Mientras se realizaba la votación, defensores del agua y vecinos de la delegación Iztapalapa protestaron afuera del recinto legislativo para exponer que convertir al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) en empresa paraestatal le permitirá realizar convenios para proporcionar el servicio con empresas como Veolia, Suez y Gutsa.
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Ciudad de México, 25 de noviembre (SinEmbargo).- La Ley de Sustentabilidad Hídrica fue aprobada ayer en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), abriendo la puerta a la privatización del agua en la capital del país.
Con 33 votos a favor, 14 en contra y cero abstenciones, los legisladores de la ALDF dieron luz ver a la norma que sustituirá la Ley de Aguas de la Ciudad de México, que data del 2003.
Los legisladores que votaron a favor de la Ley de Sustentabilidad Hídrica pertenecen a los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEN), de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).
Mientras se realizaba la votación, defensores del agua y vecinos de la delegación Iztapalapa protestaron afuera del recinto legislativo para exponer que convertir al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) en empresa paraestatal le permitirá realizar convenios para proporcionar el servicio con empresas como Veolia, Suez y Gutsa.
Durante la discusión al interior de la ALDF, legisladores del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) acusaron a las bancadas del PRD, PAN y PRI mentir sobre dicha ley, que es “una estrategia privatizadora a largo plazo”.
La Diputada panista Wendy González, presidenta de la Comisión de Agua, defendió que la Ley no significa la privatización y calificó de «ignorantes» a quienes así lo creen.
De acuerdo con la iniciativa Agua Para Todos, esta ley convertiría al Sistema de Agua de la Ciudad de México en una empresa paraestatal abierta a concesionar las operaciones y podría tomar el control de manantiales, lagos, canales, zonas chinamperas y sistemas autónomos, lo que despojaría de sus recursos a los pueblos originarios.
Además, la ley seguiría permitiendo al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) autorizar agua para nuevos megaproyectos por encima del acceso a los vecinos; podría dar prioridad al uso industrial sobre servicios públicos y ser entregada donde dé mayores ingresos.
