Ayotzinapa, tema pendiente / Gobernación, el regreso a los básicos

Ayotzinapa, tema pendiente 
El miércoles será el cuarto aniversario de la triste noche de Iguala en la que desaparecieron 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, el tema sigue siendo sensible para la sociedad, por lo que resultan sorprendentes las declaraciones de Alejandro Encinas, quien promete que este será uno de los primeros casos que el gobierno de AMLO atenderá cuando entre en funciones. Al respecto en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que de cara al cuarto aniversario de la desaparición “las movilizaciones, declaraciones y demandas de la semana estarán marcadas por la promesa del próximo gobierno de crear una Comisión de la Verdad sobre el caso. Alejandro Encinas, próximo Subsecretario de Gobernación y encargado del asunto, ha dicho en las últimas semanas una y otra vez que ese será el primer caso que atenderá y después analizará otros […]. En fin: la mesa está puesta. He leído las varias declaraciones y entrevistas de Encinas en relación con Ayotzinapa y no me queda claro, tal vez él aún no lo tiene, a dónde y de qué se tratará el nuevo esfuerzo. Por un lado, parece haber una voluntad de borrar todo lo hecho por los Ministerios Públicos estatal y federal […]. Por otro, a veces parece más interesado en investigar a los investigadores que en atar los muchísimos cabos sueltos. Ha dicho también que primero hay que atender lo resuelto por el Tribunal Colegiado, pero los múltiples recursos puestos contra esa resolución podrían alargar la conformación de esa Comisión que, por cierto, en su esquema tal y como lo propone el Tribunal en el documento emitido la semana pasada no contempla a la Secretaría de Gobernación ni, como dijo en una entrevista, permite que la Comisión dependa de la fiscalía, como Encinas lo ha dicho en algunas entrevistas. Para colmo, los procesos contra los hasta hoy imputados siguen avanzando y en varias instancias el gobierno parece ir perdiendo frente a los jueces. No será extraño que algunos de ellos pudieran quedar libres en los próximos meses. Pero por supuesto que el mayor reto para Encinas será cumplir con la promesa de, en sus palabras, ‘conocer los hechos y dónde están los muchachos’. Más vale que tenga muy claro cómo le va a hacer, porque los familiares de las víctimas y sus representantes le han recordado en estos días que después de cuatro años, no les sobra la paciencia”.

Más allá del caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el tema de las desapariciones requiere atención urgente, pues la presente administración se ha mantenido distante de este problema, por lo que la ciudadanía ha comenzado a pedir a la administración entrante atender las peticiones de las familias de las víctimas que buscan justicia. Al respecto en El Universal, el periodista Ricardo Raphael, escribe que: “no hay otro tema más urgente. La tragedia de la ausencia se volvió tema principal de la política […]. Hay una sola cosa que el próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no podrá hacer: mirar hacia otro lado como si el fenómeno no existiera. 6 de cada 10 casos de desaparición en México sucedieron durante la administración de Enrique Peña Nieto y, sin embargo, no hubo de parte suya una sola palabra sincera que haya reconfortado a las víctimas. La distancia emocional del gobierno que parte respecto a los desaparecidos es digna de revisarse en el consultorio de un siquiatra […]. El estado de alteración social provocado por la epidemia de desapariciones es la bomba de tiempo con que Andrés Manuel López Obrador inaugurará su mandato. Frente a este tema no es posible, como el Presidente electo quisiera, mirar para delante. No funcionaría como solución inmediata combatir las desigualdades provocadas por el neoliberalismo, ni becar a los jóvenes más pobres para que el crimen no los reclute, o amnistiar a los pequeños delincuentes, productores o consumidores de drogas blandas. Todas ésas son medidas que, si llegaran a funcionar, podrían prevenir la violencia del futuro; pero las víctimas de la desaparición lo que quieren es una justicia que sea capaz de resolver la impunidad del pasado […]. No puede prometerse a los padres de los normalistas de Ayotzinapa que en adelante las cosas serán distintas para Guerrero. Si no hay compromiso explícito del próximo gobierno para resolver el caso criminal más emblemático de nuestros tiempos, todo lo demás sobra. Lo mismo reclaman cada una de las organizaciones de familiares que no van a ceder en su exigencia. Andrés Manuel López Obrador ha dicho que invitará a Naciones Unidas y otros organismos internacionales para que participen en la solución de esta malvada epidemia. Se requerirá muy probablemente avanzar hacia la creación de una comisión de la verdad como aquella que se creó en 2012 en Guatemala: la Comisión Internacional contra la Impunidad […]. El expediente de los desaparecidos será el que primero se imponga sobre el escritorio del próximo Presidente de México. Las enormes expectativas que ha fincado su triunfo electoral encontrarán en este tema su primera prueba de fuego”.

