Las perspectivas de crecimiento de México en 2017 aumentan desde el 1.7 por ciento al 1.9 por ciento, gracias a la fortaleza de la actividad en el primer trimestre del año, mientras se mantiene en el 2 por ciento la proyección para 2018. «Vemos notables mejoras en México», señaló Obstfeld, cuyo equipo de economistas indicó que las revisiones para el resto de la región son principalmente a la baja, incluido un nuevo deterioro de las condiciones en Venezuela.
Ciudad de México, 24 de julio (EconomíaHoy).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó ligeramente la previsión de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe para 2017 y 2018 y vinculó la recuperación de la actividad económica a la salida de Argentina y Brasil de la recesión; sin embargo, en particular mejoró las expectativas para el crecimiento México de un previo 1.7 por ciento a 1.9 por ciento.
Así se indica en la actualización que el FMI ha presentado hoy en Kuala Lumpur del informe Perspectivas de la economía mundial publicado el pasado abril.
«América Latina continúa luchando con un crecimiento menor comparado con el resto y hemos rebajado las perspectivas para la región durante los dos próximos años», señaló el director de Investigación del FMI, Maurice Obstfeld, en la presentación en Malasia transmitida en directo por internet.
La institución financiera calcula que Latinoamérica y el Caribe crecerán en conjunto un 1 por ciento en 2017 y un 1.9 por ciento en 2018, cómputo que resulta un 0,1 inferior, en ambos casos, a lo previsto hace tres meses.
«Tras contraerse en 2016, la actividad económica de América Latina irá recuperándose poco a poco en 2017-18, de acuerdo con las previsiones, a medida que países como Argentina y Brasil se recuperen de la recesión», dice la actualización del informe.
El FMI eleva al 0.3 por ciento el crecimiento económico de Brasil este año y lo rebaja al 1.3 por ciento en 2018, en ambos casos en comparación con las previsiones de abril.
El ajuste al alza lo atribuye a que «los niveles de crecimiento alcanzados en el primer trimestre de 2017 superaron los pronósticos de la edición de abril» y destaca la fuerte caída que ha registrado la inflación subyacente.
Los expertos del FMI advierten de que «la persistente debilidad de la demanda interna y la agudización de la incertidumbre en torno a la situación política y a la política económica se verán reflejadas en una recuperación más moderada y, por ende, en un crecimiento menor en 2018» en Brasil.
«El pronóstico de crecimiento de México en 2017 aumentó de 1.7 por ciento a 1.9 por ciento, empujado por la fortaleza de la actividad en el primer trimestre del año, en tanto que no ha habido cambios en el pronóstico para 2018», del 2 por ciento, según se indica en la revisión.
La actualización apunta que «el peso mexicano avanzó ligeramente gracias al endurecimiento de la política monetaria y al alivio de las inquietudes en torno a las fricciones comerciales con Estados Unidos».
«Las revisiones para el resto de la región son principalmente a la baja, incluido un nuevo deterioro de las condiciones en Venezuela», se añade en el documento.
El FMI solo ofrece en esta actualización datos de Brasil y México, pero en abril calculó que Argentina, tras la contracción del 2.3 por ciento en 2016, crecerá un 2.2 por ciento en 2017 y un 2.3 por ciento en 2018.
La tabla de abril para el resto de la región es como sigue: Bolivia (4 por ciento y 3,7 por ciento), Chile (1,7 por ciento y 2,3 por ciento), Colombia (2.3 por ciento y 3 por ciento), Ecuador (-1.6 por ciento y -0.3 por ciento), Paraguay (3.3 por ciento y 3.7 por ciento), Perú (3.5 por ciento y 3.7 por ciento), Uruguay (1.6 por ciento y 2.6 por ciento) y Venezuela (-7.4 por ciento y -4.1 por ciento).
La institución financiera confirma en la actualización que la recuperación de la economía mundial «se está afianzando», pero advierte que si bien «los riesgos están equilibrados a corto plazo», a medio plazo «continúan inclinándose a la baja».
Los peligros provienen por parte de la «continua incertidumbre» que generan situaciones como el Brexit o la política presupuestaria y fiscal de Estados Unidos, de tensiones financieras, de políticas aislacionistas y de factores no económicos, como las tensiones geopolíticas.
El FMI receta para superar los riesgos a medio plazo promover la cooperación mundial y un comercio internacional libre y justo, y en el plano nacional que se apuntale el «ímpetu del crecimiento mediante políticas fiscales, monetarias y estructurales» y que se apueste por un crecimiento «resiliente y equilibrado».