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Rusia ignora cascada de sanciones de EU y se abalanza sobre Kiev en un ataque furioso

25/02/2022 - 1:19 am

Con pérdidas de control de puntos estratégicos como la antigua planta de Chernóbil, el ataque terrestre por rusos en Ucrania es el más grande desde la Segunda Guerra Mundial; ciudadanos tuvieron que refugiarse y esconderse para protegerse de las explosiones.

Por Yuras Karmanau, Jim Heintz, Vladimir Isachenkov y Dasha Litvinova

KIEV, Ucrania, 25 de febrero (AP).— Rusia llevó su invasión de Ucrania a las afueras de la capital el viernes tras perpetrar ataques aéreos contra ciudades y bases militares y enviar soldados y tanques desde tres costados del país, en un ataque que podría reescribir el orden de la seguridad mundial posterior a la Guerra Fría.

Se escucharon explosiones antes del amanecer en Kiev mientras los gobernantes de países occidentales programaban una reunión de emergencia y el Presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy suplicaba ayuda internacional. La naturaleza de las explosiones no estaba del todo clara, pero ocurrieron en medio de señales de que la capital y la ciudad más poblada de Ucrania estaba cada vez más amenazada tras un día completo de combates que dejó a más de 100 ucranianos sin vida.

Zelenskyy dijo que el Gobierno tenía información de que “grupos subversivos” estaban acercándose a la ciudad, y el Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken señaló que Kiev “bien podría estar bajo asedio” en lo que Washington cree que es un intento descarado del Presidente ruso Vladimir Putin de desmantelar el Gobierno y reemplazarlo con su propio régimen.

Ante el inicio de los bombardeos en Ucrania por parte de fuerzas rusas, los ciudadanos tuvieron que refugiarse, siendo el metro ucraniano el lugar que más recibió a personas. Foto: Emilio Morenatti, AP.

El Secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin comentó a los legisladores en una llamada telefónica que las fuerzas mecanizadas rusas que entraron desde Bielorrusia estaban a unos 32 kilómetros de Kiev, según una persona al tanto de la llamada.

La invasión representa la guerra terrestre más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y fue anticipada durante semanas por Estados Unidos y sus aliados occidentales, pero de todas formas Putin la emprendió ante la condena internacional y una oleada de sanciones. Mientras los misiles rusos bombardeaban ciudades y bases militares, los líderes del Gobierno ucraniano pedían ayuda y sanciones duras contra Rusia. Los civiles se subían a trenes y automóviles para huir y los huéspedes de un hotel recibieron instrucciones de refugiarse en momentos en que se escuchaban explosiones en Kiev.

Las autoridades ucranianas dijeron que ya habían perdido el control de la central nuclear de Chernóbil, escenario del peor desastre en una planta atómica en el mundo.

“Rusia se ha embarcado en el camino del mal, pero Ucrania se está defendiendo y no renunciará a su libertad”, tuiteó el Presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. Con cada vez menos poder, pidió el jueves sanciones aún más severas que las impuestas por los aliados occidentales y ordenó una movilización militar total con vigencia de 90 días.

Zelenskyy dijo en un discurso por video que habían muerto 137 “héroes”, entre ellos 10 oficiales militares, y que otras 316 personas habían resultado heridas. Entre los muertos estaban todos los guardias fronterizos de la isla de las Serpientes, en la región de Odesa, que fue tomada por los rusos.

Concluyó un emotivo discurso diciendo que “el destino del país depende totalmente de nuestro ejército, de las fuerzas de seguridad, de todos nuestros defensores”. También dijo que el país había escuchado de Moscú que “quieren hablar del estatus neutral de Ucrania”.

El Presidente estadounidense Joe Biden tenía previsto reunirse el viernes temprano con otros líderes de los gobiernos de la OTAN en lo que la Casa Blanca describió como una “cumbre virtual extraordinaria” para hablar sobre la situación en Ucrania.

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