El programa de Chelsea Handler es cada vez más político. Como si uno pudiera ahora encender CNN y ver el show de Jon Stewart, The Daily Show.
Claro, no es para alabar las medidas de Barack Obama sino para poner la cara de circunstancias y preguntarse cómo es posible que alguien como Donald Trump gobierne los Estados Unidos.
Cada programa es una afrenta contra Trump, la más pesada de las cuales es preguntarse al aire si tiene sífilis, si eso tan anaranjado que se le ve en la cara es fruto de alguna enfermedad venérea.
A veces Chelsea invita a algunas personas que están a favor de la antimigración, que hablan mal de los musulmanes, de los sirios, pero su cara de espanto conmueve mucho más que las palabras de los invitados.
A veces hace aparecer a Ivanka Trump vestida en un traje para gordos, hablando de su libro y diciendo que lo va a autografiar para una Handler que no se muestra interesada por el regalo, pero sale la primogénita y lo escupe.
¡Rusia! ¿Rusia? No hay nada más pesado para un estadounidense medio que Donald haya hecho negocios con Rusia, a quien la conductora dice que está gobernado por un “inútil”, por un “tarado”.
Todo este programa está hecho en la parte central de los horarios de los Estados Unidos y puede verse en la pantalla de Netflix. Chelsea Handler es la productora ejecutiva del show y va a morir con las armas puestas, haciendo todo para que Donald Trump se aleje de dónde nunca debió haber llegado: el gobierno de los Estados Unidos.
