Mario Vargas Llosa ha expresado en múltiples ocasiones su coincidencia con la ultraderecha y ha criticado a los políticos de izquierda que poco a poco han tomado las riendas del territorio, incluso si ello ha implicado respaldar a políticos como Jair Bolsonaro o Keiko Fujimori, ligados por las dictaduras en sus países.
Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo).– “Nací plebeyo y voy a morir plebeyo, a pesar del título”. Fue parte del discurso que el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa pronunció el 3 de febrero del 2011 al ser nombrado marqués por el rey Juan Carlos I de España, quien abdicaría tres años después luego de diversos escándalos, incluido un caso de corrupción que salpicó a su familia. El monarca destacó en aquella ceremonia la “extraordinaria contribución, apreciada universalmente, a la Literatura y a la lengua española” del escritor nacido en Perú en 1936.
El título nobiliario que recibió aquel día Vargas Llosa es uno de los actos más destacados en los que ha participado en España, justamente meses después de haber recibido el Nobel de Literatura, pero no es el único. El autor de La fiesta del Chivo es conocido por asistir a toda clase de eventos de la socialité española junto a su esposa Isabel Preysler, asidua de la “prensa rosa” ibérica.
Pero el impacto que Vargas Llosa ha tenido en los últimos años no se limita a su aparición en tal o cual evento, sino también por su postura frente a los diferentes gobiernos de izquierda que han llegado al poder en América Latina, muchos de ellos marcados por las atrocidades de las dictaduras. Frente al avance de este tipo de gobiernos, el escritor incluso ha dado su apoyo a los derechistas y ultraderechistas Jair Bolsonaro, en Brasil; a la candidatura de Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori, en su natal Perú, o de José Antonio Kast, ligado a Augusto Pinochet en Chile.
En cada uno de estos casos, Mario Vargas Llosa ha expresado su coincidencia con estos proyectos políticos y ha criticado a los políticos de izquierda que poco a poco han tomado las riendas del poder en la región. En México, por ejemplo, ha sido un detractor de Andrés Manuel López Obrador, quien el martes pasado lamentó las más recientes declaraciones del Nobel en contra del Presidente electo de Colombia Gustavo Petro y recordó el día que el escritor recibió su título nobiliario:
“Dice Vargas Llosa ‘votó mal el pueblo de Colombia’ o ‘votaron mal los colombianos’ algo así. Un menosprecio al pueblo porque pues él ahora en España le dieron un título nobiliario es conde o no sé qué, duque”, expresó entre risas López Obrador.
AMLO ríe ante conservadores de Colombia que amenazan con irse por triunfo de Petro. También critica al escritor Mario Vargas Llosa. pic.twitter.com/UhiGTQ5tH6
— Jorge Armando Rocha (@rochaperiodista) June 21, 2022
Incluso el novelista no dudó en intervenir a favor de España cuando López Obrado envió una carta al rey Felipe VI para exigir una disculpa por los crímenes cometidos durante la conquista. En este sentido Vargas Llosa consideró que la misiva “debió mandársela a él mismo y responderse, o respondernos, a la pregunta de por qué México, que desde hace cinco siglos se incorporó al mundo occidental gracias a España y que desde hace 200 años es independiente y soberano, tiene todavía tantos millones de indios marginados, pobres, ignorantes y explotados”.
En diciembre del 2018, año en el que López Obrador se convirtió en el primer Presidente mexicano emanado de un movimiento de izquierda, Vargas Llosa señaló que temía que México volviera a convertir en una «dictadura perfecta», termino que utilizó por primera vez en 1990 para referirse al país que se encontraba en ese entonces bajo el gobierno del PRI, al seguir la dirección del izquierdista.
“Comenzaba a salir de esa dictadura perfecta —felizmente no era tan perfecta, era bastante imperfecta—, (pero) me temo muchísimo, muchísimo de que el populismo que parece realmente la ideología del actual Presidente de México nos conduzca otra vez a la dictadura perfecta o imperfecta, pero dictadura al fin y al cabo”, apuntó Vargas Llosa durante una conferencia.
El autor, que consiguió la nacionalidad española en 1993, y que contendió por la presidencia del Perú en 1990, año en el que fue derrotado por Alberto Fujimori, que gobernó hasta 2000 con mano dura durante la guerra contra el grupo maoísta Sendero Luminoso, volvió a estar bajo los reflectores luego de sumar una nueva crítica hacia un Presidente electo de izquierda en América Latina al señalar que Colombia «votó mal» al optar por Gustavo Petro, un cuestionamiento que ha hecho con otros mandatarios como Gabriel Boric, en Chile; Alberto Fernández, en Argentina, y Pedro Castillo en Perú.
«Vamos a ver la manera como él [Petro] actúa. Si actúa dentro de la legalidad, bienvenido. Hay una legalidad que se ha mantenido todos estos años a pesar de que la guerrilla representaba otra cosa. Hay que ver, hay que esperar», compartió Vargas Llosa después de haberse presentado en un foro organizado por la Fundación Internacional para la Libertad en la Casa América, ubicada en Madrid, España.