Quien coincide en que existen varios temas que no deben tomarse a la ligera es en el Excélsior, el columnista Víctor Beltri, quien escribe que: “el que no escucha no aprende. La historia nacional, en los últimos 25 años, ha sido la de un país que, tras sortear con éxito una terrible crisis económica, se abre a la democracia y construye las instituciones que le darán la solidez necesaria para el futuro. Una historia en la que no han faltado ni los problemas, ni las oportunidades para brindar soluciones […]. Asuntos que, en su momento, se trataron de manera extensiva en la palestra pública, y de los que Andrés Manuel se sustrajo, por la razón que fuera, prometiendo lo que no sabía si sería viable. Como el Ejército en los cuarteles, la gasolina subsidiada o el dinero para las becas. Como el aeropuerto en Santa Lucía. Como lo que ha seguido prometiendo, mientras trata de continuar con su narrativa de gloria y reivindicación, y que parece partir —de nuevo— del diagnóstico equivocado de quien no escucha. Promesas que restringen, desde ahora, el margen de maniobra con el que contará al asumir el poder: las amenazas a los burócratas han provocado la desbandada de los que tienen más experiencia, la posible cancelación del aeropuerto ha generado desconfianza en los inversionistas, el desmantelamiento del organismo promotor de las exportaciones ha despertado la preocupación del sector privado. El candidato ganador parece no darse cuenta de que la campaña ha terminado, y que lo que promete ahora le será exigible en el futuro: en estos momentos, seguir ofreciendo a las clientelas lo que quieren escuchar sólo generaría expectativas que podrían terminar por asfixiar a su propio gobierno. Expectativas que no pueden generarse a la ligera, sobre todo cuando tocan el dolor de la gente. Se aproximan días de gran carga emotiva, con el cuarto aniversario de la tragedia de Ayotzinapa y los 50 años de la matanza de Tlatelolco: días en los que el clamor de justicia se hará escuchar, de manera contundente, en las calles. Un clamor ante el que es preciso ser responsable: México merece la verdad, México merece vivir en paz: México no necesita falsas expectativas que no podrán cumplirse. México necesita prudencia”.

Gobernación, el regreso a los básicos
En tanto en El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “el fin de semana estuvieron juntos la futura secretaria de Gobernación, y por ahora Senadora de Morena, Olga Sánchez Cordero, y el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Alberto Pérez Dayán con un grupo de universitarios en Monterrey con quienes compartieron sus experiencias y sus visiones de la justicia y de lo que será la nueva Secretaría de Gobernación. Doña Olga retomó aquella célebre frase de antaño que dice que Gobernación no debe verse, sino sólo sentirse, pero con un ajuste relacionado con la llamada cuarta transformación, sin tener que operar como policías. La también ministra de la Corte en retiro aseguró que la Segob durante la administración de Andrés Manuel López Obrador volverá a lo básico: el diseño y ejecución de la política interior, nada más, pero tampoco nada menos”.

Las decisiones de Morena
La mayoría morenista que actualmente existe en Congreso, parece no conducirse de la mejor manera en cuenta a sus propuestas, ya que en Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: “la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados no puede presumir de sentido común: primero impuso el descocado punto de acuerdo para suspender las evaluaciones docentes que ordena la ley que protestó cumplir, exhibiendo su incapacidad para presentar una iniciativa de reforma educativa. Como en el anuncio de la película célebre, Cuando todos creían que había pasado el peligro viene… ¡Tiburón Dos!: ayer su coordinador Mario Delgado anunció que se solicitará al Presidente Peña desechar la ‘verdad histórica’ y se dé ‘una respuesta clara, digna y justa’ a los familiares de los 43. El día de la instalación de la nueva legislatura, los morenistas cometieron la impudicia de contar uno a uno a los jóvenes desaparecidos en el municipio y el estado que gobernaban cuando, con sus conexos y similares, militaban en el PRD. Quieren, dijo Delgado, contribuir así a que se haga una ‘comisión de la verdad’. No parecen darse cuenta de que se abriría una caja de Pandora: tan solo averiguar más de José Luis Abarca lleva a Lázaro Mazón, precandidateado para la gubernatura por… Andrés Manuel López Obrador”.

