Moscú, 25 nov (EFE).- La muerte del piloto del bombardero ruso Su-24 derribado por Turquía, tiroteado por la oposición armada siria cuando descendía en paracaídas, «es un crimen de guerra», dijo hoy en Moscú el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem.
«Lamentamos que los terroristas a los que apoya (el presidente turco, Recep Tayyip) Erdogán, dispararon al piloto que descendía con paracaídas. Se trata sin exagerar un crimen de guerra», dijo Mualem al reunirse con Serguéi Narishkin, presidente de la Duma de Estado o Cámara baja del Parlamento ruso.
El derribo ayer del Su-24 por dos F-16 turcos «ha demostrado a todo el mundo que Erdogán y sus allegados ayudan a los terroristas en territorio sirio», aseveró el jefe de la cancillería siria.
El bombardero ruso, agregó, fue derribado «por el Gobierno de Turquía, que dio órdenes a sus Fuerzas Aéreas de atacar a un avión ruso en el espacio aéreo de Siria».
«Los esfuerzos para destruir las posiciones del Estado Islámico, Al-Nusra y otras organizaciones terroristas han enfadado a las autoridades turcas», apuntó.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, expresó hoy a su colega turco, Mevlüt Çavusoglu, que Rusia sospecha que el derribo de un bombardero ruso Su-24 fue un «acto premeditado».
«Tenemos serias sospechas de que esto (el derribo) fue un acto premeditado. Esto se parece mucho a una provocación planeada», dijo Lavrov en rueda de prensa.
También el presidente ruso, Vladímir Putin, acusó ayer a Ankara de ser «cómplice del terrorismo» y advirtió de que el derribo del Su-24 «tendrá graves consecuencias para las relaciones ruso-turcas».
Mientras, Turquía insiste en que el avión de guerra ruso violó su espacio aéreo y sus pilotos ignoraron hasta diez advertencias.