El doctor en Genética y Biología Molecular, Miguel Pita (Madrid, 1976), ha escrito Un día en la vida de un virus (Periférica), un manual cuyo objetivo, según cuenta en una entrevista con Europa Press, radica en dar respuesta, en un lenguaje accesible, a las preguntas más generales sobre el virus y que muchas personas se han formulado durante estos meses de pandemia.
Madrid, 24 de junio (Europa Press).- El SARS-CoV-2 es un virus que ha puesto patas arriba a nuestro planeta. Desde hace más de un siglo no vivíamos una pandemia, la de la mal llamada gripe española, y lo peor de todo es que un ser minúsculo ha vuelto a saquearlo.
Si lo piensas fríamente es difícil de entender cómo algo poco más que un fragmento disperso de material genético, y que aparece de forma puntual en la historia de este planeta, es capaz de matar a tantas personas.
Para poder comprenderlo mejor, el doctor en Genética y Biología Molecular, Miguel Pita (Madrid, 1976), ha escrito Un día en la vida de un virus (Periférica), un manual cuyo objetivo, según cuenta en una entrevista con Europa Press, radica en dar respuesta, en un lenguaje accesible, a las preguntas más generales sobre el mismo y que muchas personas se han formulado durante estos meses de pandemia.
En primer lugar, Pita señala que nos encontramos en una fase de la pandemia donde el virus se está expandiendo, se encuentra en su momento más álgido. «Lo que primero ocurre cuando un virus ingresa en una nueva especie suele ser una expansión muy impetuosa, como la que estamos viviendo, hasta que se establece un cierto grado de convivencia con la especie. No es un proceso rápido, aún desconocemos cuándo se llegará a producir ese periodo de convivencia», remarca.
Eso sí, recalca que contamos con referentes en la historia al respecto: «Lo normal es que llegue a la especie, se empiece a replicar y a contagiar mucho, y después se van generando mutaciones al azar. De estos virus mutantes que surgen unos se adaptan mejor que otros, y los que prevalecen a la larga son los menos agresivos, son los que se acaban quedando con nosotros, porque son los que mejor se encuentran en sus hospedadores ya que tienen fácil el reproducirse».
Después, destaca que los ciudadanos deben conocer lo que tienen en común todos los virus, y es que no son seres vivos. Según explica Pita, estos tienen material genético como nosotros, y son entes «con una vocación reproductiva tremenda». Sin embargo, el científico llama la atención sobre el hecho de que clasificar a los virus como seres vivos forma parte de un debate abierto dentro de la comunidad científica y «siempre lo estará porque es una cuestión de definición».
Ahora bien, el también profesor e investigador en la Universidad Autónoma de Madrid recalca que, en realidad, el que sean seres vivos o no tiene menos trascendencia, y sí la tiene el hecho de que no pertenecen al linaje de todos los seres celulares. «Mientras que los seres vivos somos individuos basados en la célula, los virus lo hacen en el material genético de otros seres vivos. No son seres celulares, mientras que los seres vivos tenemos billones. En el virus no existen células, sólo el ADN que se mete en otro ser vivo y se aprovecha de él», señala.
En cuarto lugar, subraya que se trata de una enfermedad nueva que los científicos desconocen y para la que nuestro cuerpo no está preparado, nuestro sistema inmune nunca ha combatido. «Es difícil enfrentarnos a ella porque nuestro cuerpo no tiene ningún tipo de recuerdo. Nuestro sistema inmune está desconcertado frente al SARS-CoV-2», sostiene Pita.
Seguidamente, el científico resalta el papel «tan importante» que tienen las vacunas, pese a las corrientes que las rechazan en nuestra sociedad. «La vacuna nos ofrece ese recuerdo, esa ficha con instrucciones a nuestro sistema inmunológico para que sepa cómo combatir ese virus. Por eso muy interesante comprender cómo funcionan nuestras defensas de cara a entender algo muy importante que se esta despreciando por un sector de nuestra población, como son las vacunas», añade.
También Pita llama la atención sobre el hecho de que el coronavirus nos puede haber servido de experiencia de que esta situación puede volver a ocurrir y para ello debemos estar preparados. «Tenemos una sociedad que así lo facilita por ser un planeta superpoblado, un mundo depredador con la biosfera y los ecosistemas, aparte del hecho de estar globalizados y tan interconectados. Esto puede facilitar las pandemias. El coronavirus no es un accidente sino una llamada de atención. Podría no ser el último virus que provoque una pandemia en nuestra sociedad», reitera el experto.
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
Otro de los aspectos que Pita trata en su libro y que la población debe conocer es el papel de la investigación básica a la hora de superar este tipo de situaciones y de su financiación en el largo plazo. «Es muy importante generar conocimiento, no sólo concreto, sino conocimiento general y la investigación básica en todos sus frentes nos ayudará a resolver problemas de este tipo en el futuro. A muchas personas les puede parecer una tontería financiar investigaciones sobre los virus que albergan los murciélagos, cuando precisamente de esos estudios ha salido la clave para conocer el genoma del coronavirus en apenas días, y tomar decisiones que, de no haber existido esa investigación básica, hubieran sido muy lentas o incluso imposibles de encontrar», agrega.
A su vez, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid señala al papel que tiene la genética frente al coronavirus SARS-CoV-2. Aunque insiste en que aún es pronto para sacar conclusiones, faltan muchísimos estudios. «En primer lugar, la genética de una persona podrá determina que una persona sea inmune o no frente al coronavirus. Por ejemplo, un estudio reciente dice que la gente con grupo sanguíneo A tienen más riesgo de presentar complicaciones que los que tienen grupo 0;de forma que tu genética estaría determinando claramente cómo te afectará este virus. Pero de este tipo de estudios aún no hay muchos», añade.
Pita apunta también que se ha visto claramente que hay individuos a los que afecta mucho y a otros poco, y en concreto a quienes tengan por ejemplo problemas respiratorios, diabetes, hipertensión, es decir, una serie de factores que aumentan el riesgo: «Uno puede tener por ejemplo asma, algo que hace que te afecte más el virus, o bien hipertensión por razones genéticas o adquiridas, puedes haber nacido con propensión a la hipertensión y que el coronavirus te afecte más».
En último lugar, el investigador subraya que lo que se espera es encontrar más características genéticas que determinen cómo sienta el virus a unos colectivos y a otros. «Aunque no tiene por qué pasar con este coronavirus, frente al sida, por ejemplo, puedes tener una variante genética que haga que seas inmune al virus. Hay personas que son inmunes por naturaleza a este virus. Puede que pase así con el coronavirus, pero por el momento no lo sabemos.
Aquí recuerda por ejemplo la primera modificación genética que se hizo en noviembre de 2018 en China con dos niñas, y por las que el investigador se encuentra en la cárcel dado el compromiso internacional de no modificar genéticamente a humanos, por el que precisamente se consiguió hacer inmune a una de las dos, y de forma natural, frente al VIH.