A 23 años del asesinato de la reina del tex-mex su legado parece inamovible, desde «Selena» (1997) la película protagonizado por Jennifer López hasta el documental «Conversations with Intellectuals About Selena», el cine ha consolidado a la estrella texana como un icono eterno.
Por Kristen Yoonsoo Kim / Traducido por Elvira Rosales
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo/ViceMedia).– Selena Quintanilla murió pocas semanas antes de su cumpleaños 24, aún así 23 años desde su muerte en 1995, su poder de estrella sigue tan radiante como nunca. De hecho, después de fallecida ha alcanzado una fama más icónica, llegando el número 1 en Billboard varias veces, e incluso en noviembre ganó una estrella en el Paseo de las Estrellas de Hollywood. Desde entonces, otra estrella famosa del pop también llamada Selena surgió (de hecho, a Gomez la llamaron así por Quintanilla), pero Selena Quintanilla sigue siendo la reina. Aún cuando sólo estuvo bajo reflectores poco tiempo, nunca dejó de ser tema de conversación para el pop.
Una película biográfica autorizada de 1997, dirigida por Gregory Nava y protagonizada por Jennifer López, consolidó el estado de Selena como estrella e impulsó la carrera de J. Lo. La película representa el impacto que Selena tuvo en la industria, ofreciendo a la audiencia una heroína latina que desafiaba las expectativas. A pesar de que había cierta controversia por el hecho de que López, una actriz puertorriqueña, interpretase a una mexicana —en especial cuando las estrellas mexicanas no tenían tantas oportunidades para actuar en grandes papeles—, el impacto positivo de Selena y su reparto es difícil de ignorar. No sólo participaron actores latinos, sino que también presentó una latina que desafió todos los estereotipos de personaje.
La estrella texana ya era todo un fenómeno por sus interpretaciones híbridas, cantando tanto en español como en inglés, pero Selena moldeó a Quintanilla como la chicana amada de Estados Unidos, en gran parte gracias a la interpretación sincera de López. López trajo los movimientos y el estilo (incluyendo la ropa deslumbrante y reveladora), pero también nos ofreció un vistazo dentro de la vida de Selena más allá de su personaje público, retratándola como una hija obediente que quería amar y ser amada. López capturó la lucha interna de Selena por llevar una vida y una relación sentimental normales mientras que tenía la certeza de que su vida sería pública como estrella —en especial como ejemplo para otras chicanas—. Incluso antes de “Jenny from the Block”, López llevó esa misma vibra al personaje de Selena; fue encantadora, dulce y uno podía identificarse con ella.
“Mis sueños fueron los mismos que los de toda esa gente que estaba en la audiencia, como si todas sus esperanzas estuvieran centradas en mí”, dice López en Selena. Su novio (prometido) y compañero de banda, Chris Pérez, se lo recuerda más adelante en la película cuando está considerando rendirse. La fascinación de Selena llegó, y sigue llegando, más allá de la audiencia latina, pero también fue más significante para esta comunidad en específico después de su muerte, sobre todo para las mujeres chicanas. La película termina con el asesinato de Selena: un disparo por la espalda por parte de la presidenta de su club de fans, Yolanda Saldivar, el suceso parece demasiado abrupto, al igual que la vida y carrera de Selena.
Pero Selena sigue siendo un ídolo de fascinación perdurable, sigue llegando a los encabezados por cosas como que Khloe Kardashian dice que es una de sus fans, o porque habrá una serie de ABC TV basada en su vida. Incluso hay un interés antropológico en el legado de Selena y un discurso tan interesante puede encontrarse en el documental inusual de Lourdes Portillo de 1999,Conversations With Intellectuals About Selena (Conversaciones con intelectuales sobre Selena), parte de una próxima serie de Metrograph dedicada a mostrar películas realizadas por directoras que cuenten historias de mujeres. (La serie, que se estrenará del 2 al 11 de febrero, muestra películas radicales de Agnès Varda, Chantal Akerman y otras mujeres menos famosas cuyos trabajos merecen reconocimiento.)
La cinta que dura una hora de Portillo, a pesar de no ser portentosa en su presentación, ofrece el micrófono a las mujeres académicas —todas de ascendencia mexicana— para hablar sobre Selena, su legado y lo que significa para ellas, incluso si algunas admiten no ser fanáticas de su música. Selena era una chica buena que les decía a sus fans más jóvenes que se quedaran en la escuela. También les “dio a estas chicas una manera de tener una sexualidad chicana”, dice una mujer; y otra, señala que Selena otorgó al término “chicana” un marco de referencia. Las académicas también discutieron que aquellos rasgos que criticaban de Selena sobre su autenticidad chicana —como copiarle a Madonna y cantar en inglés— es “algo muy chicano”.
Este documental no presenta material de Selena (Portillo hizo otro documental sobre la estrella ese mismo año llamado Corpus: A Home Movie About Selena quesí contiene imágenes de Selena), pero es una película vérité que muestra a un grupo de mujeres sentadas alrededor de la mesa y hablando sobre la estrella pop. No es necesariamente una característica estética, pero ofrece una oportunidad de explorar temas que a menudo se excluyen de las conversaciones o documentos escritos sobre Selena.
Discuten largo y tendido la relación con su padre, Abraham Quintanilla, quien manejaba básicamente cada aspecto de la vida de Selena (era un verdadero controlador) y la profunda misoginia que moldeó su carrera y quizá su muerte. “La narrativa de esa niña es la misma de todas nosotras chicanas”, dice una de las mujeres del documental, como dijo López en Selena. Aunque la madre de Selena es un personaje menor en la historia de su vida conocida para el público, las intelectuales hablan de qué tanto impacto tuvo en las relaciones de madre e hija de la comunidad chicana y cómo la sinceridad de Selena —claramente ausente en su padre— debía provenir de su madre.
El documental toma el giro más interesante cuando las mujeres discuten el posible lado queer reprimido de Selena, y los rumores de su relación con su asesina Yolanda Saldivar, así como el significado de su muerte mientras apretaba el anillo que Yolanda le había dado. Lo comparan con las representaciones cinematográficas (a menudo sólo insinuaciones) sobre relaciones lesbianas trágicas como Thelma & Louise y Heavenly Creatures. Incluso, una mujer sugiere que Selena es víctima de la homofobia porque el clima que hipotéticamente las obligó a ella y Yolanda a reprimir su sexualidad con el tiempo la llevaron a su muerte.
Muchas de las discusiones dejan que los espectadores saquen sus propias conclusiones y cada mujer tiene una historia diferente con Selena —y cómo aplicaron su narrativa a la de ellas—, pero el documental ofrece una oportunidad de escuchar a mujeres intelectuales diseccionando los aspectos públicos y privados de la estrella texana. Sin embargo, una cosa en la que todas están de acuerdo es que se ha convertido en un ícono por buenas razones. Una mujer hasta compara a Selena con Jesús: ambos tuvieron más influencia después de su muerte.