Andréi Tarkovski, Michael Haneke, Agnès Varda, Bille August, Hirokazu Koreeda, Carlos Carrera, Joaquin Trier, Marcelo Gomes y más. Así la cota del arte de las imágenes en la 64 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional que se exhibirá en esta sede del 23 de marzo al 9 de abril. Entre los títulos a destacar: La maldición de Thelma (Thelma, 2017), cuarto largometraje del noruego Joachim Trier y reafirmación de que el cine nórdico en los terrenos del escalofrío y el drama consolida una atractiva y abundante propuesta, tan refinada como inquietante, con títulos como Déjame entrar (Alfredson, 2008).
La primera visión de La maldición de Thelma es sobrecogedora: el cartel del filme. El rostro de la protagonista y sobre sus ojos el pájaro sin vida emulando un crucifijo invertido, señal maligna según el aleccionamiento cinematográfico de películas como La Profecía (Richard Donner, 1976). Corre la secuencia inicial y el giro perturbador es el comienzo de un relato retorcido de tensión prolongada. Entre pasado y presente, realidad y delirio onírico se desarrolla la vida de Thelma (Eili Harboe), una joven solitaria que inicia su vida universitaria lejos de casa, ubicada en una apartada zona rural. Se muda a Oslo para, de alguna manera, escapar de sus posesivos padres: Trond (Henrik Rafaelsen) y Unni (Ellen Dorrit Petersen), quienes están al tanto de sus horarios escolares, círculo de amigos y redes sociales.
Cuando Thelma conoce a Anja (Kaya Wilkins) se abre la oportunidad de integrarse a la vida social común de una estudiante, reuniones, fiestas y noviazgos. Más Thelma guarda en su interior y en su pasado una enfermedad hereditaria que desata la pesadilla abismal. Inesperadas convulsiones, al parecer epilépticas, coinciden con hechos inexplicables que la señalan como la poseedora de un poder sobrenatural. La indagación médica la orilla a hurgar en la memoria de una infancia dolorosa y perturbadora.
En la delicada y elegante combinación de géneros orquestada por Trier se encuentran resonancias de Carrie: extraño presentimiento (1976) de Brian de Palma, con la adolescente de poderes telequinéticos sometida por una madre fanática religiosa. De Réquiem: El exorcismo de Micaela (2006) del alemán Hans-Christian Schmid, con una chica de procedencia de rural y su irrupción a un mundo nuevo en el ámbito escolar, la religiosidad familiar y la conciencia de que algo extraño se apodera de su yo interno. O la atmósfera siniestra de Hotel (2004) de la sueca Jessica Hausner y el manejo del silencio.
La maldición de Thelma es aleccionadora respecto a los senderos posibles para inquietar, crear tensión y aterrorizar sin mediación de la oscuridad, criaturas siniestras, sótanos sombríos, puertas chirriantes o maullidos sorpresivos. Son más eficaces los dramas terrenales con un toque sobrenatural: la represión sexual, la culpa, la soledad y el rencor familiar compaginados con la enfermedad de origen psíquico. La pericia en el manejo de simbolismos como la serpiente o la inquietud de los pájaros y el dominio sobre el ritmo, la edición y la dosificación de información para el espectador.
El también guionista Joachim Trier ya había recorrido los caminos sombríos de la mente en Reprise: Vivir de nuevo (2006) con el joven aspirante a escritor internado en el psiquiátrico. También los pozos amargos familiares en Más fuerte que las bombas (2015), con esa historia a ritmo de suspenso en la que se devela las circunstancias que rodean la muerte de una fotógrafa (Isabelle Huppert) a través de la memoria de su esposo e hijos.
El guion, desarrollado por el mismo Trier en colaboración con su guionista de cabecera Eskil Vogt, quien le ha acompañado en la aventura de su corta pero interesante filmografía, recupera los miedos ancestrales generados por el desconocimiento ante enfermedades como la epilepsia y su vinculación con la brujería y artes demoniacas. Los contextos sociales y religiosos represivos y las culpas inculcadas ante los impulsos sexuales.
La fotografía de Jakob Ihre (Oslo, 31 de agosto) captura la desolación y el miedo en paisajes nevados; el estremecimiento al descubrir una extraña presencia bajo el farol o la aridez de los apartamentos citadinos. La película obtuvo el Premio Especial del Jurado y galardón al Mejor guion en el Festival de Sitges; Mejor Fotografía y Mejor Actriz en el Festival de Mar del Plata 2017 y fue seleccionada en su país para aspirar al Oscar como la Mejor Película Extranjera.
La maldición de Thelma y 13 filmes más que conforman la edición 64 de la Muestra Internacional de Cine recorrerán el circuito cultural y sedes comerciales de la Ciudad de México a partir del 30 de marzo. La ruta incluirá varias ciudades de la República Mexicana: Guadalajara, Querétaro, Nuevo León, Chihuahua, Aguascalientes y Zacatecas, entre otras. Consulte la cartelera.