Este módulo estacionario, que despegó el pasado 5 de mayo desde la Base Aérea Vandenberg, en California, usará una excavadora mecánica para perforar hasta unos 5 metros de profundidad y medir su temperatura interna, además de cualquier movimiento interno con ayuda de un sismógrafo.
Por Iván Mejía
Los Ángeles, 25 de noviembre (EFE).- Tras cubrir unos 300 millones de kilómetros, la misión InSight de la NASA alcanzará el lunes la superficie de Marte e instalará un sismómetro y un sensor térmico para descifrar el «interior profundo» del llamado «planeta rojo».
Este módulo estacionario, que despegó el pasado 5 de mayo desde la Base Aérea Vandenberg, en California, usará una excavadora mecánica para perforar hasta unos 5 metros (16 pies) de profundidad y medir su temperatura interna, además de cualquier movimiento interno con ayuda de un sismógrafo.
«Es la primera misión que va a estudiar el interior profundo de Marte«, dijo a Efe el español Fernando Abilleira, subdirector de diseño y navegación del InSight y parte del equipo multidisciplinar e internacional que conforma la misión.
«Al estudiar la propagación de las ondas bajo la superficie de Marte, a través de su sismómetro, vamos a tener más información sobre como el planeta ha evolucionado» en los últimos 3.000 millones de años, agregó.
Abilleira, con 17 años de servicio en proyectos espaciales de NASA, es parte de los ingenieros y científicos que desde el lunes estudiarán en el Laboratorio de Propulsión de esta agencia (JPL-NASA), en Pasadena (California), los «signos vitales» del vecino planeta, como sus «pulsaciones, temperatura».
Ahondó el español que a través de un «seguimiento de precisión» observarán «hasta los reflejos» durante los dos años de «experimentos primarios» que implicará la misión.
Para ampliar el conocimiento sobre la formación de Marte y de otros planetas rocosos, como la Tierra, se usará el Experimento Sísmico para la Estructura Interior (SEIS), un sismómetro fabricado por el Centro Nacional de Estudios Aeroespaciales de Francia (CNES) y que detectará «cualquier movimiento en la superficie de Marte«, explicó Abilleira.
Las vibraciones que serán registradas por el SEIS podrían ser ocasionadas por el impacto de un meteorito o por un pequeño terremoto, si bien la actividad sísmica del «planeta rojo» es menor a la de la Tierra.
«Al estudiar el movimiento de las ondas que se propagan bajo la superficie de Marte, podremos tener una mejor comprensión de la composición, la estructura del núcleo, el manto y la corteza del planeta», agregó.
La otra herramienta que adquiere protagonismo es la Sonda de Propiedades Físicas y Flujo de Calor (HP3), construida por el Centro Aeroespacial de Alemania (DLR), que será implantado en suelo marciano a unos 5 metros de profundidad.
«Este instrumento lleva unos sensores térmicos que van a recoger información sobre la actividad termal del planeta rojo», señaló Abilleira, quien destacó que España ha aportado a esta misión una estación ambiental (REMS, por sus siglas en inglés) dotada de sensores meteorológicos para el entorno marciano.
Este especialista en trayectoria de vehículos espaciales y que trazó la ruta del robot «Curiosity», el cual llegó al planeta rojo en agosto de 2012, señala que «aterrizar en Marte es muy complicado».
«La velocidad de entrada atmosférica es de aproximadamente unos 20.000 kilómetros por hora y en menos de 7 minutos tenemos que reducir esa velocidad a 5 kilómetros por hora», dijo Abilleira, graduado de la Saint Louis University, en Missouri.
Al cabo de una viaje de más de 6 meses, la misión InSight atravesará sobre las tres de la tarde del lunes, hora del este en EEUU, la atmósfera marciana y se posará en la superficie. Un brazo robótico desembarcará los instrumentos científicos que serán instalados en suelo marciano.
Forman parte de la misión, dos vehículos Mars Cube One (MarCO), que por primera vez serán probadas en el «espacio profundo», como dijo Abilleira, y que con el soporte de componentes miniatura probarán un nuevo método de retransmitir información a la Tierra.
La misión Insight (Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport) se abocará a una investigación inédita que se espera arroje pistas sobre cómo se originó el Sistema Solar hace aproximadamente 4 mil 600 millones años, y de paso cómo se distribuyó la vida en él.