Aunque sus causas son diversas, el viento en exteriores o las calefacciones en interiores son factores ambientales de riesgo que pueden provocar o empeorar la sensación de ojo seco, un problema que va al alza (afecta a un 30 por ciento de la población), sobre todo entre personas de edad avanzada.
MADRID, 24 de diciembre (EuropaPress).- Especialistas del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) han avisado de que el clima puede perjudicar la salud ocular, especialmente cuando se practican deportes de invierno, por lo que han recomendado el uso de lágrimas artificiales y gafas de sol.
Aunque sus causas son diversas, el viento en exteriores o las calefacciones en interiores son factores ambientales de riesgo que pueden provocar o empeorar la sensación de ojo seco, un problema que va al alza (afecta a un 30 por ciento de la población), sobre todo entre personas de edad avanzada.
«La mayoría de los casos son transitorios, pero hasta un uno por ciento de los pacientes pueden manifestar la enfermedad de forma crónica», ha dicho el coordinador del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva del Instituto, José Luis Güell.
Para evitar la sensación de sequedad ocular al practicar esquí, por ejemplo, los especialistas de IMO han aconsejado usar, ante los primeros síntomas, lágrimas artificiales sin conservantes y que incorporen ácido hialurónico para mantener una adecuada hidratación y lubricación de la superficie del ojo.
Al mismo tiempo, en los deportes de montaña conviene proteger los ojos utilizando gafas de sol homologadas, con filtros adecuados y adquiridas en centros especializados, para evitar que se produzcan lesiones en la córnea, como algunos tipos de queratitis o conjuntivitis, o, en los casos más severos tras una exposición prolongada a lo largo de los años, en la retina como, por ejemplo, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
En los más pequeños, se recomienda utilizarlas desde el año de edad, ya que la sobreexposición solar es especialmente perjudicial en el caso de los niños (etapa clave en el desarrollo de la visión). «Es importante proteger la visión tanto de la sobreexposición a la radiación ultravioleta UV como del exceso de luminosidad exterior. Hay que tener en cuenta que, además del sol, nuestros ojos pueden recibir también la luz proveniente del reflejo del agua o de la nieve», ha dicho Güell.
En estos casos, los especialistas han destacado la importancia de utilizar los filtros solares selectivos, los cuales bloquean la parte más nociva del sol, o los polarizados, que suprimen la reflexión de la luz de una superficie reflectante en alta montaña, como la nieve.