La «satisfacción diaria» o «la frecuencia y la intensidad de las experiencias vitales» como la alegría, el estrés, la tristeza, la ira o el afecto, dependen en gran medida del salario.
Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo/ The Huffington Post).- El Premio Nobel de Economía de este año, Angus Deaton, no sólo ha dedicado su vida como investigador y profesor en la Universidad de Princeton en el estudio de la macroeconomía y las altas finanzas. También parte de sus estudios, los que le han valido el máximo galardón del mundo, busca entender la relación entre la riqueza y la felicidad.
Ahora se ha sabido, gracias al diario The Independent, que Deaton ha fijado incluso un salario óptimo para alcanzar la felicidad. En un estudio revelado en 2010 y elaborado con el economista Daniel Kahneman, afirma que se llega a una especie de «meseta o tope de la felicidad» por encima de un salario anual de 75 mil dólares, esto es, unos 68 mil euros y 103 mil 723 pesos mensuales.
La investigación sostiene que por encima de esta cifra, la «satisfacción diaria» o «la frecuencia y la intensidad de las experiencias vitales» como la alegría, el estrés, la tristeza, la ira o el afecto, lo que hace que la vida sea «agradable o desagradable» no aumentan.
Lo que crece continuamente con el salario, eso sí, es «evaluación de la vida» o «los pensamientos que la gente tiene sobre su vida cuando piensan en ello». Básicamente, la vida no mejora mucho pasando de ese umbral, pero sí la sensación de que estamos en una mejor condición.
Lo de ser multimillonario, sobra.