El caso Roe contra Wade se refiere a la sentencia de 1973 por la cual el Supremo de los Estados Unidos dictaminó que la Constitución protege la libertad de una mujer embarazada para interrumpir su embarazo, una protección que podría retirar en una sentencia que se espera para finales de junio.
Por Magdalena Tsanis
Cannes (Francia), 24 de mayo (EFE).- El cineasta canadiense David Cronenberg ha arremetido este martes en Cannes contra Estados Unidos por la posible ilegalización del aborto, durante la rueda de prensa de Crimes of the future, el filme de terror corporal con el que compite por la Palma de Oro y un plato fuerte de este festival.
Perturbadora, pero no tanto como prometía, la primera película de Cronenberg en ocho años fue recibida anoche en su preestreno oficial con una ovación de seis minutos y sin los abandonos masivos del público que había pronosticado el propio director por las escenas viscerales que contiene.
Con Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart como protagonistas, Crimes of the future se lee como una inquietante advertencia sobre el mundo presente y futuro, pese a que fue escrita hace 20 años, en cuanto a la obsesión por el cuerpo y los intentos de censura y control de los gobiernos sobre la actividad artística y sobre el propio cuerpo.
«Siempre hay un gobierno en alguna parte del mundo que quiere controlar a su población», ha señalado. «En Canadá pensamos que Estados Unidos está completamente loco, a juzgar por lo que dicen algunos funcionarios, no sólo por el caso Roe-Wade sino por todo lo demás».
El caso Roe contra Wade se refiere a la sentencia de 1973 por la cual el Supremo de los Estados Unidos dictaminó que la Constitución protege la libertad de una mujer embarazada para interrumpir su embarazo, una protección que podría retirar en una sentencia que se espera para finales de junio.
«Hablamos de Rusia y Ucrania pero siento vibraciones similares en nuestra frontera del sur», ha lamentado el director.
Crimes of the future conecta con las obsesiones habituales del director de «Crash» o «Almuerzo al desnudo». Describe un mundo sintético donde no existe el dolor y la cirugía es «el nuevo sexo». Mortensen y Seydoux son dos aclamados artistas de performance que triunfan con sus actuaciones en las que extraen de sus cuerpos nuevos órganos generados artificialmente.
«Todas mis películas son muy íntimas, lo que más he filmado en mi vida es el cuerpo humano y lo que propongo es una discusión sobre la condición humana a partir del cuerpo», ha dicho el cineasta.
Sobre las implicaciones medioambientales de una historia en la que hay personajes que comen plástico literalmente, ha recordado que cuando escribió el guion «nadie hablaba de microplásticos» pero que en un estudio reciente se hallaron restos de estas sustancias en el 80 por ciento de los cuerpos humanos analizados.
«Una opción que tenemos es limpiar todos los océanos y cuerpos humanos de microplásticos, pero no es muy plausible, así que la alternativa es aceptarlo, es una sugerencia teórica pero hay algo de verdad, hay científicos que están investigando la posibilidad de comer plástico».
En su recreación visual de ese mundo futuro Cronenberg despliega su imaginación con objetos como un sarcófago que sirve de mesa de operaciones, una cama con forma de útero suspendida en el aire que detecta el crecimiento de nuevos órganos o una silla que se encarga de dar de comer a Mortensen y ofrece estampas dignas de Francis Bacon.
Mortensen, cómplice habitual de Cronenberg, con quien ha rodado películas como «Una historia de violencia», «Promesas del este» o «Un método peligroso», ha dicho que lo que más aprecia de trabajar con él es su sentido del humor y el hecho de que hace que los actores se sientan parte del relato.
Preguntado por su relación con el envejecimiento y el paso del tiempo, el actor ha contado que desde pequeño le preocupaba y le hacía preguntas a su madre sobre la muerte. «Una vez que lo aceptas es algo que te motiva, a mi me gustaría mirar la muerte a la cara y con sentido del humor».
Kristen Stewart, que interpreta a una funcionaria del gobierno que sigue los pasos de los protagonistas, ha dicho que Cronenberg es un director de pocas tomas y ha recordado la primera vez que vio una película suya, «Crash» (1996), cuando aún era «demasiado joven».
«Pensé que me iba a meter en problemas y por eso me encantó», ha dicho.
Léa Seydoux ha destacado la libertad que ha sentido rodando con Cronenberg y el placer de conversar con él, no tanto sobre cine, sino sobre «el amor, la vida y la muerte».