La empresa de ciberseguridad UpGuard dijo que los datos de una lista de «contactos» con 332 mil registros de personas en la nómina global de Microsoft también quedaron expuestos.
Washington, 24 ago (EFE).- Unos 38 millones de registros, entre ellos direcciones, números de seguro social o datos relacionados con la pandemia de la COVID-19, quedaron expuestos debido a una configuración errónea de un software de Microsoft, reveló este lunes la empresa de ciberseguridad UpGuard.
La firma detalló en un documento publicado en su cuenta de Twitter que el problema afectó a 47 entidades, entre ellas organismos de los Gobiernos de Indiana y Maryland o la ciudad de Nueva York, así como empresas como American Airlines, JB Hunt y Microsoft.
Los afectados usaron Power Apps, una plataforma de desarrollo de Microsoft que permite crear aplicaciones móviles y portales web.
NEWS: Microsoft Power Apps leaked 38M records, including contact tracing info, from 47 entities including US states and several large businesses.https://t.co/nVn9JYRo6x
— UpGuard (@UpGuard) August 24, 2021
Un analista de UpGuard descubrió en mayo pasado cómo una configuración incorrecta por parte del usuario final podía exponer públicamente datos privados de los sitios creados con Power Apps, aunque de momento no se conoce que se hayan visto comprometidos.
Microsoft declaró cerrado el caso el pasado 29 de junio, de acuerdo UpGuard, que notificó por su parte a los afectados.
UpGuard señaló que datos de Microsoft también quedaron expuestos, entre ellos una lista de «contactos» con 332 mil registros de personas en la nómina global con su dirección de correo electrónico corporativo.
También encontraron información del Departamento de Salud de Maryland relacionada con citas para las pruebas de COVID, así como registros de American Airlines con nombres completos, números de teléfono y direcciones de correo electrónico, entre otros.
Un portavoz de Microsoft defendió en declaraciones a la publicación The Hill la seguridad de su producto, al indicar que la firma ha estado trabajando con los clientes afectados para garantizar la privacidad de sus datos y para notificar a aquellos cuya información estaba disponible públicamente.
La investigación concluyó que los expertos entendían -y estaban de acuerdo- con la posición de Microsoft de que el asunto no se trató de «estrictamente una vulnerabilidad de software», sino de un «problema de plataforma que requiere cambios de código en el producto».