Cuatro meses sin ingresos han puesto al negocio de 50 mil millones de dólares anuales de rodillas. Mientras la golpeada industria de los restaurantes todavía ofrece comida para llevar y las aerolíneas siguen operando con viajeros enmascarados, la vasta mayoría de los cines de Estados Unidos no han vendido un solo boleto desde marzo.
Por Jake Coyle
NUEVA YORK, 24 de julio (AP).— Hace mucho tiempo, en un universo lejano previo al coronavirus, las grandes producciones cinematográficas se estrenaban simultáneamente alrededor del mundo. En 1975, Jaws (Tiburón) marcó la pauta. Concentren la mercadotecnia. Abran a lo grande. Llenen todas las salas.
Desde entonces, Hollywood ha convertido los fines de semana de estreno en grandes acontecimientos. Los estrenos escalonados todavía ocurren, por supuesto, pero las películas más grandes son lanzadas como bombas. Cualquier cosa inferior arriesga perder la atención de los cinéfilos. Los debuts globales por sobre los 300 millones de dólares se han vuelto lugar común. El año pasado, Avengers: Endgame recaudó más de mil millones de dólares en apenas un par de días.
Ahora Hollywood ha pasado más de cuatro meses sin un gran estreno cinematográfico. Mientras algunas cintas han encontrado un nuevo hogar en los servicios de streaming, las más grandes —Tenet, Mulan (Mulán), A Quiet Place Part II (Un lugar en silencio: Parte II) — siguen en el limbo, esperando tener fecha. Las principales cadenas de cine permanecen cerradas. Los recientes repuntes de coronavirus han llevado a reprogramar calendarios y posponer la reapertura de cines hasta agosto.
Pero los cines dicen que, aunque no sean para nada las circunstancias ideales, es hora de tener nuevas películas. Cuatro meses sin ingresos han puesto al negocio de 50 mil millones de dólares anuales de rodillas. Mientras la golpeada industria de los restaurantes todavía ofrece comida para llevar y las aerolíneas siguen operando con viajeros enmascarados, la vasta mayoría de los cines de Estados Unidos no han vendido un solo boleto desde marzo. Algunos incluso han recurrido a la venta de palomitas de maíz en las aceras.
“El problema es que necesitamos sus películas”, dice John Fithian, presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines. “Los distribuidores que quieren proyectar sus películas en cines no pueden esperar hasta que el 100 por ciento de los mercados puedan abrir porque eso no va a ocurrir hasta que haya una vacuna ampliamente disponible en el mundo”.
“Los viejos modelos de distribución de grandes estrenos deben repensarse”, agregó Fithian.
Eso podría significar regresar al más anticuado modelo de estreno, en el que debutan las películas en el extranjero primero y, en Estados Unidos, en diferentes momentos en diferentes zonas. Cuando Warner Bros. anunció esta semana que aplazaría el estreno de Tenet de Christopher Nolan por el aumento de casos de coronavirus, el presidente de Warner Bros. Pictures Group Toby Emmerich dijo que el estudio “no tratará a Tenet como un estreno global tradicional en una misma fecha”.
En este momento las películas más grandes se alejan en lugar de acercarse. AMC, la cadena de cines más grande del mundo, aplazó el jueves su reapertura de finales de julio a la segunda mitad de agosto. Tenet se pospuso indefinidamente esta semana y Mulan de Disney hizo lo mismo el jueves. Disney también aplazó un año numerosos estrenos incluyendo películas de Avatar y Star Wars.
La crisis del coronavirus ha abierto un nuevo capítulo en la relación simbiótica y a veces conflictiva entre los distribuidores y exhibidores. Al dividir el ingreso por venta de boletos aproximadamente a la mitad, a menudo su fortuna ha estado estrechamente vinculada.
Los más grandes estudios como — The Walt Disney Co., Warner Bros., Universal — tienen ahora servicios de streaming, junto con canales de televisión. así que cuentan con opciones. Pero la pandemia también ha llevado a situaciones como el pleito por el estreno on-demand de Trolls entre Universal y AMC. Fuera de eso las dos mitades de la experiencia cinematográfica han trabajado principalmente en armonía hasta ahora.
