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Jorge Zepeda Patterson

24/07/2016 - 12:00 am

MVS vs Peña Nieto o el affaire Aristegui

¿Qué buscaba MVS reviviendo esta polémica? ¿Quedar bien con Presidente? Si esa fue su intención logró lo mismo que el programador de la música en la convención republicana que intentó motivar al público con «You can´t always get what you want», de los Rolling Stones.

qué Buscaba Mvs Reviviendo Esta Polémica quedar Bien Con Presidente Si Esa Fue Su Intención Logró Lo Mismo Que El Programador De La Música En La Convención Republicana Que Intentó Motivar Al Público Con you Can´t Always Get What You Want De Los Rolling Stones Fotos Cuartoscuro
qué Buscaba Mvs Reviviendo Esta Polémica quedar Bien Con Presidente Si Esa Fue Su Intención Logró Lo Mismo Que El Programador De La Música En La Convención Republicana Que Intentó Motivar Al Público Con you Can´t Always Get What You Want De Los Rolling Stones Fotos Cuartoscuro

Flaco favor le hicieron los Vargas, cabezas de MVS,  al presidente Enrique Peña Nieto, quien intentaba dejar atrás el affaire «casa blanca» luego de ofrecer una disculpa a los mexicanos. La denuncia que la empresa presentó en tribunales hace casi dos meses en contra de Carmen Aristegui por daños a su imagen, y que apenas ahora se ha dado a conocer, ha sido un bumerang que castiga al propio denunciante.

Para empezar, porque sin proponérselo resultó una cuchillada trapera en contra de Peña Nieto. La Presidencia había intentado hacer desaparecer el tema desde hace meses porque el recuerdo de la mansión adquirida en condiciones cuestionables por la Primera Dama, torpedeaba cualquier promesa de honestidad por parte del gobierno. Cada que el mandatario hablaba de transparencia la casa blanca constituía el elefante en el cuarto que pretende no verse.

La decisión de “pedir perdón” seguramente requirió largas sesiones entre los asesores de Los Pinos. No fue una decisión sencilla, entre otras razones porque el Presidente no es un hombre inclinado a reconocer errores y menos de cara a la nación. Es proverbial su renuencia a cambiar colaboradores que han fallado simplemente para no admitir que se equivocó al designarlos. Ofrecer disculpas tampoco era una decisión para tomarse a la ligera porque resulta imposible predecir la reacción que provocará entre la opinión pública. Recuérdese el efecto que tuvo el primer intento de control de daños cuando Ángela Rivera apareció en televisión explicando la compra de su mansión.

Y sin embargo, Peña Nieto hizo de tripas corazón. Bien mirado no tenía opción. Cada vez es más evidente que en las elecciones de 2018 dominará la agenda sobre la corrupción. Como ya han advertido las encuestas y los resultados electorales de este verano los excesos y abusos de los políticos parecen haber colmado la paciencia de los ciudadanos. Es probable que el próximo Presidente sea el candidato que ofrezca mejores perspectivas a los electores sobre esta agenda. Y, sin duda, Andrés Manuel López Obrador o Margarita Zavala, por mencionar a dos contendientes obvios, llevan mucha ventaja en este terreno a cualquier candidato priista.

Así que el gobierno está obligado a hacer algo drástico en los meses que quedan. No es casual que dentro del PRI se haya iniciado un proceso interno con miras a las expulsión del partido de los siniestros gobernadores de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua.

Y si de veras quieren tener alguna oportunidad de mantener el poder en el 2018, la presidencia misma tenía que convencer a la opinión pública de que el Gobierno quiere hacer algo serio al respecto. Lo cual obligaba, pues, a hacer alusión al elefante dentro del cuarto: la «casa blanca».

Pero mencionarlo una vez no quiere decir que quiera tenerlo presente en los meses que habrán de venir. Peña Nieto pidió perdón en un intento por conjurar el asunto y dejarlo atrás de una vez por todas. Para su desgracia, MVS lo mantendrá vivo en el inmediato futuro.

¿Qué les llevó a presentar una demanda en contra del prólogo de Carmen Aristegui en un libro que incluso había dejado de ser una novedad desde hace semanas? En la introducción a La Casa Blanca de Peña Nieto (de Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta y Sebastián Barragán, editado por Penguin Random House), Aristegui hace un reclamo a la empresa luego de la cancelación de su programa de radio en MVS tras la difusión del reportaje de la mansión de Angélica Rivera.

En una extraña estrategia, más emparentada con el harakiri que con la inteligencia, la empresa decidió demandar a Aristegui por daños a su imagen y exigió a la editorial el retiro del libro, con lo cual convirtió el escándalo en un asunto viral. El tema explotó en redes sociales, la prensa internacional volvió a abordar el asunto y ha sido material de columnas de los últimos días (para no ir más lejos, más personas están leyendo este texto que se publica en una veintena de diarios, que el número de lectores que tuvo el libro:15 mil).

El problema es que de paso se llevaron entre las patas a Peña Nieto. Un día antes de que el presidente llegara a la Casa Blanca para una visita de Estado a Barak Obama este fin de semana, el Washington Post publicó un texto sobre la otra casa blanca, la de Angelica Rivera, a propósito de la “censura a un libro en contra del presidente mexicano”. Algo que el propio Obama debe hacer leído antes de recibir a su colega.

¿Qué buscaba MVS reviviendo esta polémica? ¿Quedar bien con Presidente? Si esa fue su intención logró lo mismo que el programador de la música en la convención republicana que intentó motivar al público con «You can´t always get what you want», de los Rolling Stones (“no siempre puedes obtener lo que quieres”). Una tonada que debe estarse escuchando en los pasillos de MVS.

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net

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Jorge Zepeda Patterson
Es periodista y escritor.
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