A poco menos de 20 meses para le elección presidencial de lo único que podemos estar seguros es que muchas cosas se van a mover en el camino. Los precandidatos que andan en el enjuague y a los que las encuestas traen de arriba para abajo no son necesariamente los que van a llegar al final del camino. Pero, sobre todo, es probable que salte alguna liebre que hoy nadie tiene en el radar.

Las decisiones de Donald Trump terminará marcando el destino del futuro Presidente de México. Lo que suceda entre el 20 de enero, día en que tomará posesión el nuevo Presidente de Estados Unidos, y noviembre, cuando los partidos estén nominando candidatos en México, marcará en mucho los perfiles de quien contienda por la Presidencia de nuestro país. Aunque muchos políticos piensan que no hay tiempo para sorpresas, la verdad es que dos años antes de la elección Trump no era sino una mala broma. Desdeñado por los intelectuales y confrontado por los medios de comunicación, el magnate construyó su candidatura desde los márgenes.

¿Puede surgir en México un candidato distinto a los que hemos visto en los medios los últimos meses? Por supuesto que sí. Ninguno de los posibles candidatos independientes ha logrado conectar o emocionar al electorado porque todos los que están en la mesa son o fueron parte del sistema político y de poder en México: Castañeda desde la política, Ferriz desde los medios y «El Bronco» en plenas funcionas de Gobernador (y haciéndolo cada día más mal), pero eso no significa que no pueda surgir otro. Dice un amigo que los políticos tienen tan, pero tan, mala imagen en México, en Estados Unidos o cualquier otra parte del mundo, que los gringos prefirieron a un gran patán antes que a un político. Además, hay que recordar Donald Trump ganó con todos los medios en contra, desde el New York Times hasta el Miami Herald, pasando por CNN y NBC.

A principios de año, en un artículo para Nexos escribí que: “El descrédito de los medios, el gobierno y los partidos está fraternalmente unido. La manifiesta inocuidad y falta de credibilidad de los medios tradicionales será uno de los elementos que marcará la elecciones del 2018” (http://www.nexos.com.mx/?p=27598). No hay por supuesto ninguna certeza de que vaya a surgir un candidato distinto en los próximos meses, pero las condiciones están dadas para que así sea. Pero, aunque no surja un candidato independiente fuerte, la batalla será por salirse del cuadro, por no parecer político, por romper con los esquemas tradicionales. Un campo donde un político de carrera, como Andrés Manuel; una esposa de un ex Presidente, como Margarita Zavala; o un político tradicional hasta la médula, como Osorio Chong, tienen muy poco que hacer y ofrecer.

Este juego está muy lejos de estar siquiera medianamente definido.

Diego Petersen Farah

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