El omakase, por definición, es el menú que el chef ha diseñado con lo más fresco, de mejor calidad y con la mejor presentación, para los clientes que así lo requieran. Los comensales, a su vez, están dejando su estómago en manos del experto, con toda la confianza. En México, tenemos la fortuna de contar con un restaurante con un omakase típico japonés: Rokai.
Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).– 14 de febrero, reservación hecha, el omakase en la mente. Todo perfecto.
Había leído antes que el mejor lugar para sentarse es en la barra de Rokai, ahí frente a los dos chefs que preparan al momento cada uno de los seis tiempos del Omakase, un menú que cambia a diario dependiendo de la pesca del día y es la mayor muestra de confianza del comensal con su chef, pues él elige los platillos y el precio.
Para empezar –y luego de que nos movieran del establecimiento de al lado donde solo venden ramen, al Rokai original,– pedimos una cerveza Kirin Ichiban para compartir, nuestra sorpresa al ver que era un producto estadounidense. Si quieren algo verdaderamente típico, mejor optar por un sake.
En fin, los platos del omakase B (hay dos tipos, precios y cantidades) empezaron a llegar a la barra. El chef Juan, frente a nosotros, explicaba cada uno de ellos.
El primer Omakase, incluye una entrada, dos tipos de sashimi, ocho nigiris diferentes, un temaki, sopa miso y un postre, con un costo de 857 pesos.
El Omakase B, de mil 245 pesos, constaba de dos tipos de entradas, tres tipos de sashimi, 11 piezas de nigiri, una pieza de temaki, sopa miso y postre.
Advertencia: todo aquí es crudo y muy fresco. Se come atún, calamar, sardina, macarela, salmón en un ambiente de izakaya, un tipo de restaurante-bar japonés, al que se suele ir para cenar y tomar un trago después de trabajar, aunque con un estilo occidental.
Veredicto: Aprobado. Los precios son altos, pero si gustan de la comida japonesa y sobre todo, del pescado crudo y bien marinado, el lugar les va a encantar.
Rokai. Río Ebro 87. Col. Cuauhtémoc. Ciudad de México