que decidió unirse a la ocupación.
Martínez, que cuenta que también sufrió abusos sexuales cuando era una niña y que su madre no la defendió ni reportó lo ocurrido, señaló que decidió dar el paso para llamar la atención sobre el caso de su hija.
Ahora, Martínez vive con su hija de 10 años de edad y otros parientes en el inmueble. Participan en manifestaciones y la pequeña juega con su chihuahua entre paredes cubiertas de grafitis. Martínez pinta rostros de mujeres en llaveros que vende en las marchas. Las mujeres que apoyan el movimiento compran estas baratijas, que sirven para reconocer a quienes empatizan con la causa.
La Comisión de Derechos está financiada por el Gobierno mexicano, pero tiene cierta independencia. Puede hacer recomendaciones a agencias gubernamentales, que suelen seguirse. Sus oficinas se han convertido ahora también en un refugio también para otras víctimas de abuso.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue criticado en septiembre luego de expresar su malestar porque las manifestantes estaban desfigurando retratos de héroes mexicanos en el interior. Además, sugirió que sus oponentes políticos estaban detrás de la ocupación.
Las activistas han dicho que han visto pocos avances por parte de su Gobierno en la violencia perpetrada contra las mujeres.
Luego de multitudinarias protestas en marzo por el asesinato de mujeres, López Obrador dijo que las movilizaciones no cambiarían el enfoque a largo de plazo de su Gobierno sobre este problema. Hizo hincapié en abordar las causas de base de estos delitos a través del empleo y el respaldo a la integridad familiar.
Según cifras oficiales, 3 mil 825 mujeres murieron de forma violenta en 2019 en México, un promedio de más de 10 al día y un 7 por ciento más que en el año anterior.