El ilustrador y escritor Andrea Ferraris centra su historia en Rizzo, un soldado italiano miembro del Batallón de San Patricio quien, perdido y separado de su gente, busca refugio en el mítico pueblo de Churubusco, uno de los últimos bastiones de la resistencia mexicana.
Ciudad de México, 25 de abril (La Cifra Editorial/SinEmbargo).– Churubusco es una novela gráfica italiana inspirada en la trágica historia del Batallón de San Patricio y su heroica deserción a favor de México en la desigual guerra contra Estados Unidos (1846-1848). Estos hechos históricos son el telón de fondo para una apasionante obra publicada por la editorial Coconino Press, en 2015.
El ilustrador y escritor Andrea Ferraris centra su historia en Rizzo, un soldado italiano miembro del Batallón quien, perdido y separado de su gente, busca refugio en el mítico pueblo de Churubusco, uno de los últimos bastiones de la resistencia mexicana que, en esta obra, simboliza también la dignidad de la lucha por los ideales y por la tierra.
Al mismo tiempo, una avanzada del ejército norteamericano busca la ubicación de Churubusco, convencidos de que reducirlo a cenizas será el principio del fin de la guerra y de los desertores.
La mayor parte del libro está dibujado con un expresivo carboncillo, en otras, Ferraris utiliza el efecto terroso de una tinta hecha de café para mostrar un México onírico y atroz, en donde ocurre una historia de violencia, de la eterna lucha contra el abuso de los más fuertes, que parece repetirse aun después de un siglo y medio.
El propio autor afirma sobre su libro: “Mi historia y su protagonista son fruto de una invención: pero la realidad , como se sabe, va de la mano con la fantasía. Mi historia es sólo un fragmento de una guerra mucho más grande , al final de la cual México perdió más del 50 por ciento de su territorio. Las pérdidas humanas del lado mexicano aún son un misterio, sin embargo se ha estimado que fueron alrededor de 25 mil personas. Después del conflicto, la nueva frontera de México se trasladó mucho más al sur. Hoy entre Tijuana y San Diego un muro de cemento de más de 30 kilómetros de largo busca impedir el paso de inmigrantes provenientes de México. También, a lo largo de la línea del confín, se colocaron barreras”.