No es algo desinteresado. Los estudios no están dispuestos a sacrificar miles de millones de dólares de sus estrenos más caros y populares. El jueves, John Stankey, director ejecutivo de la empresa matriz de Warner Bros., AT&T, dijo que estrenos directos en HBO Max podrían ser una opción para algunas películas de Warner Bros. pero no para Tenet de 200 millones.
Los cines han reabierto con protocolos de distanciamiento y otras medidas de seguridad, en Europa, Oriente Medio y Corea del Sur, donde el fin de semana pasado la secuela de Train to Busan (Estación Zombie: tren a Busan) de Yeon Sang-ho, Peninsula (Estación Zombie 2: Península) debutó recaudando 13.2 millones de dólares. Los cines en China, el segundo mayor mercado del cine en el mundo, reabrieron esta semana con un aforo limitado a 30 por ciento.
Norteamérica, que suele ser el mayor mercado para los estrenos, quizá tendrá que aprender del resto del mundo.
A pesar del aumento del virus en gran parte de Estados Unidos, los exhibidores creen que pueden operar relativamente seguros siguiendo las indicaciones de las autoridades de salubridad como reducir la capacidad de los cines y limpiar las instalaciones entre funciones. Tras mensajes cruzados, AMC requerirá que sus clientes usen cubrebocas.
Algunos cinéfilos, naturalmente, no planean ir al cine independientemente lo que sucede. Jeffrey Shaman, epidemiólogo de la Universidad de Columbia no cree ir este año.
“Parece prudente pensar que en interiores es donde ocurre la mayoría de la transmisión (del virus)”, dijo Shaman. “Podrías pensar: bueno, es un cine. Si separas a la gente es una sala grande, con techos altos y si arreglan la ventilación no es el ambiente más concentrado, no como un bar a reventar con techos bajos. Probablemente no es tan peligroso como eso, pero ¿es más peligroso que sentarte en casa a ver Netflix? Sí, claro que sí lo es”.
Pero lo imperfecto es todo con lo que cuentan los estudios y los cines por ahora. Fithian considera que 75 por ciento de los cines de Estados Unidos podrían estar abiertos en cuestión de días si tuvieran nuevas películas. (Los que están abiertos ahora presentan principalmente películas viejas). Los cines están cerrados en California y aún no han abierto en Nueva York a pesar de que el estado ha tenido un éxito relativo combatiendo el virus. Eso deja sin las dos ciudades con mayores ventas de boletos en el panorama: Los Angeles y Nueva York.
“Entre más tiempo dure habrá quien se declare en bancarrota y se reorganice y habrá gente que se quede fuera del negocio”, dijo Fithian quien actualmente pide un mayor apoyo en el Congreso para los cines. “Pero si no hay nuevas películas hasta que surja una vacuna será una situación desesperada para muchas empresas”.
Recientemente AMC recaudó 300 millones de dólares en ayuda para su deuda para mantenerse solvente. En la industria unos 150 mil trabajadores están sin trabajo.
Jonathan Kuntz, historiador especializado en cine y profesor de la Universidad de California, Los Angeles, dijo que Tenet “está hecha para un mundo que ya no existe”.
Pero a pesar de que ese tipo de estreno internacional es ahora imposible, las posibilidades de improvisar podrían no ser tan malas como parecen, tomando en cuenta que la piratería no sea un problema muy grande. Podría haber poca competencia. Tenet se puede apoderar de la mayoría de las pantallas. Su estreno puede alargarse por la semana y la publicidad puede ser más barata, el público tendrá menos cosas con qué distraerse.
“Tendremos que ser muy inventivos y muy hábiles para sacar lo que se pueda de esta película y quizá establecer un patrón para este tipo de universo cinematográfico de COVID hacia el que estamos avanzando”, dijo Kuntz. “Si no hacen algo, si sólo siguen reteniendo las películas, los cines van a morir. Entonces todo será streaming y habremos perdido algo que mucha gente, no sólo Christopher Nolan, atesora”.