Jubilación adelantada
La implementación de una política de austeridad que podría reducir los sueldos de varios funcionario, ha hecho que muchos de estos decidan adelantar sus jubilaciones por miedo a perder las prestaciones de las que hoy gozan. Al respecto en Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: “el capitalismo crea destruyendo, es el territorio de la destrucción creativa, dijo famosamente el economista austriaco Joseph Schumpeter. Algo de eso puede suceder con la Cuarta Transformación y su ley para pasar por la báscula de la austeridad al gobierno federal. La austeridad legislada viene de un gobierno que se dice de izquierda, pero sería el sueño dorado de la más fría tecnocracia neoliberal: bajar los sueldos del gobierno a la mitad y correr a unos 300 mil burócratas […]. El tsunami burocrático que se avecina frente a la austeridad aprobada hace unos días por el Congreso empieza a oírse en los medios. Tiene fuerza por lo pronto en la burocracia financiera . En una sobria y elocuente nota del sábado en MILENIO, J. Jesús Rangel nos dejó un trazo de lo que puede venir […]. Se habla de 300 funcionarios que quieren jubilarse, prejubilarse o renunciar en el Banco de México. Le dicen a Rangel: ‘De que la fuga de talento es masiva, es masiva. Nunca se había observado este fenómeno’ […]. Como en el capitalismo, la Cuarta Transformación creará la burocracia que necesita destruyendo la que hay”.

Pan, guerra por el Senado
Por más pactos de unidad que sostengan en Acción Nacional, sus fracturas y disputas siguen saltando a la vista, por lo que en El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: “definida prácticamente la lucha por la dirigencia nacional del PAN, tras el pacto ‘de unidad’ sellado entre el anayista Marko Cortés y el Senador Héctor Larios junto al grupo de gobernadores panistas del llamado GOAN, se recrudece ahora la disputa por ver quién se queda con la coordinación parlamentaria en el Senado. Los promotores de ese pacto se han comprometido a que la nueva dirigencia nombre a Rafael Moreno Valle como líder senatorial, mientras que el actual coordinador, Damián Zepeda, se resiste a ser removido y amenaza que ‘cualquier decisión que tome la nueva dirigencia tendrá que ser consultada primero con los senadores’. La pugna no sólo se centra en ver quién se queda con el liderazgo de la segunda bancada en el Senado, sino también en definir cuál será el papel y la forma de conducirse de Acción Nacional como oposición ante la mayoría aplastante de Morena y del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador […]. Y ahí es donde cada uno de los grupos que se pelean por el liderazgo de la bancada trata de plantear su propio argumento. Del lado de Damián Zepeda se asegura que ‘Rafael Moreno Valle se ha encargado de prometer a los integrantes del GPPAN […] que para aminorar los devastadores efectos de la austeridad morenista y asegurar más recursos y prerrogativas, dinero, pues, se deben abandonar posiciones opositoras y negociar con la mayoría, o sea con Morena, para salir menos despelucados’. […]. En contraparte los senadores que apoyan la permanencia del actual coordinador dicen estar convencidos de que el mensaje de las urnas fue que sean la segunda fuerza política del país, y eso implica que sean capaces de conducirse como opositores, que den la pelea por los temas y, aunque pierdan las votaciones ante la mayoría de Morena, ganen los debates […]. Pero del otro lado, los morenovallistas dicen que la facultad de nombrar al coordinador es exclusiva de la dirigencia nacional y anticipan un cambio en la coordinación una vez que se consume la llegada de la fórmula de Marko Cortés y Héctor Larios […]. Veremos pues cómo se resuelve esta nueva pugna al interior de Acción Nacional y si el acuerdo entre anayistas y gobernadores del PAN que llevará seguramente a la dirigencia a la fórmula Cortés-Larios, alcanza para poner a Moreno Valle en la coordinación del Senado. Porque el grupo de Zepeda busca atrincherarse para evitar su remoción y, aún en el caso de que no pudieran evitar la destitución del sonorense, buscarían evitar a toda costa la llegada del ex gobernador poblano y antes buscarían impulsar algún otro nombre, en la lógica de que ‘hay senadoras y senadores con mucho más tablas y expedientes mucho más limpios para aspirar a esa coordinación’”.

Cada quien su golpe
Por otro lado. luego de las declaraciones del gobierno de Venezuela que insinuaban la intevención de México en un supuesto atentado a Nicolás Maduro en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “atinadamente, el gobierno de México rechazó de manera categórica las ‘infundadas’ acusaciones de Venezuela sobre la supuesta participación de personal diplomático mexicano en Caracas, en el presunto atentado contra el Presidente de esa nación, Nicolás Maduro. El Ministro de Comunicación e Información del gobierno venezolano emitió la aclaratoria afirmando que su personal diplomático actúa siempre con pleno respeto al derecho internacional y conforme a los principios de política exterior. Apenas se puede con los conflictos internos como para andarse metiendo en ajenos. No nos inventen muertitos que ni al caso”.

 

 

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