La organización ecologista Greenpeace rechazó la información que el pasado miércoles dio a conocer el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya, quien señaló que el complejo petroquímico de Pajaritos, Veracruz, no vierte sustancias tóxicas al Río Coatzacoalcos. En un informe, los activistas señalan que el complejo arroja 59 químicos al vaso lacustre.
Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).- Greenpeace México reiteró que el complejo petroquímico de Pajaritos, en Veracruz arroja 59 sustancias tóxicas al Río Coatzacoalcos. La organización respondió así al titular de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya quien negó que la planta de este empresa productiva del Estado provocara algún tipo de daño al ambiente o a los mantos acuíferos.
«Aunque el director general de Pemex diga que no, nuestra evidencia científica es irrefutable. Pemex sí descarga en el Río Coatzacoalcos cotidianamente, y/o producto de la explosión del complejo de Pajaritos, sustancias altamente tóxicas y peligrosas como el dicloruro de etileno (EDC), del que encontramos altas concentraciones, por encima, incluso de los límites marcados por la legislación en Estados Unidos», señaló en un comunicado.
El pasado miércoles durante la inauguración del Megacomplejo Etileno XXI en Nachital, Veracruz, el funcionario negó que Pemex contaminara el río: «La Procuraduria Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa) tiene un reporte en el cual queda claro que Pemex ha estado trabajando con cuidado y no ha habido esto [descargas de EDC]”.
Los ecologistas dijeron que González Anaya “se equivoca”, puesto que “las muestras de agua que tomamos de su tubo de descarga lo desmienten”.
El pasado 23 y 24 de abril, Greenpeace realizó análisis al agua que proviene de la tubería de descarga del Complejo «Pajaritos» de la firma Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), operada por Mexichem en asociación con Pemex, y constató que al menos contenía 59 químicos orgánicos aislados, entre ellos algunos considerados de alto riesgo para el ambiente y la salud de los habitantes de la periferia, al ser catalogados como posibles cancerígenos.
Ante esto, la organización ambientalista, con presencia internacional, acusó que dichas sustancias prácticamente carecen de regulación en México y que fueron encontradas en concentraciones superiores a lo permitido por la International Agency for Research on Cancer (IARC) de Estados Unidos.
De las 10 muestras tomadas, la que arrojó resultados más alarmantes de presencia de tóxicos es precisamente la del agua proveniente de las zonas cercanas al complejo Pajaritos: ahí se encontraron etenos clorados, etanos clorados, y metanos clorados así como bencenos clorados. Además, contiene una amplia gama de químicos orgánicos semivolátiles.
De las distintas sustancias, el químico más predominante es el Dicloruro de Etileno (EDC, por sus siglas en inglés), sustancia catalogada como posible cancerígeno por la IARC y los servicios de salud de EU. Las concentraciones halladas de EDC superan de 10 a 28 veces los límites que establece Estados Unidos respecto a las aguas residuales que vierte el sector de los plásticos.
Por ello, en aquella ocasión subrayó la necesidad de que la situación sea atendida a largo plazo. “Hay que darle seguimiento y financiamiento para que la gente tenga noción, sepa lo que puede pasar y además para que (Pemex y Mexichem) asuman los gastos”.
Asimismo, recordó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene la gran tarea de fortalecer la regulación del uso de suelo “porque si las autoridades hicieran su trabajo, accidentes como este por la liberación de químicos tóxicos podrían haberse evitado”, aseguró.
Greenpeace México exhortó al director de Pemex para que comparta el informe de la Profepa «para que lo pudiéramos revisar (si es que existe) y poder contrastarlo con el análisis que realizamos en nuestros laboratorios de investigación en la Universidad de Exeter, Ingleterra. Informe, que por cierto, reporta resultados similares a los que hicimos por primera vez hace 15 años y en los que también encontramos sustancias cancerígenas, lo que nos apunta a pensar que Pemex –y ahora también Mexichem- están descargando directamente al Río Coatzacoalcos químicos peligrosos”.
Además, explica que los datos obtenidos durante su investigación están apegados al uso de métodos científicos y que, de ser que existan estudios contradictorios al suyo, «estos deben aplicar el mismo principio de transparencia y disponibilidad de los nuestros”.
Los activistas mencionaron que la dependencia «contestó que no existía información al respecto” sobre si se habían tomado muestras representativas de suelo, agua, aire en la zona del complejo petroquímico de Pajaritos para conocer la presencia o no de contaminantes y su concentración.
El pasado 20 de mayo, Pemex dijo no contar con información respecto al tipo de sustancias que operan en el complejo. Respuesta que Miguel Ángel Soto, vocero de Greenpeace México, calificó como ridícula: “Es ridículo que Pemex no tenga información de las sustancia que explotaron dentro de su complejo donde mataron a 32 personas hasta el momento porque no sabemos si las cifras están actualizadas o están escondiendo algo”.
El pasado 20 de abril, una fuerte explosión se registró en el complejo petroquímico “Pajaritos”, en Coatzacoalcos, Veracruz, dejando tras de sí decenas de muertos, cientos de heridos, e inclusive forzó la evacuación de cientos de personas debido a una columna de humo tóxico que se extendió por la zona.
El fuego que detonó el estallido se originó en la planta Clorados III, una productora de policloruro de vinilo (PVC) de la firma Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), que es producto de una alianza, firmada en 2013, por Mexichem –que posee 54 por ciento– y Pemex –con un 46 por ciento–.
Dentro del Consejo de Administración de esta compañía, que en 2011 también reportó un accidente fatal, destacan empresarios como Valentín Díez Morodo [socio de Grupo Modelo y ex consejero de OHL México], Juan Francisco Beckmann Vidal [presidente de José Cuervo], un ex funcionario público y figuras que también son consejeros de Grupo México y Grupo Televisa, entre otros.
Mexichem –parte de Grupo Kaluz, propiedad de la familia Del Valle– destaca que la seguridad de sus colaboradores es “el factor más importante” para el desempeño de sus actividades y su meta es tanto prevenir todos los accidentes como tener cero fatalidades.
De acuerdo con su informe de sustentabilidad más reciente, en 2011 reportó un accidente fatal, 180 accidentes incapacitantes y 4 mil 697 días perdidos. Su indicador de seguridad operacional registra hasta 2014, una suma de 826 accidentes incapacitantes.
La Petroquímica Mexicana de Vinilo anunció a sus clientes que por “una condición de fuerza mayor” [el siniestro] fue afectada la producción de cinco productos químicos embarcados desde Veracruz.