LAS APUESTAS FALLIDAS DE VARGAS LLOSA
La de López Obrador y Gustavo Petro no han sido las únicas victorias de izquierda que el autor de Los Cachorros (1967) ha lamentado. En una entrevista cedida al medio chileno La Tercera, en abril pasado, aseguró que la situación de los países latinoamericanos es más dramática en comparación a la de las naciones de Europa y Asia, debido al proceso de democratización.
“En América Latina desgraciadamente los gobiernos populistas, demagógicos y muy irresponsables, y que sobre todo no saben manejar la economía de un país, han proliferado últimamente”, explicó. “Entonces, tenemos razón de preocuparnos porque nuestro continente se va quedando atrás en un momento en que el resto del mundo prospera”, advirtió.
En este sentido el escritor peruano se fue en contra de Gabriel Boric, de 35 años, luego de que le ganara los comicios presidenciales de Chile a José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, en diciembre del 2021. Vargas Llosa aseguró que el país sudamericano «parecía ir en la buena dirección, pero han dado un vuelco”.
“Yo apoyé a [José Antonio] Kast, que me parecía representar una continuación sensata de la política económica que había llevado a Chile casi a alcanzar a ciertos países europeos y a distanciarse mucho del resto de América Latina. Pienso, por eso, que los chilenos, dándole la sólida victoria a Boric, se han equivocado. Pero su derecho a equivocarse debe ser tenido en cuenta y respetado. Algo debía de andar mal allí cuando Boric ha obtenido una victoria tan inequívoca y clara”, expresó en un artículo publicado en El País en el que también rechazó ser calificado como “pinochetista”.
“Nunca lo fui [pinochetista]. El mismo día del golpe de Pinochet, en 1973, lo ataqué duramente en la televisión francesa y debo haber firmado, además, cerca de 20 manifiestos protestando contra los crímenes cometidos por la dictadura chilena, a la que incluso fui a criticar a Santiago de Chile y a solidarizarme con sus adversarios”.
El padre del entonces candidato presidencial José Antonio Kast también fue relacionado con el partido nazi de Adolfo Hitler, de acuerdo con un documento difundido por The Associated Press. Dicha filtración contradijo las declaraciones del excandidato de ultraderecha acerca del servicio militar de su padre durante la Segunda Guerra Mundial.
Si bien el Archivo Federal no pudo confirmar si Michael Kast era el padre del candidato presidencial, la fecha y lugar de nacimiento en la cédula coinciden con las de Kast padre, muerto en 2014.
En el caso de Pedro Castillo, hijo de campesinos, que se convirtió en Presidente de Perú en julio del 2021 luego de una reñida votación en la que derrotó a Keiko Fujimori, hija del expresidente de derecha Alberto Fujimori y símbolo de élite peruana acusada de lavado de dinero y organización criminal, bajo el lema «no más pobres en un país rico”.
A pesar de su rivalidad con Alberto Fujimori en los comicios de 1990, Vargas Llosa no dudó en mostrar su apoyó a Keiko, a quien calificó como “el mal menor” en uno de sus artículos publicados en El País, pidiéndole “salvar al país de un peligro enorme que es caer en manos del totalitarismo”.
Meses después de la derrota de Fujimori, en diciembre del 2021, el novelista consideró, en una conversación que sostuvo con José Antonio Kast vía zoom, que Castillo “no sabe dónde está parado” y que “es un pobre señor que no tiene ideas de los problemas elementales del Perú”.
A finales del 2019 el novelista calificó como «una tragedia para la Argentina» el triunfo de Alberto Fernández ante Mauricio Macri durante una entrevista cedida al periódico brasileño O Estado de São Paulo en la que aseguró que el pueblo argentino iba a lamentar la derrota de Macri pues a pesar de no haber sido un Gobierno perfecto «no habría sido peor de lo que está por venir».
Asimismo apuntó que le pareció «impresionante» que los argentinos le dieran la victoria a «esas personas que producen una política absolutamente catastrófica». «Esa vocación suicida de los argentinos es algo verdaderamente extraordinario, pues ya se sabe que todos los problemas actuales del país fueron causados por el peronismo», sostuvo.
El escritor peruano llegó a considerar que Macri, expresidente argentino, estaba «haciendo una política que es democrática, que es liberal, y que está trayendo clarísimamente beneficios a un país que estaba prácticamente contaminado por el populismo» en una entrevista cedida Infobae con motivo de su visita a la Feria del Libro de Buenos Aires.
Uno de los últimos desatinos de Vargas Llosa fue el admitir que prefiere el triunfo de ultraderechista Jair Bolsonaro a pesar de «sus payasadas» para las próximas elecciones presidenciales que Brasil celebrará en octubre.
El Nobel de Literatura no dudó en demostrar su rechazo a Luiz Inácio Lula da Silva en una charla ofrecida en Montevideo, Uruguay, apuntando que hay una especie de enamoramiento de Lula, sobre todo en Europa” a pesar de que «estuvo preso» y fue condenado «por ladrón».
Sin embargo, del otro lado de la moneda, Jair Bolsonaro enfrenta acusaciones de crímenes contra la humanidad por su gestión de la pandemia de la COVID-19, pues se alega que debido a su negacionismo, la situación sanitaria se agravó en el país de América del Sur.